Apretó sus ojos duros para que esa imagen saliera de su mente.Estrujó sobre su pecho la sábana de color celeste hasta escuchar el ruido de sus uñas chocar entre sí.
Mordió su labio inferior para que la sangre que vio en ese sueño se sintiera real.
Se quejó pero volvió a hacerlo.
- ¿Sabes que las niñas lindas como tú deben complacer a los hombres como yo? - la pregunta era siempre la misma a pesar de los años pasados ya pesar de las altas horas de sesiones con psicólogos para tratar de olvidarla.
Aquellas palabras le daban vergüenza, asco y en aquel entonces no sabia a lo que se referían.
Hasta que sintió que la tomó del brazo, la tiraron sobre el colchón que compartió con su madre y alguien aplastó el peso de su cuerpo sobre su espalda.
Tembló, porque no vio más allá de la mano de Tom sobre su boca y solo sintió la respiración de él sobre su cuello.
El sonido de un cinturón desabrocharse, un cierre abrirse y su pelo ser tirado con brusquedad hacia atrás la humillaron a temprana edad y la marcaron para el resto de su vida.
Lloró pidiendo en silencio por su madre.
- ¡Mamá!- gritó a todo pulmón con la voz seca, adormilada y temblorosa. En un segundo la puerta de su cuarto se abrió e Larissa apareció tras ella
- Tranquila, cariño…- se sentó a su lado y la tomó entre sus brazos arropándola contra su pecho
—Respira, Weds… tranquila, tu madre y yo estamos aquí- Él está aquí- sollozó Wednesday inmóvil mientras sentía las caricias de su padre en su espalda. Caricias que a veces la incomodaban, como en ese momento —Aun está aquí, mamá.
- No, cariño. Él ya no te hará daño, ya no mi amor- murmuró Larissa contra su cabello dejándole cientos de besos en su cabeza
- ¿Estás bien, hija?- ingresó Morticia e inmediatamente se recostó al lado de la adolescente —Toma- le tendió un vaso con agua y una aspirina cuando ella negó con la cabeza —Debes tomarla, cariño. Ven- la tomó cuidadosamente por debajo de los brazos y la recostó contra su pecho ayudando a que Wednesday tomara, en realidad, un calmante y así poder dormir mejor
- No quiero volver a soñar con él- susurró entre lágrimas y ambas adultas se miraron fugazmente
—Ya no, mamá- Lo sé, cariño. Lo sé- le dijo Morticia acariciando cuidadosamente su rostro y cantándole algo por lo bajo hasta la respiración de su hija calmarse y sintiéndola dormida entre sus brazos
— Me quedaré aquí esta noche- le susurró a su esposa- Igual yo. Me acomodaré en el sillón- dijo Larissa antes de besar una vez más la cabeza de su hija y recostarse en el mueble.
Ninguna de las dos volvió a dormir en toda la noche.
El desayuno al día siguiente fue en completo silencio, sucedía de esa manera como tiempo atrás en el que ella despertaba a medianoche y sus padres terminaban la noche en su cuarto de manera protectora.
Apenas se sentó algo alejada de laa mujeres el olor a comida, el sabor del jugo de naranja en su paladar y el brazo estirado de Morticia para regalarle una caricia le dieron ganas de vomitar.
Desistiría porque de lo contrario nunca lo superaría. Necesitaba empezar a olvidar ciertas cosas y aunque sea de a poco.
- ¿Quieres quedarte en casa hoy? Llamaré desde el consultorio a Thornhill y luego le presentaré mi firma en una nota- la preocupada Morticia ante su mirada perdida en el suelo y sus manos entrelazadas en su falda. Ella negó con la cabeza
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Language of love - Wenclair
RomanceEnid Sinclair es la nueva profesora de Nevermore. Wednesday Addams, su alumna menos aplicada