IX. SIBILINGS

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Tierra llamando a Atsushii- Comento con tono serio Fukuzawa.

El albino parpadeo varias veces, se habia vuelto a embobar mirando el cielo, a un punto cualquiera

Giro la cabeza, mirando a lo mas proximo que tenia a una figura paterna.

¿Si Fuku?

—Kyoka casi llega. Es sabado por si se te olvido.

El joven de ojos bicolores se sobresalto, ¿Ya volvia Kyoka?
Aunque eso implicaba que no sabia nada de Chuu desde hace una semana casi..

Sacudio su cabeza, levantandose del sofa. Se despidio con la mano y salio.

Hacia ya mas o menos tres dias de la ultima vez que fue al mercado, que encontro a ese noble. Realmente le llamo la antencion, pues no habia conseguido descrubrir a quien iba la carta, ni el porque.

Lucy aparecio a su lado en cuanto llego; le dijo que aun nadie sabia nada de Chuuya, mientras le cobraba y le entregaba la comora de siempre.

Te reserve algunas frutas y comida fresca, ya sabes. Por lo del otro dia.

Oh, cierto. Ya se le habia olvidado.

Repartio las gemas de Akutagawa entre sus amigos, Lucy, Mark y Kenji. Lo demas se lo quedo el y se lo dio a Fukuzawa.

Gracias a aquellas gemas pagaron el alquiler un mes mas, pues eran principios de primavera, y pronto empezaria el deshielo.

El albino siguio caminando, buscando a algun conocido por la mirada.
Escucho tambien criticas hacia su persona, aunque, siendo sinceros le afectaban y bastante, aprendio con el tiempo a solo seguir su camino.
Aunque aquellas palabras se clavasen como cuchillos en su corazon.

Esto.. ¿Atsushi?

El joven se giro rapidamente, de tanto buscar habia acabado fuera del mercado, y estaba ahora en las tiendas mas grandes.
Mas el que lo llamaba era su hermano mayor, Poe.

Ven, corre..

Sabia que era casi igual de apenado que el, solo que Esgar era el triple de timido, asi que entro rapido a la biblioteca de su hermano, y se sento en uno de los estantes.

—¿Sabes a que hora llega Kyokaaa?-Pregunto el albino con voz algo infantil. Realmebte el era el que se llevaba mejor con la menor de todos ellos. Aunque Edgar nego suavemente.

Llega despues del anochecer. Iremos Fukuzawa y yo.. ¿Tu sabes algo de Chuuya? .. esto.. la ultima vez.. dijo algo del castillo.. y no se si..

Y ya estaba divagando de nuevo. Increible.

Un sonido de patitas con garras chocando con el suelo alarmo a los dos, mas solo era Karl. La.. ¿Mascota? Del bibliotecario. Se lo habia encontrado herido por ahi, lo cuido, y lo alimento. Ahora el pequeño mapache le sigue a todos lados.

Ambos miraron al animalillo, que apuntaba a la puerta con su hocico.
Una sombra se reflejaba en la puerta semiopaca, de un material hecho por el propio dueño.

Esta abierto..- Dijo Edgar. Sabiendo quien era, ¿Debia dejar a su hermano quedarse? ¿Debia esconderlo? Holy shit..

Me voy por la trasera, tranquilo.

Si despues de tantos robos, Atsu no hubiera aprendido a leer expresiones faciales, seria un fracaso completo.
Aunque, bueno, no estaba muy lejos de su definicion de si mismo.

Dio un par de saltos agarrandose a las estanterias, y salio por la ventana.
Aunque, bueno, siendo el, era hasta normal.

Mientras el albino veia el cielo desde el tejado, como un gato blanco sobre el techo, el otro abria la puerta.
Supuso que el joven contrario a el, de gafas oscuras; sabia perfectamente lo que habia pasado.

Asi como tambien sabia que no le preguntaria.

No te esperaba hoy, chico de los lentes.—Dijo Allan. Haciendose a un lado, para que el pelinegro pasase.

Queria terminar la partida de ayer. Y proponerte algo. Pero.. eso depende de los dulces que tengas, y de si me ganas.

—¿No crees que eso es algo injusto?

—No

Ambos sonrieron levemente, apenas una misera curbatura en sus labios. Pero la mirada de autosuficiencia, de egocentrismo, de inteligencia que tenia cada uno, bastaria para hacer retroceder a cualquiera.

Ahora que lo pienso, rivales es una buena palabra para definir su relacion.

Solo ellos podian medirse contra el otro, solo ellos podian perjudicarse mutuamente.
Solo ellos podian tenerse esa amistad-odio reciproca.

Y ni siquiera sabian el nombre del contrario, o al menos Poe no lo sabia.

Porque Rampo acababa de escuchar toda la conversacion, datos nuevos sobre su juguete.

Tengo chocolate en la parte de mi mesa. Cogelos.

Sono mas bien como una orden, y al mirarse en el pequeño espejo que eran las gafas y ojos verdes del mas bajo, noto el gran cambio de actitud que tenia cuando estaba con el.

"Sera de lo mal que me cae.. se cree demasiado, para ser un crio"

Y asi, comenzo una apuesta..
Que acabaria en algo grande, dentro del casino Sigma.
Pero shh, porque eso ellos, no lo saben todavía ~

Yokohama, el pequeño pueblo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora