La propuesta

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Juliette

—Tengo una lección de piano en la tarde es con una tutora nueva, ¿quieres venir? — me pregunta Thea emocionada mientras se come un par de fresas.

—¿Una nueva tutora? — le pregunto también tomando una fresa con mi tenedor. — ¿Qué le pasó a la anterior?

—Renuncio, su bebé nace en un par de meses. — me explica en un tono triste, pero tomando otra fresa. —¿Entonces vienes? — me pregunta nuevamente.

—Claro. — le contesto una de mis actividades favoritas desde que me había mudado con Ollie era tomar lecciones de piano con Thea. — ¿Sabes por qué Alex ha llamado tan temprano a Oliver? — le pregunto a Thea aún sin poder quitarme la curiosidad.

—No. —me dice al mismo tiempo que mueve la cabeza. — Pero esta mañana estaba muy nervioso, ni siquiera quiso desayunar. —dice mirando preocupada a la ventana del despacho de su hermano.

—¿Qué estará pasando? —le pregunto a Thea también mirando a la ventana. — ¿No te molesta que nunca nos cuenten nada? —  Oliver y Alexander siempre tenían conversaciones a puerta cerrada y nunca nos contaban nada de lo que estaba pasando ni a mí ni a Thea. Mi institutriz una vez me había dicho que era porque no era el papel de una chica meterse en los asuntos de política ni en el de los hombres, pero papá siempre le contaba a mamá sobre su trabajo y lo que estaba sucediendo, ¿por qué yo no podía saber?

—Sí, algo, pero Alex dice que aún soy muy joven.

—Oliver dice lo mismo, pero ellos tenían nuestra edad cuando Alex se convirtió en rey y Oliver en su consejero.

—Juli. — la voz de Oliver a mis espaldas hace que casi me atragante con mi fresa. — Su alteza. — dice Oliver haciéndole una reverencia a Thea.

—Oliver, que gusto verte. — le dice Thea a Oliver señalando una de las sillas de nuestra mesa para que tome asiento.

—Thea, lo siento, tu hermano me ha encargado algo muy importante, nos tenemos que ir. — dice Oliver disculpándose con una sonrisa.

—¿Yo también? — le pregunto tomando otra fresa.

—Sí, Juliette tu también. — me dice sin perder su tono amable pero no llamándome Juli.

—Pero Thea me ha invitado a tomar una lección de piano con ella y con su nueva tutora. — le menciono en un intento de que me deje quedarme en el palacio.

—Tu tutora de piano puede ir más tarde a la casa, vamos. — dice señalando hacia donde nuestro carruaje se había quedado.

—Oliver, por favor, deja que se quede. — le pide Thea juntando sus manos y poniendo ojos de cachorrito abandonado.

—Lo siento, Thea. — dice Oliver. — Hoy no será posible. Juliette hora de irse. — dice volviendo a señalar hacia nuestro carruaje.

—De acuerdo. — le digo metiendo una última fresa a mi boca.

Kendrick

Me muevo rápido por el bosque con la respiración agitada sin mirar atrás hasta que llego a un árbol con un troco lo suficientemente grueso como para resguardarme. Echo un vistazo a atrás mientras preparo mi arco, tengo que regresar rápidamente porque una flecha pasa rozando mi rostro. Así que muevo hacia el lado izquierdo cuando lo veo así que disparo.

—Jorran, tienes que aceptar que te vencí. — grito para que me pueda escuchar.

—No lo creo. — utilizo  el sonido de su voz para saber como se esta movimiento, me vuelvo a asomar y lo veo y no puedo evitar soltar una sonrisa mientras disparo una de mis últimas flechas. 

La Forastera y el PríncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora