OC MASCULINO
Personaje original masculino
Un nuevo supervisor entra a la UA, quien al tener que pasar todo el tiempo en la escuela resulta tener bastante tiempo libre, se da cuenta que Aizawa pasa mucho tiempo
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Mala memoria Parte 1
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Es de mañana, Aizawa se despierta lentamente, las sábanas que lo envuelven son cálidas y la almohada bajo su cabeza es suave, está tan cómodo que preferiría morir antes de levantarse de la cama.
Bosteza adormilado y solo se voltea abrazándose más en la mullida cama, se deslizó para acurrucarse contra la pared fresca a lado de su cama, más tarde que temprano se dio cuenta que no había pared alguna y terminó cayendo en el suelo.
—Ay mierda... — Se sentó frotándose los ojos antes de levantar la vista borrosa por el sueño.
Cuando sus ojos enfocaron su entorno, se dio cuenta que esta no era su habitación.
Miró a todos lados, la habitación era de tonos lilas y blancos, todo estaba absolutamente ordenado y había bastantes plantas por ahí, se sacó la sabana de encima y se inspeccionó a sí mismo, llevaba un suéter grueso y cálido color morado claro, su ropa que había usado anoche ya no estaba ahí y también llevaba unos pants muy cómodos con un par de calcetas térmicas que abrazaron sus adoloridos pies.
Se frotó los ojos intentando escudriñar entre sus recuerdos de lo que había pasado la noche anterior, pero no había mucho después de salir de cenar con Cha.
Tal vez, ¿este era el departamento de Cha?, tenía que serlo.
Se puso de pie y miró una foto sobre el escritorio, era el menor con su hermano pequeño, entonces si era su habitación.
Pero ahora había otra pregunta, ¿qué demonios hacía en el departamento de Doi-Hyon sin tener recuerdos de la noche anterior y vestido con ropa que no era suya?
Pronto empezó a entrar en pánico, recordaba haber salido del restaurante con el coreano, recordaba haber bebido, y eso era todo.
Se inclinó para sentarse a pensar un poco y sintió un dolor agudo en la espalda baja, un tipo de dolor que él bien conocía...
—¡Ay mierda!, ¡Joder! — Gritó en un susurro llevándose las manos al cabello.
Buscó por todos lados hasta que vio su teléfono en la mesa de noche, eran las ocho de la mañana, no había mensajes ni llamadas, ningún indicio de lo que había ocurrido, solo una foto que parecía haber tomado Cha donde se veían ambos en el auto del coreano.
Escuchó un fuerte rugido metálico de una máquina, el sonido lo había asustado por lo que el teléfono cayó en la alfombra y rebotó debajo del escritorio, suspira y se agacha para conseguirlo, y de nuevo otro rugido metálico lo volvió a hacer saltar y esta vez golpearse en la cabeza con el escritorio.
