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Yuta arrugó los labios cuando la alarma del móvil sonó, y se revolvió en la cama, apagando su celular para luego suspirar

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Yuta arrugó los labios cuando la alarma del móvil sonó, y se revolvió en la cama, apagando su celular para luego suspirar.

Sus ganas de ir a trabajar eran inexistentes, y se sintió peor cuando de pronto Mark lo abrazó por la cintura, acurrucándose a su lado, dándole un pequeño beso en el cuello.

Yuta lo miró, chocando con sus ojos castaños, sonriéndole al notarlo amodorrado aunque con una ligera sonrisa.

Era la primera noche que Mark pasaba a su lado como su pareja, durmiendo en su cama, luego de mudarse definitivamente. Y la sensación era más que perfecta:
era única.

- ¿Tienes que ir a trabajar? -murmuró Mark antes de darle un pequeño beso.

- Sí -susurró Yuta revolviéndole el cabello.

- No... - Mark escondió su rostro en su pecho, como un niño pequeño-. Quédate conmigo y sigue durmiendo. Eres muy cómodo.

Yuta soltó una pequeña risa ronca, negando con la cabeza, para luego mirar el techo pensando en lo bien que se sentía Mark en sus brazos. En lo cómodo que era tenerlo así, protegido totalmente, sin nadie que pudiera hacerle daño.

- Mi amor... -murmuró Yuta frotando su mejilla contra el cabello de Mark.

- Bueno, está bien, me levantaré e iré a prepararte el desayuno.

- Makku -se miraron a los ojos, y Yuta le besó en los labios con lentitud, llenándose con ese simple gesto-, puedes quedarte durmiendo, ¿sabes? No es necesario que te levantes conmigo a esta hora.

- Pero...

- Nada de peros - le dio otro beso, sonriendo de lado-. He vivido solo desde los dieciocho años, Makku, sé preparar un desayuno.

Sin un poco de convicción Mark asintió para luego abrazarlo, besándole la mejilla de paso.

- Te quiero, alfa gruñón - le dijo cariñosamente.

- Yo también, bebé - Yuta se quitó las mantas de encima para luego revolverle el cabello Iremos a cenar fuera, ¿te parece? Para celebrar tú llegada a casa.

- Eres demasiado lindo conmigo - Mark sonrió, dejando que Yuta lo arrebujara entre las sábanas-. Siento que no... que no merezco esto de ti.

Yuta le pellizcó las mejillas, sin soltarlo un poco, para luego besarle la punta de la nariz.

- Te mereces esto y más - Mark sonrió tímidamente-. Ahora duerme, te llamaré durante el dia, ¿bien?

- Está bien - Mark se acurruco entre las sábanas, sin dejar de mirarlo-. Te quiero, Yuta.

Yuta le respondió con un beso para luego ir al baño.

Minutos después, salió de la ducha, notando que Mark se había quedado dormido, y se quedó unos minutos admirándolo, notando su suave perfil perfecto, su desordenado cabello azabache, sus mejillas abultadas, su labio inferior sobresaliendo en un puchero inconsciente, los pequeños resoplidos que soltaba.

𝑲𝑰𝑳𝑰𝑮 (yumark)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora