The Dark House [Regulus Black Fanfic]

Capítulo 12

Sala de Gryffindor

Desde que Sirius tuvo esa rápida visita a casa de sus padres, su humor había cambiado de manera evidente. Sus amigos estaban al tanto de su mala relación con sus padres pero la vida del mayor de los Black había mejorado desde que vivía con los Potter, y por eso no esperaron que ver a su familia le afectara tanto como lo había hecho. 

Si había algo que Sirius parecía extrañar era su vínculo con su hermano menor, Regulus, el cual se había alejado de él desde que este había abandonado la mansión de los Black. Y si bien Sirius creía que su hermano le odiaba, era todo lo contrario. Lo único que Regulus sentía era una traición y soledad tan grandes que por momentos creía que caería en la locura si continuaba viviendo solo en aquella casa. Lo único que Regulus le reprochaba a su hermano era haberlo abandonado. Lo había dejado solo, a la merced de un grupo de arpías, a la voluntad de una familia completamente desquiciada.

Ahora Sirius se encontraba recostado en su cama, mirando hacia el techo, y sin saber qué hacer. ¿Debía comentarle a Dumbledore sobre los planes que su familia podría llevar a cabo? O tal vez ya lo habrían hecho. A esas alturas el joven Black solo tuvo un impulso, que podía no ser el mejor ni el más acertado, pero era lo que su instinto le decía que haga.

Remus, quien se encontraba leyendo historia de la magia con cara de pocos amigos, observó cómo Sirius se levantaba y enseguida se dirigía a la puerta del dormitorio. Él había quedado en compañía de Sirius ya que James se encontraba en práctica de Quidditch y, por supuesto, Peter lo había seguido al campo.

-¿ A dónde vas Canuto? -le preguntó incorporándose él también y dejando de lado el libro. La verdad era que la lectura ya lo había aburrido demasiado, necesitaba salir a tomar aire fresco.

-Tengo que ir a hacer algo. -dijo, no muy seguro de sí mismo. -Tengo que contarles algo luego, es sobre la reunión que tuve con mis padres. -expresó finalmente. -Pero primero necesito ir a hablar con alguien. -hubo un momento en que Remus y él se miraron fijamente y en silencio. Si Sirius no quería contar algo enseguida era porque se trataba de algo grave. Lunático asintió, comprendiendo la situación. -Prometo contarles cuando regrese.

-Tranquilo, ve a hacer lo que debas. Yo iré a dar una vuelta por los terrenos, necesito aire fresco. -le comentó Remus mientras dejaba su libro en su baúl y se preparaba para salir, casi detrás de su amigo.

Sala común de Slytherin

La sala de las serpientes no se parecía en nada a la de los leones. Claramente parecía más fría a simple vista por los colores con los que estaba decorada, tonos verdes y plateados. Pero a decir verdad, no había nada de frívolo en los sillones verde musgo de terciopelo que se encontraban junto a la chimenea que lanzaba llamas de color verde. Los muebles eran de una madera oscura y también había plantas aquí y allá que le daban vida al lugar, y lo volvían más hogareño.

-Ren. -era la voz de Cassie.

-Dime. -respondió sin mucho interés Rendra. Ambas se encontraban ocupando un sillón de la sala, Ren recostada sobre uno de los brazos del sofá, leyendo un libro sobre defensa contra las artes oscuras; y Cassie, en el otro extremo, leyendo un libro sobre grandes músicos mágicos de la historia.

-¿Qué sucede entre tu y Regulus? -le preguntó en voz baja, consiguiendo la completa atención de su amiga, quien bajó su libro enseguida para mirarla. -Creí que te gustaba, ya sabes quien. -agregó de manera rápida. Rendra hizo una mueca.

-Sinceramente yo también pensé eso. Va a sonar horrible pero, quien tu sabes a penas sabe que existo y no piensa en mí de esa manera, y bueno, Regulus es Regulus. No se qué hay entre nosotros más allá de la amistad y lealtad..

-Y cariño.. -agregó Cassandra.

-Y cariño, de siempre. -concluyó Rendra. Se quedó observando a su amiga como esperando una respuesta.

-Yo solo te digo que tengas cuidado con lo que decidas hacer. -comentó Cassie. -Solo de pensar en tener a la Señora Black como suegra se me crispan los nervios. -agregó mientras se sacudía como si un insecto le hubiera tocado los brazos.

-A ti cualquier cosa te crispa los nervios Cassie. -se burló.

-No, esa es Aurora. Pierde la paciencia por cualquier asunto. -dijo entre risas.

-¿Y cómo no voy a perderlos si tu me haces enojar? -respondió la voz de Rori desde la entrada de la sala común, la serpiente venía con alguien más y no era precisamente alguien bienvenido.

-¿Sirius? ¿Qué demonios..? -Rendra se levantó enseguida. -¿Cómo se te ocurre? Y tu, el hecho que lo dejes entrar significa que no te importa para nada lo que puedan hacerle si lo ven aquí. -dejó el libro en manos de Cassie mientras Aurora ocupaba su lugar en el sofá y miraba divertida la situación.

-Él ya es grande. Si no sabe elegir sus peleas sabiamente no es mi culpa. -expresó Aurora sin preocupaciones. Cassie observó al mayor de los Black y luego a su amiga, ¿cuáles eran las posibilidades de que ambos hermanos estuvieran enamorados de la misma chica? Aquella pregunta la hizo sonreír de lado. 

-No me tardo. -dijo Rendra sin hacerle caso al comentario de Aurora. Tomó del brazo a un Sirius con una media sonrisa en el rostro y lo arrastró hasta afuera de la sala común antes de que alguien lo viera allí. -¿Perdiste la cabeza?

-Todavía no. -respondió Sirius, ahora un poco menos jovial. -Necesitaba hablar contigo y justo llegó Aurora y.. No tiene importancia. Necesito que hablemos, ¿tienes tiempo? -le preguntó con necesidad en su mirada. Rendra asintió, siempre tenía tiempo para él, siempre escuchaba sus quejas sobre su familia y también era quien intentaba conciliar el vínculo que él y Regulus tenían.

Una vez que estuvieron en la sala de menesteres quien Sirius hizo aparecer mágicamente, algo que Rendra no había logrado nunca hasta el momento, se sentaron para poder hablar tranquilos. -Estoy preocupado, Ren. Es sobre Regulus. ¿No lo has notado extraño últimamente?

Aquella pregunta fue algo inesperado para Ren, ya que Regulus parecía estar bien. Es decir, nada fuera de lo normal. Excepto por su declaración de amor en el baile, no había notado nada extraño. Bueno, eso y las pesadillas de ambos.

-No lo creo. Lo único.. -comentó Ren ante la atenta mirada de Sirius. -Tanto él como yo hemos tenido pesadillas desde el comienzo de curso. Se que hay algo que le preocupa y se que por eso me pidió que tengamos una cita real la noche del baile de bienvenida. -agregó. -Pero no se más que eso. 

La mirada de Sirius se transformó de un momento a otro. La reunión familiar de los Black había sido el sábado por la tarde y la fiesta de bienvenida había sido el domingo por la noche. Los alumnos de segundo año de Ravenclaw habían desaparecido entre la noche del domingo y la mañana del lunes. Y había dos cosas de las que estaba seguro. La primera, de que Rendra no estaba enterada de que Regulus pensaba pedir su mano en matrimonio; y la segunda, de que su familia estaba involucrada en aquellas desapariciones. No había manera de que los Black no estuvieran detrás de ello, especialmente -pensó Sirius- su hermano Regulus. ¿Quién más sino tenía información de alumnos nacidos de padres muggle? 

Y si bien había hablado con Reggie aquella mañana y lo había negado, las probabilidades de que sus padres le hubieran obligado a hacer algo imperdonable eran muy altas. ¿Y si su madre le había amenazado con lastimar a Rendra? Los ojos de Sirius conectaron finalmente con los de la joven que tenía a su lado.

-Sirius, ¿estas bien? De repente te pusiste más pálido de lo normal. -comentó Rendra con preocupación mientras lo tomaba de las manos.

-Rendra, creo que mi familia está detrás de algo terrible, horrible. -expresó Sirius con una mirada perdida. Sus ojos celestes se nublaron de un momento a otro por algunas lágrimas que se asomaron sin previo aviso. Y antes de darse cuenta, Rendra lo estaba rodeando con sus brazos y él se aferraba a ella como si no hubiera un mañana. Si él estaba en lo cierto, todo estaba a punto de cambiar. ¿Acaso su familia sería quien comience una guerra entre los magos y los muggles?