Capítulo 2

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Yo estaba con Ao´nung de pesca, paseábamos por el borde del arrecife en busca de pescado o cangrejos, algo que llevar a casa para comer básicamente.

Siempre había querido salir fuera del arrecife a cazar, no nos dejaban salir ya que había fuertes corrientes y animales marítimos enormes capaz de tragarnos de un solo bocado, pero esas posibilidades sólo me creaban más curiosidad.

Lo más lejos que nos habían dejado ir del arrecife,  era a una isla con un montón de cuevas, allí se dirigian los tulkuns cuando terminaban temporada de migración y podían regresar.

Me quedé mirando el horizonte pensando en todo el mundo que me podía estar perdiendo fuera del arrecife.

-Ey, vamos! Ni lo sueñes, nuestros ilus ni siquiera sabrían cómo volver.- Me dijo Ao´nung después de que me quedase mirando el horizonte embobada.

-¿De verdad no te crea ningún tipo de curiosidad Nung? Tú tampoco sabes qué hay más allá.- Le contesté.

-Te daré una sorpresa por tu cumpleaños que te gustará. Pero tienes que prometerme que lo mantendrás en secreto, me podría caer la del pulpo.- Se rió y siguió hacía adelante.

Ao´nung es de esos tipos que hace chistes de cuñado, muy malos y que dan cringe pero siempre sabe cómo animarte.

-Nung! Lynae!- Dijo Tsireya emergiendo del agua segundos después.

Ao´nung y yo nos giramos en esa dirección.

-Qué pasa Tsy?- Preguntó Ao´nung acercándose a ella.

-Han venido na´vis de otro clan, se parecen mucho a Lynae y mamá me mandó a buscaros.- Dijo Tsireya.

-A nuestros ilus.- Me dijo Ao´nung girándose hacia mi.

-Tsy, ¿vienes?- Le pregunté con intención de que se montara en mi ilu.

-No, voy más rápido nadando hermanita.- Me guiñó el ojo y se sumergió en el agua.

-¡Eso habrá que verlo!- Exclamó Ao´nung para después salir a gran velocidad montado en su ilu. Yo me limité a seguirle.

Cuando llegamos, vi a aquellos na´vi, realmente sí eran parecidos a mí, hasta se podría decir que idénticos. Los observé desde lejos.

Eran una familia de seis, un hombre adulto, alto y musculoso, supuse que era el padre.
Al lado suyo, una mujer. Un tanto más baja que él, pero aún así era intimidante. Llevaba en brazos a una niña, no era un bebé pero sí era pequeña.
Detrás de ellos, dos hermanos, supuse que el más alto era el mayor, de igual manera se mostraba más cuidadoso y levantaba los brazos en símbolo de paz. Ao´nung le miró bastante.
Por el contrario, el más bajo se hurgaba la nariz con despreocupación.

Tsireya llegó en ese justo momento, cruzando miradas con el más bajo, este se avergonzó y bajó las orejas cambiando también la dirección de su mirada. Tsireya se limitó a reír tapándose la boca.

Y detrás de ellos, otra hermana, de la misma estatura que el mayor.
Realmente me llamó la atención desde el primer momento, parecía misteriosa y a mi solo me gusta explorar.

Me fijé en un pequeño detalle, tan solo el padre, el hermano pequeño y la hermana mayor tenían 5 dedos.

Me resultaba curioso ya que todos los na´vis tenían cuatro dedos por mano.

La gente se mostraba nerviosa con su llegada, no paraban de observarles y el ambiente solo se caldeó cuando llegó Tonowari.

-Venimos en son de paz, os explicaremos el por qué de nuestra llegada y si después de eso no nos queréis aquí, nos marcharemos tal y como hemos venido.- Dijo el padre en voz alta.

Ronal y la otra mujer se estaban matando con las miradas. Tonowari prefería mantener la compostura.

-La gente del cielo ha vuelto a atacar nuestro hogar y nos hemos visto obligados a abandonar nuestro pueblo, llevamos un largo viaje en nuestros ikrans, queríamos irnos lo suficientemente lejos como para que nunca nos vuelvan a atormentar.- Dijo el padre.

-Ma Jake.- Le dijo la mujer mirándolo.  -Mi marido fue Toruk Makto, unió a todos los clanes para la victoria.-

Jake la miró queriendo decirle que no era el momento. -Neytiri…-

Ronal mandó una mirada asesina a Tonowari.

-No queremos que traigas tu guerra hasta aquí.- Exclamó Tonowari.

-No la traeremos, huimos de ella precisamente para no vernos implicados.- Dijo Jake.

Sonaba más como una súplica.

Tonowari se giró hacia su mujer, ella se limitó a apartar la vista y dejar que él decidiese.

-Está bien, podéis quedaros, seréis aceptados como uno más de nuestro clan y al enseñaros nuestras costumbres os convertiréis en gente del agua.- Dijo finalmente Tonowari.

Se retiró dejando paso a los nuevos na’vis.

-Tienen sangre de demonio, mira sus manos.- Le dijo Ronal.

-Lynae también tiene 5 dedos y nunca nos supuso una amenaza.- contestó Tonowari.

Oh my Eywa! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora