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-Jude pov's-

Aún recuerdo cuando Erling y yo nos conocimos. Jugando en Borussia Dortmund. El día en que llegué, fue la persona con la que más hablé. Me ayudó a familiarizarme con el lugar y las personas vinculadas a este, ya sean jugadores, como el staff. Fue amor a primera vista podría decir, por lo menos de mi parte.

Desperté al sentir que los agarres en mi cintura se iban.

-Buen día, Jude- pude escuchar de parte de mi novio.

Cierto olvidé contarles, hoy en día es mi novio.

-Buen día, lindo- dije de forma coqueta.

-Para con eso- respondió avergonzado mientras un pequeño sonrojo se formaba en sus mejillas.

-Sabes que amo verte rojito- reí al ver que rodó los ojos ante lo que dije.

-Entra bañarte o llegaremos tarde al entrenamiento- dijo él.

-De acuerdo, pero solo si me das un beso- dije viéndolo divertido.

Erling se acercó a mí, me alzó en sus brazos y me llevó al baño, apenas toqué el piso, sentí sus labios sobre los míos. Escuché el golpe de la puerta cerrándose y ahí comprendí que ese dulce beso se había terminado, no estaba para satisfecho al respecto. Nunca podría tener suficiente de ese hermoso hombre.

Procedí a bañarme, ya que sabía que si no lo hacía, grandes y poco lindas consecuencias se vendrían en mi contra. Al terminar, me coloqué una toalla en la cintura y salí en búsqueda de mi ropa. Hoy no había preparado que ponerme como siempre lo hacía, esto gracias al asombroso hombre que estaba a mi lado en mi día a día. Iba a suspirar rendido, hasta que me topé con un lindo conjunto preparado. Había sido Haaland.

Fue imposible que una sonrisa no se dibujara en mis labios. Suelo ser el más coqueto de los dos, sin embargo, Erling se encargaba de los pequeños detalles y eso era algo que amaba de él. Nos complementábamos perfectamente.

Al salir del cuarto, él me esperaba apoyado en la mesada. Al notar lo que llevaba puesto sonrió.

-¿Te gustó?- dije abrazándome y mirándome.

-Sí, mucho. Gracias- dije correspondiendo a su abrazo y apoyando mi cabeza en su hombro. Dejé un beso en su cuello, sin malas o segundas intenciones y me separé, para darle otro en los labios. Nos separamos y nos dirigimos al Signal Iduna Park.

-Buen día- dijo Haaland cuando llegamos a los vestuarios.

-Buen día- dijo Marco.

-¿Cómo están?- pregunté mientras los saludaba.

-Bien ¿y vos?- preguntó Giovanni.

-Bien, por suerte- respondí y sonreí amigable.

Todos siguieron en lo suyo, algunos terminando de desayunar, otros cambiándose y algunos simplemente hablando. El ambiente era tranquilo, lo cuál me relajaba.

-Chicos, buen día- dijo Edin, el entrenador.

-Buen día- respondimos los demás.

-Espero que hayan dormido bien porque tenemos que prepararnos para el partido contra el city, este fin de semana-

Todos asentimos. Estábamos emocionados por ese partido, o por lo menos, yo lo hacía.

-Vayan saliendo al campo- dijo para luego irse.


El entrenamiento se pasó rápido. Primero estiramos, luego calentamos la primera parte en las bicicletas, para la segunda realizamos vueltas a la cancha. Luego elongamos un poco y seguimos con los ejercicios en parejas.
Erling y yo siempre entrenábamos juntos, sin embargo, esta vez fue diferente.

¿Rivales? [Bellingham & Haaland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora