Lan Qiren tiene una vida normal y buena dentro de lo que se puede decir.
Tiene una esposa y un hijo, pero... Que tal si esto cambia cuando su clan le arrebata una oportunidad de ser libre...
Wen Ruohan tuvo algunas vez una familia que le fue arreba...
¿Es raro no ver a uno de los jades de Gusu en todo Gusu no?, pues este es el caso del maestro Qiren que no encuentra ni a su hijo ni al joven heredero Jin, ambos chicos están desaparecidos. Solo podemos decir que ambos chicos ya se fueron a jugar a otro lado, y será ahora más común pues ya faltaban pocos meses para volver todos a sus sectas.
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-entonces, ¿has vivido aquí toda tu vida?
-Si y no, apartir de los cinco llegué a Gusu.
-¿No naciste en Gusu?
-De hecho si, cuando nací mi madre estaba en Gusu pero por leyes de allí yo era un hijo bastardo según los ancianos de aquellos momentos, a pesar que mi padre estaba casado con mi madre yo era un bebé no deseado por esos viejos.
-¿Y esos cinco años?
-En esos tiempos que viví fuera porque estuvieron a punto de matarme, mi madre se encargaba de llevarme de aquí a allá para poder protegerme pero un día cuando la encontraron mi madre dió su vida para que yo corriera y me fuera, estuve aproximadamente dos meses en las calles , a penas mi padre se enteró fue por mi al lugar, me encontró y me llevo a Gusu.
-Ya veo, eso es bastante fuerte...
-Si un poco... Pero al final soy feliz viviendo en Gusu y nadie me va a sacar jamás de allí jejejeje.
La sonrisa que le regaló a Zixuan no era una feliz sino una muy llena de pesar y algo de melancolía, siempre recordar a su madre le resultaba bastante difícil, si le preguntaran si había olvidado ese fatídico día diría que no y que sigue fresco en su mente. La imagen de su madre siendo atravesada por una espada frente a sus ojitos de solo cinco añitos fue muy fuerte para el... el como las personas que la mataron son los mismo que ahora ve dar clases en el reseso de la nubes es demaciado complicado...
-¿Y como fue tu infancia Zixuan?
-Pues... Tuve todo, nací casi en cuna de oro, tenía la atención de los discípulos y sirvientes pero jamás las de mi padre, mi madre era presente pero ausente, mi padre solo me engendro pero siempre me sentí desechable, en cualquier momento solo tomaría otro de sus hijos y lo pondría en mi lugar.
-Ya veo...
Los dos ahora estaban un poco más informados sobre ellos, sus infancias eran poco parecidas pero con los mismos sentimientos, añoranza, perdida y abandono.
Mientras seguían caminado por el bosque estos dos escucharon unas cuantas ramas romperse poniéndolos alerta, sus sentidos de cultivador eran buenos así que no tardaron en sacar sus espadas.
-Jamas e peleado a tu lado.
-Pues esperemos que no sea la primera y última...
-¡Ja!, esperemos que no.
Del mismo arbusto salió un hombre de túnicas viejas y desgatadas, sus manos estaban sucias y un poco lastimadas, a pesar de una altura considerable se podía notar su cansancio.
