En el mundo de Naruto con un sistema patriarca part 2

cap 253

Capítulo 253

- ¡Vaya, Tadao, ya estás aquí! - Dándole una palmada en el hombro, dijo un anciano con una melena absolutamente blanca y áspera.

- D-D... - Tadao apenas se sobresaltó, pero fue interrumpido con rudeza por otra palmadita en el hombro, y una mirada penetrante del sapo ermitaño.

Sí, yo también me alegro de verte. Jiraiya dijo bruscamente y volvió su mirada hacia Kenshin.

"¡Ayame-nee-chan, cuatro porciones de ramen a expensas de este anciano!" Gritó el chico de cabello amarillo, sin darse cuenta de nada en absoluto, a excepción de los platos de fragante ramen que estaban sobre la mesa.

"¿Así que eres Nakayama Kenshin?" Jiraiya preguntó mientras se sentaba a su lado y lo miraba a los ojos.

Aturdido, Kenshin no tuvo más remedio que asentir. Jiraiya continuó mirándolo, y después de unos segundos suspiró con frustración.

- Por qué los cielos son tan ciegos, y favorecen solo a los sinvergüenzas y pícaros... - Mirando al techo, dijo Jiraiya, y luego miró a Kenshin, y agregó: - ¡Eres la persona más feliz del mundo, así que hoy pagas! – Dijo entre risas, y le dio una palmada en el hombro.

Tadao, Kenshin y sus dos hijos sintieron una tremenda tensión por estar cerca de una persona tan excéntrica, sin embargo, la última declaración los hizo soltar un suspiro de relajación.

"Por supuesto, con gusto trataré a nuevos amigos de Konoha". Kenshin respondió con una sonrisa, tratando de no provocar a una persona tan excéntrica.

- Wow, ¿entonces puedo pedir más ramen? preguntó Naruto con calma, a lo que Kenshin solo asintió con una carcajada.

Jiraiya, a su vez, pidió una botella de sake para él y comenzó a beber alcohol a la mitad del día, lo que provocó que Ayame se estremeciera de disgusto. Ella, como muchos otros, desconocía por completo la personalidad de este anciano, y lo trataba como a otro borracho y lujurioso.

Kenshin no estaba interesado en nada más que en Naruto sentado a su lado. Pensó durante mucho tiempo si valía la pena el riesgo, pero aún así no pudo contener su curiosidad y miró su "estado".

Nombre: Naruto Uzumaki

Edad: 11 años

Nivel de talento: 25 (73)

Calidad de los chakras: 4

Cantidad de chakras: 36400

Control de chakras: 37%

*****

Tan pronto como miró el "estado" de Naruto, la información sobre otro ser mucho más poderoso apareció ante sus ojos.

Nombre: Kurama

Edad: 965 años

Nivel de talento: ???

Calidad de los chakras: 14

Cantidad de chakras: 650000

Control de chakras: 94%

*****

"Dile a ese idiota, si no deja de mirarme y perturbar mi sueño, ¡le arrancaré el corazón y me comeré el alma!" - resopló molesto, tumbado con la cabeza entre las patas, un enorme zorro de nueve colas.

"¡Cállate, zorro! ¡No me distraigas de comer o te mataré a golpes!" - Gritó Naruto disgustado, quien más que nada odió cuando le impidieron comer su ramen favorito.

Al escuchar sus palabras, Kurama solo hizo una mueca de disgusto, y apartando la cara, continuó con su feliz sueño, sin querer discutir con el niño.

*****

Mientras tanto, Kenshin ni siquiera estaba al tanto del diálogo que se desarrollaba a un paso de él, y estaba asombrado con la información recibida. Estaba literalmente conmocionado por la cantidad prohibitiva del chakra de nueve colas y sus increíbles indicadores de la "calidad" de este mismo chakra.

Había estudiado durante mucho tiempo los valores de estos indicadores y sabía que cada nivel posterior de "Calidad del chakra" aumenta el valor energético de una unidad de chakra en casi 5-10 veces el valor anterior.

Al pensar en tales volúmenes de chakra, Kenshin no pudo evitar encogerse ante el potencial destructivo de una bestia tan poderosa, y no pudo evitar maravillarse ante el poder del gran shinobi del pasado que derrotó a una bestia tan poderosa una y otra vez. .

Para su sorpresa, el encuentro espontáneo y el posterior almuerzo con algunas de las personas más importantes de su generación transcurrieron sin contratiempos. Naruto era demasiado pequeño y no estaba interesado en nada más que en la comida, y Jiraiya, debido a su excentricidad, estaba en su propia mente y solo bebía en silencio, ocasionalmente mirando a Naruto sentado a la izquierda y Kenshin sentado a la derecha.

"H-su factura, señor...", dijo Ayame con el rostro enrojecido, sosteniendo una pequeña tableta con la inscripción, y luego agregó: "Tenemos un quince por ciento de descuento para nuevos clientes.

"Tsk, tsk, tsk... ¡¿Por qué el cielo está tan ciego y ha designado a un sinvergüenza como tú como su favorito cuando hay un gran héroe como yo?! - Declaró Jiraiya disgustado, notando la reacción de la joven ante Kenshin.

"Vamos, Naruto, no puedo estar ni un minuto más con él". - Declaró, y casi a la fuerza arrastró al niño con él.

Kenshin no entendía en absoluto cómo reaccionar ante tal cosa, y decidió simplemente permanecer en silencio y rápidamente despedirse de una persona cuyo poder sin precedentes nunca se había visto en la arena.

- Ayame-san, tienes un restaurante muy bueno... ¿Cómo ves que Ichiraku Ramen se convierta en un restaurante completo? Kenshin preguntó con una sonrisa, y puso un billete de cinco mil ryo sobre la mesa, y luego agregó: - No es necesario cambiar. Su gran ramen vale la pena el dinero.

Al escuchar su pregunta y aceptar el billete de cinco mil, Ayame cayó en estupor por unos segundos. No podía creer que alguien hubiera sugerido hacer de Ichiraku Ramen un restaurante completo, y una "propina" tan generosa era un claro indicador de la riqueza de este caballero, ya que la institución ganó tal cantidad en más de una semana.

"Yo... L-Lo siento, no puedo tomar decisiones como esa". T-necesitas hablar con mi padre..." La joven tartamudeó, sin atreverse a mirarlo a los ojos.

- Bueno. Dile a tu padre que vendré mañana. - Respondió Kenshin, sonriéndole con una cálida sonrisa, y luego volteó su mirada hacia la silenciosa compañera, y dijo: - Tadao-san, tenemos que irnos. Hay tantos lugares más en Konoha esperando nuestra visita...

*****

Kenshin disfrutó visitando varios sitios conmemorativos y completó su plan de viaje anual en su totalidad. La Konoha real era muy diferente de lo que veía en la pantalla, pero muchos lugares icónicos permanecieron sin cambios.

El único lugar donde nunca logró acercarse a más de unos pocos kilómetros es una majestuosa montaña con rostros tallados de todos los Hokage. Tadao, a su vez, se disculpó mucho, pero no tenía derecho a violar las reglas establecidas, porque el valor de esta montaña era incalculable.