Capítulo 315
- ¡Aaaaaaag! Tsunade gimió al sentir el latido de una enorme y gruesa polla que brotaba del interior de su coño y obligaba a una mujer madura y experimentada a golpear en un orgasmo violento.
- ¡Ooooh! – Kenshin exhaló en éxtasis, volviendo instantáneamente a sus sentidos. Toda su indecisión y pensamientos decadentes fueron instantáneamente dejados de lado, y fueron reemplazados inmediatamente por una lujuria interminable que lo consumía todo.
Sus ojos brillaron con una pasión indescriptible, y tirando las largas piernas de Tsunade sobre sus hombros, agarrando su estrecha cintura, comenzó a moverse, lentamente adquiriendo un ritmo constante y disfrutando de la vista de la diosa desnuda.
Pechos grandes y cintura estrecha. Caderas anchas y gráciles piernas con fuertes pantorrillas. Todo esto, junto con un rostro divinamente hermoso, creó una imagen verdaderamente indescriptible, de la cual Kenshin todavía no podía creer que esta mujer ahora le pertenece para siempre.
Por eso, levantó su mano derecha un poco más y agarró sus enormes pechos, apretando la carne flexible y cremosa con placer, y pellizcando ligeramente su pezón erecto y sobresaliente.
Su toque, junto con una polla palpitante que revienta su apretado coño, hizo que Tsunade chillara y experimentara otro mini orgasmo. Kenshin, a su vez, aceleró aún más el movimiento de sus caderas, penetrando más y más profundo una y otra vez, hasta que finalmente la cabeza de su polla se estrelló contra el cuello uterino.
- AAaaaaaaaa!!! Tsunade chilló y arqueó la espalda. Su lengua se cayó inmediatamente y la saliva goteó de su boca. Sus ojos se pusieron en blanco y su coño se apretó violentamente, con la esperanza de ordeñar todo el semen de su enorme polla.
- ¡Ooooh! Tsunade... Me estoy volviendo loco... - susurró Kenshin con voz dichosa, apenas capaz de contenerse de llenar su útero con una espesa semen.
"Uuuf... N-no... M-me estás volviendo loca..." susurró Tsunade sin aliento, todavía incapaz de pensar con coherencia. Las chispas aún bailaban en sus ojos, y los impulsos de verdadero placer continuaban irradiando desde su coño, por todo su cuerpo. Cada empuje de las caderas de Kenshin provocaba una respuesta sin precedentes en su útero recién despertado, y por primera vez en su vida, Senju Tsunade quería quedar embarazada.
Sus palabras deleitaron inmensamente a Kenshin, y centelleando sus ojos, volvió a agarrarla por la cintura con ambas manos, con la intención de regalarle la noche más inolvidable de su vida, para que la mamá tetona conociera todas las delicias de la locura, el sexo animal y el amor. él con todo su corazón.
Continuó follando el estrecho coño de una mujer madura sin parar, de vez en cuando, en accesos de pasión, agarrando sus grandes pechos y pellizcando sus hinchados y rosados pezones, disfrutando de la estrechez de su aterciopelado coño.
Encontrando su mirada, Kenshin no pudo evitar inclinarse y presionar sus labios carnosos contra los de ella. Apenas tocando sus labios, Kenshin sintió un deseo insoportable de terminar.
Sus labios y su lengua suave y rosada eran tan dulces que él se perdió por completo en este beso lleno de lujuria primaria y verdadero placer. Tsunade, a su vez, dejó escapar un sonoro gemido, y apretando su cuello, envolvió sus piernas alrededor de su espalda, y comenzó a terminar frenéticamente, moviendo sus caderas hacia sus penetrantes movimientos hasta el mismo útero.
- ¡E-esperaNooOooooOoOAaaaa! - gimió, una vez más perdida en el abismo de un poderoso orgasmo.
Ninguno de sus pocos encuentros sexuales le trajo ni el diez por ciento del placer que recibía cada segundo de coito con Kenshin. Por eso, su fuerte voluntad, junto con una psique extremadamente estable, no resistieron la influencia de las habilidades de Kenshin en lo más mínimo.
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En el mundo de Naruto con un sistema patriarca part 2
FanfictionEs una traducción la historia no es mía así que todos los derechos a su autor:Unomi Así si quieren véanlo Un joven que apenas ayer tenía grandes planes para la vida despierta en un lugar desconocido y descubre que ha caído en el duro mundo de las g...