Vals

282 34 2
                                    

Él solo quería llegar al cocinero para encargar un pastel dulce especialmente para el príncipe, sin embargo en el camino sintió un enojo iracundo impregnado en las paredes, a medida que se acercaba a las cocinas incrementaba aquel sentimiento en el aire pero ahora mezclado con tristeza y angustia.

Perdió la noción del espacio a medida que buscaba el origen de los aromas, cuando se percató se encontraba más allá de su objetivo, entre pasadizos que no conocía. Anteriormente no se había dado la molestia de recorrer el otro lado del palacio, el lugar de las lavanderías, cocinas, talleres, donde los sirvientes y doncellas correteaban para cumplir sus labores.

Estaba a punto de olvidarlo, darse media vuelta e irse pero un aroma a fresas lo envolvió, dulces y ácidas simultáneamente. Entonces lo vió, yacía en medio de los pasadizos,

Era un omega por la complexión y era de la servidumbre por el vinagre, con cabellos encendidos de una hoguera, tenía sudor más temblores y su rostro estaba enrojecido con lágrimas secas. No estaba en condiciones de seguir allí, emanando la sensación de tristeza. ¿Qué le había sucedido? ¿El olor a fresas venía de su esencia propia? Si había presentado un celo de calor las feromonas debían ser de excitación y no de dolor.

El omega no habló mucho antes de perder la conciencia y terminar desplomado por completo.

No estaba seguro que hacer, sería despiadado dejarlo allí pero a la vez no deseaba que el aroma a desconsuelo y vinagre se le adhiera. Así que decidió buscar a algún sirviente o doncella que lo guíe para llegar a los dormitorios.

Sintió entonces el agarre en su bota derecha, se fijó en la mano pálida que lo sostenía, era del pelirrojo y lo estaba observando. Entonces susurró con un hilo de voz "No te vayas"

No todas las noches cargabas a un sirviente que no paraba de sollozar y que se aferraba a tu camisa. Por lo general no lidiaba con la servidumbre; a lo mejor lo que lo impulsó fué la gran lástima que sintió cuando lo vió temblando en soledad o porque no podía decidir si el aroma a fresas que desprendían eran dulces o ácidas.

Llegando a los dormitorios un par de doncellas lo recibieron y se deshicieron en disculpas por las molestias que provocó el omega pelirrojo. Le divirtió tanto la escena, las damas intentaban alejarlo pero el omega se sostenía tan fuerte de las telas de su atuendo. Al final decidió darle su pañuelo, con aquella tela se conformó el omega y a los minutos cayó en un profundo sueño.

Se retiró de aquella habitación sofocante, un espacio algo reducido para tantas camas. Tenía que volver al salón, se había demorado y el vals no tardaría en empezar. Aún seguía pensando en el pelirrojo, el deseo sexual de tener debajo de su cuerpo al omega llorón no era tan fuerte como el de consolarlo. Tenía incógnitas de aquel dolor que desprendía, se asemejaba tanto al de su difunta madre.


                                                                                             .


Entre pláticas y copas transcurrió la mitad de la noche, la tenue música de la arpa anunciaba el comienzo del baile. Si levantabas la cabeza podías ver al rey y la reina bajando las escaleras y detrás de ellos el príncipe, no estaba sonriendo como sus padres.

Aún a distancia podías ver el cabello rubio del omega esbelto que brillaba como espejo al sol. Conocía el tono de sus cabellos, difícilmente podías ser tan claro, se parecían bastante a la melena de Jian Xie, su amigo de la infancia. Al parecer no solo se asimilaba en el nombre, sino en la bonita apariencia y quería ver su rostro.

Al final de las escaleras se encontraba un hombre que lo recibió con una reverencia y lo guió hasta el medio del salón. Todos se movilizaron a los costados para despejar el espacio. Se ganó junto a Xiao Hui un espacio en primera fila, el brillo en los ojos de la dama delataban que comenzaba la parte preferida de la ceremonia.

