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-Jude pov's-


El entrenamiento finalizó tranquilo. Respecto a lo sucedido nadie dijo nada. No estaba de humor para nada. Por lo que fui hacia mi casa directo, sin esperarlo. Llegué y no lo pensé dos veces, junté ropa en mi mochila y me fui, no quería estar con él. Necesitaba descargarme tranquilo y no podría hacerlo con su presencia en la casa.


Una vez en el auto, pensé que puedo hacer. Giovanni llegó a mi mente, mi amigo.

-¿Jude?- escuché desde mi celular.

-Gio...- no sabía que decirle, ni tampoco como.

-¿Estás bien?- preguntó preocupado por mi silencio.

-Yo... ¿puedo ir a tu casa?- pregunté dudoso.

-Claro, ven- dijo más tranquilo.

-Gracias, estoy en camino- dije encendiendo el auto.

-Te espero entonces, conduce con cuidado- dijo y luego se escuchó el tono que indicaba que había cortado.


Toqué timbre una vez estacioné en frente de su casa.

-Jude, pasa- dijo haciéndose un lado para que pasase.

Yo pasé y me senté en su sillón.

-JUDE- gritó Gio, moviendo su mano en frente de mi cara.

-¿Qué es lo que pasó?- preguntó preocupado.

Ya no podía ocultar más lo mal que me sentía. Mis sentimientos siempre fueron buenos durante toda mi relación con Erl, sin embargo, ahora eran amargos.

-¿Es por Haaland?- preguntó despacio.

-Si... él me a estado evitando y no sé por qué. No se si hice algo mal o lo molesté, le preguntó que le pasa y tampoco obtengo respuestas- dije mientras lo miraba a los ojos.

Él acarició mi hombro como apoyo. Era lo que solía hacer y usualmente me hacía sentir mejor, pero esta vez no era tan efectivo como las veces anteriores.

-Tranquilo, Jude. Sé que pase lo que pase él te lo dirá, tal vez solo debes darle tiempo o confianza-.

Quise sonreír también.

~¿Realmente existe esa propuesta? ¿Me dejará para estar libre en el city?~

Una mueca arruinó la sonrisa que intentaba formar. Mi pecho volvió a doler.

-Tengo miedo- dije sincero -¿Y si los rumores son ciertos y me quiere dejar para estar soltero en el City?-

Sentí unos brazos familiares rodearme.

-Deja tus emociones salir, sino te dañarás más- dijo mientras me daba palmadas suaves en la espalda.

Fue ahí que me dí cuenta que había empezado a llorar. Me alegraba tener a Gio, con él podía ser vulnerable y él podía serlo conmigo.


Luego de un rato, cuando terminé de descargarme en los brazos de mi amigo, nos separamos y me mandó a bañar.

-Ahora andate a bañar, no te bañas desde el entrenamiento, mugriento- dijo riéndo.

-De acuerdo, voy, voy- dije y me fui a bañar.

-¿Qué es ese olor?- pregunté al salir del baño, ya con un pijama puesto.

-Pizza y casera- dijo orgulloso.

-¿Debo llamar a los bomberos? seguro quemaste la cocina- dije divertido.

-Andate a cagar, yo que te iba a dar de comer y ayudarte con tu novio- dijo dándose vuelta ofendido.

-Es chiste, es chiste. Si ya sabes que te jodo- dije mientras me acercaba.

¿Rivales? [Bellingham & Haaland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora