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SeokJin jamás se imaginó que tendría a un cachorro de lo que parecía ser su mayor depredador, un lobo.

Es bien conocido que las ovejas y los lobos son un claro ejemplo de un depredador y una presa, las ovejas solo intentaban sobrevivir en sus respectivos rebaños, los lobos solían atacar cuando podían, llevándose a pobres corderitos, bienes o simplemente destruyendo sus hogares.

Pero ¿Cómo podría SeokJin dejar a ese pobre cachorro a su suerte? No podía, menos cuando el pequeño parecía tan hambriento y asustado.

Así que ahí estaba, alimentando con una nutritiva sopita de verduras al pobre cachorrito que comía de manera rápida debido al hambre. No podía decir mucho de él, tal vez había escapado de casa o algún depredador quiso hacerle daño, pues era solo un niño, además después de haberle dado un baño caliente se podía notar lo bonito que era y se le puso la piel de gallina al imaginarlo escapando de algún animal grande.

—¿Te gustó?— Preguntó el cordero cuando ya no quedaba más sopa en aquel plato, pues el cachorro la comió toda.

—Estaba rica, señor.— Contestó el lobito a la vez que limpiaba las comisuras de sus labios, quitando todo rastro de comida.

—No soy un señor, tengo algunos años más que tú, niño.— Respondió. —Quisiera saber cómo terminaste en mi huerto y devorando mis zanahorias.—

El cachorro se sintió tímido de nuevo y bajó su cabecita mientras jugaba torpemente con sus dedos que ya de por sí estaban algo lastimados.

A SeokJin le pareció algo extraña la actitud del cachorro, pues si bien era un niño, era conocido que los lobos poseían esa actitud demandante y altanera, les enseñaban a ser fuertes e intimidantes frente a todas las especies.

—Me perdí.— Fue lo que contestó el pequeño.

—Oh entiendo, entonces no hay remordimientos por las zanahorias.— Le sonrió de una manera tan cálida que hizo al pequeño sonrojarse, nadie nunca lo había tratado con tanta calma y amabilidad.

—Señor SeokJin, quiero volver a casa...— Dijo tímidamente el cachorro, pues llevaba dos días lejos de casa y nadie se atrevía a ayudarlo solo por ser un lobo.

SeokJin entendió al momento y pensó en cómo podría ayudarlo a regresar a casa, no podía llevarlo al pueblo ya que la mayoría de las personas ahí eran presas, seguramente huirían al ver al pequeño lobo, por lo que se levantó para anotar algo en un pedacito de papel que posteriormente dejaría en el pórtico de la casa, tomó un pequeño morral que tenía por ahí y metió todo lo necesario.

Buscó también un abrigo no tan grande para el cachorro y se lo puso, pues dentro del bosque el frío era bastante fuerte, le tomó de la mano y salió con él asegurándose de cerrar bien la casa y que la nota en el papelito estuviera bien pegada.

"Salí por un asunto personal, las entregas serán entregadas cuando llegue a primera hora :)"

🐾

—¿Cómo fue que perdiste a tu manada?— Preguntaba por tercera vez el corderito, pues el lobo se había negado a decirle, le daba vergüenza.

—Señor Jin, no quiero hablar de eso.— Contestó ya fastidiado el cachorro mientras mantenía el equilibrio encima de un tronco que encontró, pues los dos caminaban por el bosque hasta intentar encontrar el camino que los llevaría a la manada de lobos.

—Primero, no soy un señor, segundo, debes decirme o tu manada pensará que te secuestré y no quiero ser cena de lobos.—

Una risita se escuchó por parte del cachorro y una vez que bajó del tronco, regresó a su lugar al lado del cordero y tomó su mano.

𝐔𝐧𝐤𝐧𝐨𝐰𝐧 𝐩𝐚𝐰𝐬 | 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐉𝐢𝐧 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora