Bebé abordo ✩ᴄʜᴀɴʟɪx

━✧✧CAPÍTULO 8✧✧━

Bang Chan

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"Los labios de Chan, literalmente, se estaban comiendo su boca. Sus labios eran succionados, su lengua igual, los dientes se colaron en el acto, al igual que la caliente lengua del capitán que no dejaba ningún rincón sin explorar.

—Chan... ¡Ah! — Felix trato de ahogar un gemido. Sentía el pene de Chan entrar en su cuerpo de manera abrupta para después sentir el grosor del falo salir lentamente.

Su cuerpo rebotaba al ritmo que Chan imponía

—Maldición, Lix... — Gruñó el soldado pegado a su boca.

Estaba amaneciendo y Felix no veía señales de que esto pararía.

¿Quién imaginaria que el sexo con Bang Chan sería tan bueno?

Lamentablemente, el alcohol en sus venas, la poca resistencia y el sueño que lo embargaban, lo harían perder la conciencia en poco.

—Chan, yo... — Jadeó cuando sintió su pene rozar con el abdomen del rubio.

Bang lo había abrazado, poniendo las manos en su trasero y pegándolo más a él. Las embestidas se tornaron desordenadas, rápidas y sensuales.

Felix se abrazó al cuello del soldado y soltó escandalosos gemidos Le dio igual si quedaba en ridículo, sólo quería liberar de alguna forma el placer que estaba sintiendo.

—Joder— Chan mordió su hombro sacándole un pequeño grito de dolor— Termina para mí, amor.

Felix alcanzó el clímax... ¿Y después qué?"

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El castaño se dejó caer (con cuidado) en el sofá de la sala.

Gruñó mientras acariciaba su vientre.

—¿Escuchaste lo que dijo, donita? —El hombre suspiró— Pensé que me odiaba...

—Me atrevo a decir, y sin error a equivocarme, que eres el único que piensa de esa manera— Changbin apareció de la nada, sobresaltando al genio— Hola, Lixie.

—¿Acaso quieres que muera? —Felix se tocó el pecho— Dios, hasta donita se asustó.

—Lo siento, donita— Changbin rio. El científico se sentó a un lado de Felix y esperó en silencio.

—¿Escuchaste lo que dije? —Preguntó Felix siendo sabedor de la respuesta.

—Algo, pero no se debe ser un genio para saber que se trata del capitán— Changbin lo miró comprensivo— Puedo escucharte, si quieres.

Felix se tocó de nuevo el vientre. Comenzaba a ser una manía.

—El doctor dijo que teníamos que enlazarnos— El omega soltó un largo suspiro— ¿Y sabes? Estaba de acuerdo con eso. Mi bebé no tendría que correr ningún riesgo, Chan es la persona más buena que conozco y.... — Felix se quedó callado.

—¿Y?

—Hace mucho pensé que... —El castaño sonrió triste, donita no tendría que ver a sus padres separados— Felix miro sus manos— Mis padres nunca lo estuvieron, pero se notaba la indiferencia con la que se trataban. Yo no quiero eso para donita.

Changbin asintió

—¿Chan no quiso?

—Al contrario— Siguió Felix— No me dijo que no. Pero ese es el problema.

—Creo que no estoy entendiendo— Dijo un confundido, Changbin.

—Chan no quiere que sea un enlace vacío— Explicó— Él quiere una relación real.

—¿Y te sorprende eso del capitán? — Casi se burló, Seo.

—No me estas entendiendo— Felix lo miró escandalizado— Me pidió que lo amará. Él no quiere que sea una simple convivencia, me pidió todo, Binie, todo— Felix se dejó caer en el sofá— ¿Cómo se supone que le entregue todo de mí si él no me ama?

La risa de Changbin lo saco de sus tormentosos pensamientos.

Lo miro con molestia.

—Lo siento, lo siento...— Changbin se cubrió la boca— pero, Felix ¿de verdad no te has dado cuenta?

—¿Cuenta de qué? — Felix comenzaba a irritarse.

—Para ser un genio, eres bastante lento— El doctor Seo puso una mano en su hombro— El capitán Bang se desvive por ti.

Lee lo miró exaltado.

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Chan miraba por la vitrina los pequeños mamelucos.

Habían de todos colores. Miró los neutros, tratando de decidir cuales comprar.

—Si te gustan los dos, pedimos los dos— Sana se paró a su lado.

—¿Se puede? — Preguntó Chan con una sonrisa en los labios.

—Claro, no te contengas— La pelirroja apuntó el mameluco blanco— Pero ese yo se lo compro. Su madrina también lo consentirá.

Chan rio. Ambos pidieron tres mamelucos, dos el capitán, uno la pelirroja.

—¿Será muy pronto para comprarle la cuna? — Preguntó Chan.

—Deberías decirle a Lee— Su amiga lo codeo— Vengan juntos y compren lo necesario para mi sobrino.

Chan asintió.

Ambos siguieron caminando por el centro mirando algunos zapatitos, cobijas, ropita.

—¿Debería declararme abiertamente? —Se preguntó el rubio.

Sana sonrió entendiendo lo que Chan quería decir.

—A mi perspectiva, creo que debiste hacerlo desde el inicio.

Chan suspiró.

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～♡～♡ Disculpen si por ahí se me escapo algún error.