"Su alteza imperial Jian Yi y el conde He Tian" declaró el maestro de ceremonias.

Comenzaron con ladeos hacia los costados al compás de la suave música, balanceándose de derecha a izquierda, el conde dirigía los pasos y giros sin tomarse de la mano, aún cuando no mantenían contacto físico, sus pasos estaban bastante sincronizados. Debía ser agotador para ambos ser el centro de todas las miradas, que no dudarían en escudriñar el mínimo error para luego tener de que hablar. "El conde es tan atractivo" era el comentario de Xiao Hui, luego dejó escapar una pequeña risa "Pero para mí usted es inigualable"

Le dedicó una pequeña sonrisa antes de volver su mirada al vals. La postura firme de los brazos del conde permitía que los impulsos para los giros sean lo suficiente flexibles y determinados que los hacía recorrer por la pista de baile, un poco más y estarían cerca de él, un segundo para ver su rostro.

Pequeñas cejas, ojos color almendra, pestañas largas, labios delgados y cada cabello era rubio claro. Era él, el príncipe Jian Yi era su amigo Jian Xie, quién se fué sin decir nada y nunca más volvió.

Por un segundo sintió que sus miradas se cruzaron y el tiempo se detuvo. Se había cortado su larga melena, el dorado de sus broches resaltan aún más el brillo de su ser. Y las plumas blancas, se veían tan bonitas en su atuendo.

"¿Está bien? De repente te siento agitado" Era Xiao Hui. "Sí, no es nada, creo haber visto a alguien que conocía". "Podemos buscar a esa persona luego del baile si te parece". "Por supuesto, podemos hacerlo". " Oh,¿Viste al conde He Tian? Es el favorito para desposar al príncipe". ¿El conde? ¿Desposar? Después de todo ya no eran aquellos niños que solían correr por el barro.

No pasó mucho hasta que el vals finalizó. Los músicos comenzaron con una melodía mucho más alegre y movida, todos tomaron a su pareja de la mano y se dispersaron por todo el baile. El brazo entrelazado de Xiao Hui lo guiaba hasta la mesa con bandejas de comida, mientras que él buscaba con la mirada aquellos cabellos que relucían entre plumas y vestidos.

No podía sentir el aroma de Jian Yi, ya hasta no lo recordaba bien. A lo mejor y estaba ocupado ahora, como todos estos años que nunca intentó contactarse con él. Se sentía molesto ¿Por qué no le escribió una carta? Tal vez ya había olvidado su amistad.

Sintió que las miradas se centraron en él de un momento a otro y de pronto alguien lo abrazó por detrás. Alguien que olía a vainilla. Era Jian Yi. Al darse la vuelta tenía una inmensa sonrisa, lo tomó de las manos y dijo "Xixi, te extrañé bastante"

Las miradas de los demás lo quemaban, pudo ver que atrás se encontraba el conde He Tian inexpresivo, rápidamente quitó sus manos y dió una reverencia completamente exagerada "Su alteza, de igual manera yo. Es un placer que uste-"

"Xixi por favor, deja las formalidades" El príncipe Jian Yi se agachó para estar a su altura, ya que aún mantenía la reverencia. "¿Cómo estás? ¿Viniste solo?" Ambos volvieron a su postura pero a diferencia del rubio era un manojo de nervios y no solo porque todos estaban hablando de ellos, sino por lo resplandeciente que se veía su viejo amigo. "Estoy bien, gracias. Yo-"

De la nada sujetaron su brazo, era Xiao Hui. "Su alteza imperial, soy Xiao Hui, compañía de Zhan Zheng Xi esta noche" Ella estaba liberando feromonas.






Buenas noches gente bella, lo único que tenía claro era el conflicto de mi escrito pero el comienzo me hizo patalear para no hacerlo tan complicado c: ¡Gracias por leer!

Mar de copasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora