𝔸𝕡𝕖𝕘𝕠 ➤ 🄹🄸🄷🄰🄽

˗ˏˋ 𝕍𝕀𝕀 ˎˊ˗

— ¡Eres una niña hermosa, Miya!

— Por supuesto que lo es, mira a quién tiene de madre.

Jeonghan comenzó a reírse cuando Yeji dijo aquello como si nada, ordenando la mochila de la niña ya que pasaría esos días con ella luego de que volviera de su viaje de negocios. Woozi, en tanto, estaba arreglando-destruyendo la televisión mientras Seungcheol cocinaba algo para la cena.

— ¿Tienes todo, princesita? - le preguntó Yeji tomándole la mano.

— ¡Sí, mamá!

— Entonces ve a despedirte de tu padre y tus tíos, ¿dónde están tus modales, gatita?

Miya le sacó la lengua a su madre, ganándose un pellizco en la nariz, y luego corrió a despedirse de Seungcheol y Jeonghan, dejando a Woozi para el final.

— Adiós, papá —se despidió
Miya cariñosamente —, ¡te voy a extrañar! ¡Y por favor, trata de no ser tan dramático!

Woozi comenzó a reírse.

— Pásala bien con tu mamá, princesa —se despidió dándole un beso en la frente —. Nos vemos en unos días.

Segundos después, la puerta de la casa fue cerrada, quedando sólo ellos tres en el pequeño hogar de Woozi y Seungcheol.

— Oye, Han —dijo Seungcheol desde la cocina —, ven, quiero darte algo en tu día especial.

Jeonghan arrugó el ceño, negando con la cabeza, y entró a la habitación, quedándose quieto mientras una sonrisa enorme se extendía por su rostro.

Unas pantuflas de Snoopy estaban sobre la mesa con una cinta de regalo, así que comenzó a reírse por la diversión para luego abrazar a su mejor amigo, dándole un beso en la mejilla.

— ¿Y para mí qué? ¡Seungcheol gastó mi dinero! —se quejó Woozi entrando.

Jeonghan volvió a carcajearse, abrazando también a Woozi por la emoción, agradeciéndole el bonito y simple presente, tratando de obviar la acongojante sensación en su pecho porque ese día cumplía veintiocho años y Joshua no lo había saludado en la mañana.

Aunque tampoco es como si lo hubiera esperado, porque
Joshua nunca solía ser el primero en desearle un feliz cumpleaños: por el contrario, prefería ser siempre el último, así que cuando era ese día, se juntaban luego del trabajo para ir a cenar sólo los dos y pasar una maravillosa noche sin nadie que los molestara.

Así que Jeonghan estaba preparado, estaba listo, pues ya tenía la reserva del restaurante al que iban siempre, y esperaba con mucha anticipación esa noche, porque si todo salía bien, tal vez podría finalizar con ellos dos haciendo el amor y recuperando esa magia que los rodeaba cuando estaban juntos.