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Mientras las frías manos del Dr. Cullen recorrían su cuello, no podía dejar de pensar en el extraño olor que salía de su cuerpo. No olía a humano, era extraño. Intentando no pensar que estaba desnuda en la parte de abajo, Hye miraba fijo su entorno. 

 El ruido en la habitación había parado y parecía que seguían discutiendo en susurros. Edward salió de la habitación con sus pantalones, tenía un semblante frío y distante. Le estaba dando una clara señal de que no serían amigos. 

 -Al parecer lastimo el músculo de tu cuello, pero no llego al hueso o a algo importante- Carlisle al fin rompió el silencio de la habitación- Deberás usar un cuello ortopédico por una semana y estarás perfecta.

 - Bueno- Fue lo único que pudo modular la niña, ya que no podia hablar. 

 El médico se dirigió a la habitación donde estaban los demás. El vampiro aprovechó y dejo el pantalón a un costado de la chica para que se lo pusiera. Bajo la atenta mirada del chico, Hye se puso los pantalones.

 Un silencio incómodo se instaló entre los dos, la chica no podía hablar y al parecer Edward tampoco lo haría. La mirada del chico seguía siendo oscura, no con el extraño dorado que siempre adornaba sus ojos.

 Noto que él miraba su mano fijamente, allí recordó un punto considerable. Era un vampiro y ella tenía una herida reciente en la mano. Con cautela analizo la venda de la herida, por el esfuerzo de huir la herida se había vuelto a abrir, manchando la venda con su sangré.

 Como si notara su incomodidad, Edward aparto la mirada de allí. En ese momento el Dr. Cullen salió de la habitación con un cuello ortopédico, con cuidado se lo puso alrededor del cuello de la chica.

 De la habitación comenzaron a salir dos manchas que se dirigieron a la escalera. Más lentamente salieron Alice junto a Jasper. Hye vio sus manos unidas y como parecían cercanos. En la escuela también los había visto, siempre estaban juntos. 

 Hye se quedó observando a todos esperando. Esperaba que le dijeran algo o tal vez esperaba que le hicieran algo. No sabía que esperar de los Cullen, aunque parecía que no la querían muerta, no aún. 

 Sintiéndose cada vez más pequeña, la chica recordó su arma y su navaja. Tal vez no era el mejor momento para preguntar sobre eso. También pensó en su padre, el doctor dijo que lo llamaría antes de que Rosalie intentara matarla.

 -Bien, debería llamar a tu padre para que te venga a buscar- Suavemente hablo Carlisle - Pero antes, hay algo de lo que debemos hablar. 

 Mierda fue el primer pensamiento de Hye, ella solo quería llegar a su cama. Vio como una pequeña sonrisa se formó en el rostro de Edward. En ningún lado leyó que los vampiros lean la mente, pero parecía que esté lo hacía.

 El vampiro le dio una mirada antes de asentir confirmando sus sospechas. Una sonrisa satisfactoria se instaló en Hye. 

 - Como ya sabes, somos vampiros. Me sorprende que hayas podido descubrirnos tan rápido- Empezó a hablar el patriarca de la familia- ¿Qué harás con esa información? 

 La chica le dio una mirada a Edward esperando que lea sus pensamientos. No se esforzaria en intentar a hablar. La última vez fue doloroso intentarlo.

 -Dice que no hará nada, solo quiere irse a su casa- Tradujo el vampiro sus pensamientos - Toda la investigación que hizo de nosotros fue para su propio placer, así que no le dirá a nadie más nuestro secreto.

 -Bien, ¿Podemos confiar en ti, Hye?- El médico tomo las manos de la chica entres las suyas. 

 Notando la diferencia de tamaño, el frío y la intimidad con la que había hablado el vampiro, la chica se sonrojó. Asintió mirando fijamente los dorados del doctor. De forma vergonzosa su corazón se aceleró cuando este le sonrió. 

 Se oyó un gruñido en la habitación, todos voltearon a ver al vampiro rubio al otro lado de la habitación. Este tenía los ojos oscurecidos y miraba fijamente a las manos unidas del vampiro y la humana. 

 Sonriendo el mayor soltó las manos de la chica para ir a llamar al padre de Hye.    

𝐎𝐛𝐬𝐞𝐫𝐯𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 ||Jasper Hale||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora