diecisiete

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Los primeros meses de convivencia fueron buenas, a pesar de que muchas veces Jaewon tuviera que abofetearle cuando hacía o decía algo que no correspondía

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Los primeros meses de convivencia fueron buenas, a pesar de que muchas veces Jaewon tuviera que abofetearle cuando hacía o decía algo que no correspondía. Mark había aprendido, a base de miedo y terror, que desafiar a su alfa no era algo bueno, no si quería terminar con su rostro sin golpe alguno y siendo violado sobre la cama matrimonial para remarcar la supremacía del alfa sobre su omega.

Pero para su propia fortuna, cuando quedó preñado, las cosas parecieron cambiar un poco: Jaewon podía ser agresivo con él, pero no era tan estúpido como para pegarle o abusar de él estando con un bebé en camino.
Después de todo, a los alfas les encantaba tener a sus omegas preñados, demostrando que cargaba con su cría y le pertenecía por completo.

A Mark realmente no le importaba, no cuando sintió las primeras pataditas Jaemin, y su instinto maternal conectó con el bebé, haciéndolo sentir feliz, cálido, contento, de tener algo a lo que aferrarse.

Incluso Jaewon suavizó la forma de tratarlo, soportando sus antojos, berrinches y llantos como si nada, aceptando que todos esos cambios venían del hecho de llevar a Jaemin en su vientre, aunque si Mark lo pensaba en retrospectiva, su alfa le cobró después su comportamiento por puro placer.

- Mark, deja de trabajar en el jardín- había dicho Jaewon una tarde que llegó del trabajo, encontrándolo inclinado sobre el rosal, su abultado estómago de cinco meses notándose por debajo de las enormes ropas que llevaba.

-No le hará bien al bebé. - Asintió, distraído, entrando al comedor luego de limpiar sus zapatos para no ensuciar; y se sentó al lado de Jaewon, su instinto omega buscando protección del alfa a pesar de que no le quisiera.

Pero todo el mundo siempre le había dicho que un omega necesitaba de un alfa, así que estaba acostumbrado a comportarse de esa forma por mucho que despreciara a Jaewon en el fondo.

El alfa pasó un brazo por sus hombros, atrayendolo, y Mark ronroneó por el gusto, sintiendo la sonrisa de orgullo que esbozaba el alfa.

Bien. Tenia que mantenerlo feliz y contento.

-¿Cómo le vamos a poner al bebé? -preguntó entonces, llamando su atención.

-No me importa, busca tú un nombre -respondió Jaewon como si nada.

Arrugó los labios, disgustado, pero trató de no mostrarlo porque sabía que eso no le haría mucha gracia al alfa.

- Jaemin rima bien con Na - hizo una pausa-. Na Jaemin. ¿Te gusta, Jaewon?

Jaewon suspiró, pensativo.

- Suena bien.

- Además, es un nombre unisex -prosiguió como si nada-. Puede usarlo una niña o un niño. ¿Qué te gustaría que fuera?

Jaewon le observó.

-Alfa. Quiero un bebé alfa. Por supuesto, claro que sí.

¿no era obvio?

𝑲𝑰𝑳𝑰𝑮 (yumark)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora