III

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10 años después

Un fuerte alfa de lobo corría a toda velocidad persiguiendo a una pequeña presa que intentaba huir de él. Lo perseguía desde hace unos minutos y estaba decidido a atraparlo.

La pobre presa corría todo lo que sus piernas le permitían, adentrándose al pueblo donde varias personas veían su persecución, ninguna hacía algo.

Unos metros después, el lobo se lanzó encima de su presa y lo tacleó hasta que ambos cayeron al suelo, comenzando así una pelea, o eso parecía ser hasta que una ancianita los separó.

—Jovencito Jeon, hay maneras más normales de traer las entregas al pueblo.— Regañó la mujer.

—¡Ya se lo he dicho señora Choi, pero nunca me hace caso!— Habló la presa, que en realidad se trataba de HoSeok, la ardilla.

—Lo siento señora Choi, solo quería estirar un poco y encontré a Hobi en el camino.— Dicho esto, levantó la mochila donde solía poner las entregas y le entregó una bolsa con bastantes vegetales a la mujer. —Aquí tiene, sería un total de 15,000 wones.—

La mujer ayudó a HoSeok a levantarse y tomó lo que le correspondía después de pagarle lo necesario, tal vez agregando un poco más.

—Pero señora, esto es más de lo que debería.— El lobo intentó regresarle el pago extra a la mujer, pero ella solo negó y le acarició una mejilla.

—Es tu propina, guárdala para algo importante cachorro.— Le dijo la mujer.

—Así lo haré, muchas gracias, señora Choi.— El lobo le sonrió en grande a la mujer y al parecer a nadie le importaba mucho el tamaño de los colmillos de aquel joven, pues lo conocían desde pequeño y sabían que era alguien bueno, no importaba si medía mucho más que todos ahí o si tenía un cuerpo enorme al estar en buena forma, él seguía siendo un cachorro a los ojos de su pueblo.

—¿Qué hay de mi propina señora Choi? Tengo que correr un maratón cada que este perro sarnoso hace las entregas.— Mencionó la ardilla.

—Tu propina será una ración de nueces si me ayudas a llevar esto Jung, andando.—

El lobo se burló en silencio de su amigo mientras veía cómo era guiado por la mujer hasta su casa, él solo terminó de hacer sus entregas y compró un poco de pan para llevar a casa, no sin antes esconder sus propinas, no le gustaba mentirle a SeokJin pero planeaba darle un muy buen uso a ese dinero.

Recogió algunas flores en el camino a casa y de verdad esperó que a su hyung le gustaran, corrió a casa y entró para ir directamente a la cocina, encontrándose con aquella hermosa ovejita que estaba terminando de limpiar lo que ensució para preparar la comida de esa tarde.

Se acercó sigilosamente a él y llamó su atención dándole un tierno beso en la curvatura de su cuello.

Su plan funcionó, pues la oveja se dio vuelta y lo miró con una hermosa sonrisa que lo hizo derretir. Dios, amaba tanto a su hyung, se había dado cuenta de sus sentimientos el día que cumplió la mayoría de edad. Había dejado de ver a Jin como un simple hermano mayor o tutor, se dio cuenta que quería tenerlo como pareja y cuidarlo tanto, como siempre quiso hacer.

—Mi JungKookie.— Canturreó la oveja.

—Estoy en casa, Jin-hyung.— Le sonrió el lobo para después intentar besar los labios de su mayor, pero fue imposible hacerlo cuando su hyung le tomó las mejillas y examinó su cara.

—Tienes polvo ¿estuviste peleando con HoSeok otra vez?— Le preguntó como si ya fuera costumbre.

—Heh, tal vez, estuvimos jugando un poco al momento de hacer las entregas.— Le dijo al momento que admiraba su rostro como si fuera lo más bello del mundo.

𝐔𝐧𝐤𝐧𝐨𝐰𝐧 𝐩𝐚𝐰𝐬 | 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐉𝐢𝐧 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora