La fiesta de los merodeadores no solo había dejado a todo el castillo murmurando sobre la inminente nueva pareja de Slytherin sino que también había tenido consecuencias que ninguno había imaginado.
Era lunes por la mañana, muy temprano, cuando el prefecto de Ravenclaw notó la ausencia de -no uno- sino dos estudiantes de segundo año. Junto con los otros prefectos buscaron en todos los lugares que se les ocurrió sin éxito alguno. Para no alarmar al castillo sin motivos decidieron esperar hasta el desayuno e incluso hasta la primera clase que tenían los de segundo año de Ravenclaw para saber si los jóvenes aparecían.
Corría ya la segunda hora de Herbología cuando los prefectos de dicha casa se presentaron en el despacho del director para dar las malas noticias. Se sentían frustrados, asustados y un poco avergonzados de no haber notado la ausencia de los chicos. Pero la verdad era que ellos también habían asistido a la fiesta y no habían estado exactamente pendientes de la seguridad del resto de los cuervos.
-¿Cómo pudo suceder algo así Albus? -era la voz preocupada de Minerva McGonagall. Se encontraban junto a un par de profesores en el despacho de Dumbledore con los prefectos de ravenclaw presentes.
-No lo se Minerva. El castillo cuenta con la seguridad necesaria como para impedir el ingreso de cualquiera que intente entrar sin autorización. -expresó Dumbledore. -Sin embargo, al no ser una prisión, no hay nada en Hogwarts que impida a los estudiantes salir de sus terrenos. -se quedó pensativo mientras los profesores asimilaban la información.
-Pues si algo es seguro es que el Ministerio de Magia no tardará en poner sus ojos sobre nosotros Albus. -esta vez era Slughorn el que hablaba. El hombre estaba desconcertado y se notaba su preocupación en la voz.
-¿Crees que se escabulleron del castillo por su cuenta? -preguntó Minerva.
-Eso espero. -respondió Albus con un semblante preocupado y tranquilo al mismo tiempo. Era increíble cómo Dumbledore podía mantener la calma en situaciones tan extremas y alarmantes como aquella.
Mientras tanto, los merodeadores se encontraban en la clase de Encantamientos. El mejor de la clase era Remus Lupin, por supuesto, pero el resto no se le quedaba atrás. A excepción de Peter, quien tenía problemas para seguir las instrucciones e intentaba replicarlas a la perfección. Mientras la única preocupación de los cuatro bromistas se centraba en convertir un caldero de vinagre en vino, Regulus Black se acercó lentamente a la mesa en donde trabajaba su hermano mayor a comentarle las noticias del día. Su sonrisa había pasado a un semblante cargado de preocupación al escuchar sobre las desapariciones en Hogwarts. Convenientemente, quinto y sexto año compartían clase los lunes.
-¿Ya has escuchado las noticias? -le preguntó a Sirius Black, quien parecía tener su encantamiento casi listo. Nunca se le habían dado mal los encantamientos. De hecho, al primogénito de los Black no se le daba mal casi nada. No había asignatura que con un par de horas de estudio no pudiera aprobar.
-Ilumíname hermano. -le respondió sin dejar de mirar el caldero y realizando movimientos con su varita. Regulus lo observó y sonrió de lado al verlo tan concentrado.
-Dos estudiantes de segundo de la casa de Ravenclaw desaparecieron. -comentó Regulus mientras James, que se encontraba frente a Sirius, levantaba la mirada hacia él y escuchaba con atención. -Supuestamente, sucedió durante la fiesta.
-¿Y eso debería importarme porque..? -continuó Sirius.
-¿No te parecen extraños los eventos recientes al recordar la reunión familiar del sábado? -susurró Regulus, lo suficientemente alto para que su hermano pudiera escucharlo. Enseguida Sirius terminó su tarea y le dedicó una mirada cargada de preocupación a su hermano menor. Un manojo de pensamientos y recuerdos de cosas que se habían dicho en la reunión con sus padres se le vino a la mente y entonces la mirada se convirtió en una de desprecio y puro desconcierto.
-Dime que no tienes nada que ver en eso. -logró expresar Sirius consiguiendo que Regulus se sorprenda por un segundo y luego le dedique una mirada de pena.
-¿Realmente puedes creer algo así? -respondió Regulus y acto seguido regresó a su mesa de trabajo junto a Nott y a Malfoy. No podía creerlo. Podía esperar cualquier cosa de sus padres, pero de su propio hermano. ¿Acaso así lo veía todo el mundo? ¿Acaso lo creían capaz de semejantes cosas?
Sirius y Regulus no lo sabían pero, aquella conversación sería el punto final de su confianza y de su vínculo como hermanos. A partir de allí, las sospechas entre ellos iría en escala. A partir de allí, ya nada sería igual.
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The Dark House [Regulus Black Fanfic]
Fanfiction¿Qué hubiera pasado si la historia fuera diferente? ¿Qué hubiera pasado si los merodeadores y Regulus Black hubieran podido detener a Tom Riddle? Pues algo es seguro: nada hubiera sido igual.