CAPÍTULO 11: CONFIANZA

1 0 0
                                    

Región de Yamen, continente de Dorme al 6 de julio del 2023. Ciudad.

[00:03]

Vidar, Lucio, y la niña, caminan por las calles de la ciudad.

—Hola, me llamo Lucio —saluda el chico a la pequeña, pero esta última, ni siquiera voltea a verlo.

El niño se siente algo desconcertado, y le toca el hombro con su dedo para llamar su atención.

La niña pega un bote, asustada por el gesto, y se coloca detrás de Vidar, al lado contrario de Lucio.

Vidar se detiene y los mira a ambos.

—¡Lo siento!, no le hice nada, Vidar —promete levantando las manos. Ohja estaba cubierto carmesí.

Vidar toma a la niña del mentón y le levanta la cabeza para que lo mire, manchándole la barbilla.

En lenguaje de señas deletrea: "Él es bveno"

La niña entre cierra sus ojos frente la errata de Vidar, pero entiende el mensaje y baja su vista con el chico, que tenía la barriga embarrada de sangre.

Lucio le sonríe saludándola con su mano, y ella le responde haciendo el mismo gesto, pero lento y tímido. Ambos tenían una expresión poco amistosa.

Metros más adelante, llegarían a su destino.

Ambos niños entran al edificio en el que tenían retenidos a Río y al novato, siguiendo a Vidar. A la niña, como reacción más que lógica, tan pronto como ve a los Cigüeña, se le sale el corazón, pero Vidar no deja ir su mano, ganándose más su confianza.

—¿De verdad siguen vivos luego de todo ese desmadre? Nosotros escuchamos todo —pregunta el novato asombrado, viendo el aspecto nauseabundo de Ohja, empapado de sangre y con quemaduras.

Vidar suelta la bolsa con el dinero frente a Río, casi sobre él. Río alza su cabeza para mirarlo. De la misma forma, deja ir la mano de la pequeña.

—Toma a la niña y llévala fuera. Saldré en un momento —ordena desenfundando la mêkia.

—Al final así es como termina, eh. En fin... lo siento, novato —cuchichea Río agachando la cabeza, no estaba sorprendido.

—Lo haré rápido, como agradecimiento por lo de mi suministro —avisa levantando el sable.

Lucio iba saliendo del edificio lentamente, con la niña tomada de la mano, mirando a Vidar.

—Hay algo muy importante en ese suministro que buscas. Dudo que te arriesgues tanto como para infiltrarte en un nido atestado de Cigüeña armados, solo para recuperar unas cuantas balas. Ni siquiera las necesitas —asume Río.

—Sí, seguramente quieres algo más, y nosotros podemos conseguirlo... —se entromete el novato en un intento por darse importancia, pero el tono de su voz, tan desesperada, no le suma relevancia.

—Lo único que quería, era saber dónde tenían guardado mi suministro. No necesito de tu ayuda —

—Te lo decía porque, seguramente yo lo tenga —suspiraba. El corazón dando botes.

—¿De qué estás hablando? —cuestiona Vidar, intrigado, bajando el sable.

—Había una pequeñísima... hmm... —se aclara la voz—, como caja fuerte del tamaño de un zapato en el suministro. Decidí guardarla en donde no la buscarían, para mí, pero no conseguí abrirla. Parecía importante —

—No tengo intención de negociar con ustedes, Cigüeña —dice cambiando la postura.

—¡A mí no! —suplica el novato retorciéndose.

PREDACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora