{Y al final siempre fui de él y siempre fue mío}
Sanji y Zoro se hospedaron en un hostal lo mas alejado de aquella aldea, estuvieron apunto de ser vistos pero gracias a Sanji no fue así. Al poco de irse pudieron escuchar unos gritos de otros aldeanos que encontraron los cuerpos, por suerte no fueron vistos o eso creían.
Al llegar al hostal Zoro fue el primero en ducharse, mientras que Sanji guardaba toda la ropa ensangrentada, incluso la que le había dejado a Zoro para poder entrar sin levantar sospechas.
No sabia que iban hacer, debían huir a algún lugar, lejos de todo aquel caos ¿pero dónde ir? cuando la oscuridad la llevas dentro. Y así lo pensaba el rubio, no sabia como dejar esa maldición atrás de él.
-Oe.
Zoro salio de la ducha llamando al rubio para sacarle de su ensoñamiento, este al ver el cuerpo del peliverde no pudo evitar apartar la mirada avergonzado, acto que no paso de desapercibido para él y con una sonrisa picara se acerco hasta el rubio, acorralándolo contra la pared.
-Eres un pervertido Cejillas.
-¡No! Solo que no esperaba verte así.- Se escusó.
Zoro siguió sonriendo haciendo que aumentara el sonrojo del contrario. Era tan tierno que no pudo evitar besar su cuello.
-Oe oe detente, estoy sucio.
-Pues vayamos a ducharnos.
Sanji se quedo boca abierto por la respuesta del peliverde, no es que no lo desease pero aun estaba preocupado por todo lo que había pasado.
Finalmente fue a la ducha con la mirada penetrante de Zoro detrás, empezó a desvestir mientras el peliverde no se perdía ninguno de sus movimientos, era como si le comiera con la mirada.
-Zoro.- Sanji se puso serio aun que no estaba en su mejor posición ya que solo le faltaba quitarse los pantalones.-Tenemos que hablar.
Pero Zoro no le dejo continuar, devoro con fuerza sus labios aunque este se resistiera no duraba ni cinco segundos, perdió ante el peliverde que agarraba con fuerza su rostro.
-Hablemos luego.- Acto seguido mordió el labio inferior del rubio sacandole un pequeño quejido.
Cuando el rubio quiso darse cuenta ya Zoro le había arrebatado los pantalones, y su mano estaba tocando aquella zona.
Sanji no quería quedarse atrás así que tomo la iniciativa, abrió un poco mas su boca para forzar al peliverde a abrirla también y así jugar con su lengua mientras metía su mano por la fina toalla que cubría la parte baja del peliverde, obviamente al hacer este movimiento la toalla cayo al suelo.
Zoro sin dejar de besar a Sanji lo cogió desde las piernas para subirlo encima de él mientras se dirigía a la ducha, puso la espalda de Sanji contra la pared haciendo que este se estremeciera por la frialdad que recorrió su espalda.
Sanji intentaba apartarse del peliverde para coger algo de aire pero este no le dejaba mucho rato y cuando Sanji le miraba a los ojos veía un brillo en ellos, como de un hambre feroz, y era eso lo que justamente estaba haciendo Zoro, devorarlo: su cuello, sus labios... Lo quería todo de él.
Aunque Sanji nunca sabrá la verdadera razón detrás de su brusquedad, y era que Zoro tenia el olfato mas desarrollado que el de un humano, podía oler aun el aroma de aquellos aldeanos y eso le ponía enfermo. Por ello quería impregnar al rubio.
-Sanji.
El llamado le daba vueltas todo, nunca había experimentado tal excitación, y aunque no sabia que hacer solo tenia una cosa clara; satisfacer al dragón.
ESTÁS LEYENDO
Mi dragón guardián
Science FictionEl amor solo trae detrás de él tragedia. ¿O tal vez no?