¿Rivales? [Bellingham & Haaland]

-7-

NOTA DE AUTOR:
Gente linda, no pago terapias :)
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-Jude pov's-

"Debemos terminar"

Esas palabras horribles.

-Jude-

~Estás solo~

Quería que esas voces pararan.

-Jude-

"¿Los rumores son ciertos?"

~ESTÁS SOLO~

-JUDE-

-ERLING-

Me desperté exaltado, todo era un sueño.

-Tranquilo Jude- dijo Gio.

No sabía como que hacía él en mi casa pero acá estaba.

-¿Qué fue lo que pasó?- preguntó.

Ahí venían de nuevo los recuerdos de la noche anterior. No quería hablar, las palabras no salían, pero las lágrimas sí.

Gio me abrazó y yo correspondí. No quería hablar pero aunque no lo admitiera necesitaba que alguien esté conmigo.

-Déjalo salir, ya te sentirás mejor- dijo él.

Me dolía, todo me dolía. No había logrado conciliar el sueño y cuando lo hice solo tuve más de lo mismo.

Lo extrañaba, a él, a Erling. No podía asimilar la forma en la que se dieron las cosas.

Reyna se quedó conmigo toda la tarde, tomamos té. Ahora estaba en la pieza, ya no había sol y comenzaba la noche. En la tele se veía una película, no sabía cuál, no le estaba prestando atención. Por más que intentaba no podía.

-Te hice sopa, tu favorita- dijo trayendo un plato con sopa en mi dirección.

En otras ocasiones, el solo ver el plato, ya me hubiera hecho sentir mucho mejor. Amaba esa sopa, de alguna forma siempre calmaba mi malestar. Sin embargo, esta vez no estaba haciendo mucho efecto. No me generaba nada más que nostalgia, no despertaba ni mi apetito.

-Gracias- dije a duras penas y mi voz salió áspera, no parecía que esta fuera mía. -Pero no quiero- dije.

-Tienes que comer, Jude- dijo insistiendo.

-No tengo hambre- dije sincero. No tenía apetito en absoluto.

-Pero aún así tienes que comer- dijo decidido.

-Podemos hacer esto por las buenas o por las malas- dijo mientras agarraba la cuchara y la llenaba de sopa.

-No- dije yo.

-Por favor, Jude. Por lo menos un poco- dijo con una cara de cachorro irresistible.

-Solo un poco- dije rendido.

Me dió unas cucharadas de sopa, yo las aceptaba pero no muy gustoso. Sentía como si me obligara a comer.

-No quiero más- dije cuando estaba por darme otra.

-De acuerdo- dijo cediendo Reyna.

-Ya es tarde, debes ir a casa- dije en su dirección.

-Me quedaré contigo- dijo él.

-Pero tienes que volver, tu perrito te espera- le dije.

-Él estará bien, tengo que cuidarte a vos-

-Yo estoy bien, vé con él- dije mirándolo.