Capítulo 6

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La belleza del onix

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La belleza del onix

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La luz anaranjada del amanecer se filtra por los grandes ventanales, Aizawa escucha sus botas negras sonar contra las baldosas blancas del suelo de forma indiferente mientras se dirige a su clase, va un poco tarde, pero no le interesa mucho realmente.

Mira al campo de entrenamiento a lo lejos atreves de la ventana, mira la pequeña multitud de sus estudiantes en el campo de entrenamiento.

—Así que ya salieron...— Suspira.

Camina con pasos perezosos hacia la cafetera y sirve en un termo la bebida caliente, luego se dirige a la ventana y la abre.

El azabache se aseguró de que su termo estuviera bien cerrado, se apoyó en el marco del ventanal y luego saltó.

Cayó de forma segura y con gracia, se sacudió un poco los pantalones del polvo que se había levantado por el impacto de las botas en la tierra.

Aizawa abrió su termo, bebió un sorbo y sigue su camino hacia el campo de entrenamiento.

Hay una nube de polvo en medio del campo, Aizawa la rodea superficialmente y camina hacia el resto de las y los estudiantes, al pasar por un lado, un tentáculo dorado ya conocido se disparó fuera de la barrera polvosa.

La bruma de tierra se disipó de un segundo a otro por una explosión, Aizawa miró el centro del cuadrado marcado en blanco en el suelo, ahí estaba Cha, con Bakugou envuelto en aquellas extremidades de oro.

Cha observa detrás de los lentes redondeados los ojos onix del profesor a tres metros de él.

El coreano sonrió apacible, contradiciendo totalmente la forma violenta y salvaje en la que sus tentáculos retenían al muchacho rubio, además de otro montón de tentáculos que suspendían al coreano en el aire con fluidez .

Los tentáculos se movieron cual los de un pulpo avanzando hasta que estuvo frente a Aizawa.

—Llega tarde, Aizawa sunbae— Indica con un toque de burla.

Aizawa abre la boca para batear con un argumento astuto, pero fue interrumpido por una explosión que fue rápidamente ahogada entre los tentáculos que se ciñeron más contra el cuerpo del muchacho.

—Buen intento Bakugou, hubiera funcionado de no ser que lo intentas contra un profesor— Mira al muchacho por sobre el hombro y luego lo deposita suavemente en el suelo —Cuando trabajas con adolescentes tienes ojos en la espalda— Comenta con una suave risita, mira a los demás —Muy bien, esa fue la demostración de lo que deben hacer, los del equipo rojo intentarán llegar a los del azul y estos tienen que evitar ser tocados, pueden pasar los primeros— 

Los tentáculos desaparecieron en la lámina de oro sobre el suelo y Cha caminó de vuelta para recogerla y guardarla en su bolsillo.

—Lo hiciste bien, chico— Le dijo a Bakugou cuando este pasó por su lado, el nombrado solo se encogió de hombros chasqueando la lengua.

Alguien me preocupa ||Aizawa x Oc||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora