En el mundo de Naruto con un sistema patriarca part 2

cap 329

Capítulo 329

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Cuando Kenshin y Tsunade entraron al comedor de los padres, todos ya se habían reunido y estaban sentados en sus asientos, hablando en voz baja entre ellos. Nadie tocó la comida, porque para todos, incluidos Karin y Makoto, era una parte bastante importante del ritual, además de un homenaje al cabeza de familia.

Tan pronto como aparecieron detrás de la puerta, todas las conversaciones se silenciaron a la vez, y los ojos de todos los presentes se centraron en ellos, y sobre todo en la apariencia extremadamente efectiva e imperiosa de Tsunade.

Ella actuó como si todo fuera exactamente como debería, y la larga espera para los demás no era más que su deber. Kenshin sintió una creciente indignación y el descontento deslizándose en sus ojos, y se apresuró a calmar la situación.

- Buenos días... Karin, Makoto, ¿por qué no comen? Ya te dije que no me esperes, e inmediatamente empieza a desayunar. De lo contrario, ¡nunca crecerás! - Dijo con una leve risa, y acarició la cabeza de ambas chicas.

- Buenos días, papi... Pero estoy creciendo muy rápido. ¡Mis pechos ya son más grandes que los de Makoto! Karin dijo con orgullo, haciendo que todos los presentes se animaran visiblemente, y algunos incluso se rieran.

- Karin! - Hubo un siseo sincronizado de Makoto y Keiko, y Tsunade, quien se acercó detrás de Kenshin, solo sonrió suavemente y acarició suavemente el cabello del bebé.

"Buenos días, cariño... Tu papá tiene razón, para convertirte en una kunoichi fuerte, necesitas comer bien y obedecer a tus padres". - Suavemente, y con amor, susurró Tsunade, sorprendiendo a todos los presentes, y sobre todo al mismo Kenshin.

Nunca había esperado tal demostración de emoción de una mujer perpetuamente fría y dominante, pero no pudo evitar sonreír al darse cuenta de que en muy poco tiempo estaba imbuida de simpatía por alguien que no era él.

El desayuno fue extremadamente desafortunado, porque a pesar de su simpatía por Karin, Tsunade simplemente ignoró a todos los demás, solo ocasionalmente se volvió hacia Hitomi. La situación era tan inusual que a todos les parecía que Kenshin y Tsunade eran "padres", y todos los demás estaban en la posición de "hijos".

Kenshin entendió que este estado de cosas no conduciría a nada bueno, y trató de suavizar las esquinas. Sin embargo, el conflicto sucedió, y exactamente como debería haber sido esperado.

- Increíble... ¡Este dulce de leche es simplemente increíble! Karin, cariño, prueba..." ronroneó Tsunade, estaba de muy buen humor, sintiéndose completamente relajada y cómoda.

- ¡¿No tienes suficiente leche en esos pechos grandes?! ¡¿Ven a mi casa, bebe mi leche, fóllate a MI hombre y quieres convertirte en una hembra alfa?! Noriko gruñó con enojo, sus nervios habían desaparecido por completo. Instantáneamente aumentó de tamaño y casi rasgó toda la ropa que llevaba puesta.

- ¡Noriko! Kenshin y Kasumi exclamaron en estado de shock.

Kenshin ya estaba listo para usar las medidas más severas para contener la agresión de las dos angustiadas mujeres, sin embargo, para sorpresa de todos, Tsunade no se movió, y además, siguió sonriendo, y tomó otro sorbo de yogur, y luego, después de lamer sus labios, ronroneaban dichosos:

- Así es, niña. Ahora soy la hembra alfa en esta casa. - Con una suave sonrisa respondió ella, sin distraerse ni un segundo de la comida.

- ¡T-TÚ! - exclamó Noriko con ira, y finalmente cayó en cólera. Sin embargo, al momento siguiente, una presión invisible la inmovilizó contra el suelo, incapaz de moverse.

- ¡Tsunade! ¡Cálmate! Kenshin exclamó con autoridad, sintiendo ira hacia esta mujer por primera vez.

- ¡Mmm! A ella no le pasará nada. La chica simplemente sobreestimó un poco su fuerza. Esta lección le hará bien. – Respondió Tsunade en un tono ligeramente ofendido, y disipó la presión del chakra concentrado.

- Tsunade-san, en vano le estás haciendo esto... ¡Aunque es irascible, es amable! Y tú... - exclamó Khan, ayudando a su amiga a levantarse.

- Cariño, quién mejor que tú para saber qué es el sentido del rango. Incluso tu madre y tu abuela tienen que hacer una reverencia cuando me conocen. Y no te corresponde a ti evaluar mis acciones. Dijo Tsunade en un tono un poco más serio, finalmente arruinando el estado de ánimo de Kenshin.

- ¡Cállense los dos! - exclamó Kenshin en tono autoritario, sintiendo que Hana no pretendía detenerse, y Tsunade se iba metiendo cada vez más en el sabor.

Después de sus palabras, Hana se desplomó instantáneamente y adoptó la mirada triste de un perro que se disculpa, bajando los ojos al suelo. Y Tsunade, a su vez, miró atónita a Kenshin y apretó los dientes.

Con cada segundo subsiguiente, su rostro se volvió más y más tenso y sus ojos más y más enojados. Kenshin la miró imperiosamente a los ojos, y se quedó en silencio, esperando cómo terminaría este enfrentamiento.

Para su alivio y alegría, después de unos segundos, Tsunade finalmente bajó la mirada, y la ira en su rostro fue reemplazada por confusión, y sus pensamientos nuevamente se llenaron de muchas contradicciones, hasta que finalmente sintió el toque de Kenshin.

Se inclinó un poco sobre ella y la abrazó suavemente, apretando su cabeza contra su pecho y besándola en la nuca. El temblor que comenzó en todo su cuerpo se detuvo de inmediato y su mirada adquirió un poco más de significado.

Sus pensamientos aún eran un caos, y Kenshin tuvo que interrumpir apresuradamente la comida de la mañana para ayudar a Tsunade a recobrar el sentido, porque lo que sucedió indicó que este problema debe resolverse en un futuro cercano, de lo contrario, las consecuencias podrían ser mucho más graves que presión de sujeción inofensiva.

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"¿No entiendes que los miembros del mismo clan, y además, de la misma familia, no pueden pelear? ¡¿Por qué te comportas así?! exclamó Kenshin, mirando a Tsunade sentada en la silla. Su rostro expresaba un evidente disgusto, y sus brazos cruzados sobre el pecho simbolizaban el malestar experimentado.

- ¿Y todavía no entiendes? Estoy dispuesto a tolerar su existencia como tus concubinas, ¡pero estás tratando de hacernos amigos! ¡Esto no sucederá! - Dijo enfadada, apenas conteniendo el desagrado que rugía en su pecho.