Los murmullos en la montaña nevada

¿Mi mal o buen inicio?

Lan Qiren en estos momentos se encontraba en su Sanshi cumpliendo su castigo, habia sido latigueado 45 veces, solo por haber defendido a su esposa e hijo, su familia ya no existía, ya todo se convirtió en una pesadilla, su hijo y esposa están siendo buscados por su culpa...

Lan Qiren tomando valor se puso de pie aún con sus heridas en la espalda y salió del Sanshi para ir a buscar a su familia que ya deberían de estar en Qinghe Nie por estar huyendo de los lan.
Con la poca energía espiritual que le quedaba tomó su espada y emprendió vuelo con cuidado de no caer, llegó a Yilling donde desde hace 4 semanas su esposa había dejado de mandar cartas o cualquier ubicación, después se encontró con un pequeño que estaba pidiendo comida y rebuscando en la basura, el infante se veía demacrado tenía mordidas de perro y la ropa desgarrada, al acercarse a el y preguntarle el pequeño volteo y lo primero que hizo fue gritar la palabra "papá".
Su corazón casi se le detiene al ver a su hijo, A-Ying solo en ese momento tenía 4 años, sus pequeñas manos estaban lastimadas y mugrosas.

-Hijo... ¿estás bien?, ¿Estas herido?, ¿Tienes frío?

Tomando su túnica exterior se la puso al pequeño que apenas hizo contacto con la tela tibia dio pequeño estornudo pues sus manitas estaban heladas al igual que todo su ser estaba lastimado
Tenía tanto miedo que el pequeño también le fuera arrebatado de su lado, aunque pensadolo bien... ¿Donde estaba Cangse?...

-A-Ying... Donde está tu madre?...

-Mami me dijo que corriera, habían hombres con la misma ropa de papá que nos venían persiguiendo, todos traían espadas como "Tao", y asi que corrí tambien por miedo, no soy como mami de valiente.

Tao es el nombre de su espada, su pequeño sabía identificar bien las armas, el problema es cuando su pequeño menciono a los cultivadores de Gusu, casi presencia la muerte de su madre cosa que le hubiera causado un trauma de por vida.
Su pequeño tenía directamente el apellido Lan por el... Debía llevarlo a un lugar seguro y Gusu no lo era pero no había otro a dónde ir...

-Irenos a Gusu por algunas cosas.

-Irenos a casa?

-Ese lugar ya no es casa hijo.

Lan Qiren tomo en brazos a su pequeño que feliz se acurrucó en su pecho, todo su cuerpo dolía pero no sé detendría y dejaría que lastimaron lo único que le queda.
Emprendió vuelo de regreso a Gusu dónde ya cultivadores lo esperaban en la puerta de entrada para regresarlo al Sanshi.

-Segundo maestro Lan, a incumplido su castigo.

-Esos fueron los hombres papi...

-Tranquilo a-Ying, estarás conmigo siempre...

Lan Qiren mantuvo su semblante serio y siguió caminando al Sanshi dónde seguiría su castigo, el pequeño Lan Ying se quedó acurrucado entre las ropas de su padre, quería sentir su calor por el fuerte frío que hacía en Gusu...
Sabía que le quitarían a su pequeño para cualquier cosa a menos que lo nombrará parte del clan, tomo su cintillo y se lo coloco a su hijo, todos estaban sorprendidos por ello, jamás se vio tan determinado a Lan Qiren.
Qinghen-jun hermano mayor de Lan Qiren fue en su encuentro, no solo encontró a su hermano sino también al pequeño que se le había notificado, tenía ojitos grises y cabello ondulado pero lo más llamativo era su color de cabello, oscuro completamente, era idéntico al de su hermano pequeño.

-A-Ren... Ese es...

-Si, es mi hijo, mi pequeño quedó sin madre por culpa de ellos...

-Hermano... Espera... No te vallas, debes quedarte..

-No debo, es mi decisión, si eso implica mantener seguro a mi hijo lo haré, por algo los hermanos mayores son los que enseñan lo que no deben hacer los hermanos menores...

Fue una frase a la defensiva, su hermanito le replicaba por haber abandonado a sus hijos siendo pequeños, el líder de secta debería ser quien liderará, su hermano ya había hecho tanto por el y le había pagado con la muerte de su cuñada.

-Qiren... Asumiendo mi papel como líder te exijo que te quedes en Gusu, tu pequeño será aceptado como un Lan y a tu esposa se le dará un entierro digno..

-Ese es el problema, ¡Ella debería estar aquí conmigo, cuidando de mi hijo y siendo una madame Lan tan fuerte y valiente como solo era ella!, Y yo... Debería estar diciéndole lo mucho que la amaba, lo mucho que la adoraba, lo mucho que ahora la extraño.

Lan Qiren estaba sacando todo de su sistema, gritaba pues sabía que su cinta ahora la portaba su pequeño, se estaba desahogando tantos años, los seis años de matrimonio que tubo con su esposa, salía seguido para verla y más cuando se entero que Cangse esperaba un hijito.

-Papá, ¿Seré un Lan completo?

-A-Ying, tu siempre has sido el Lan más Lan.

-¿Su nombre es Ying?

-Si, su nombre es Lan Ying, su madre lo escogió para el.

Lan Qiren aún no podía procesar que su adorada estaba muerta, en su mente solo estaba la escena de ella llena de recuerdos de ella sonriendo y riendo, su hermosa sonrisa que lo enamoro a primera vista.

-Pequeño a-Ying, soy tu tío Lan Meng.

-Hola... Me llamo Lan Ying y soy hijo de Lan Qiren y Cangse Sanren.

-¿Que edad tienes?

-Tengo cuatro años y soy un niño grande o eso me dice papi y mami.

-Eso es muy lindo, sabes?, En unas semanas tendrás una cinta igual a la de tu padre.

-Tendre mi propia cinta que solo papi tocará.

-Si, veo que conoces el significado de la cinta.

-Si, mami siempre tomaba la cinta de papá y jugaba con ella como poniéndosela para amarrar su pelo.

Qinghen-jun se quedó blanco por un momento, su hermano era tan estricto con las reglas y ahora se venía enterando que su cuñada jugaba a cada rato con su cinta, era irónico escucharlo, aunque su sobrino tenía la cinta se la acomodo y no jugó con ella.

-Te gusta mucho la cinta?

-Sip, papá decía mucho que cuando nos presentará a mami y a mi nos darían una y seríamos parte del clan, incluso mami decia que su nombre con el apellido Lan sonaba más bonito.

-Si, sonaria bonito...

-A-Ying, vamos al Sanshi, ya platicaste mucho con tu tío

-Si, adiós tío.

Lan Qiren se llevo a su pequeño que apenas sintió que la cinta se caía se la quito y la amarro para acegurarla, era perfecta la forma en que la amarro, tal y como su padre le enseñó.