JUNTOS EN NAVIDAD

Capítulo 4

Día de navidad.

—Bib, uhg. Mételo más —el aliento lo pierde cuando siente su entrada llena. Tan lleno que sus ojos se cristalizan. 

—Amor, estás delicioso —saca Bible su miembro—. Quiero que grites —lo introduce de nuevo con fuerza.

—¡Aah!

—Así amor —sigue moviéndose—. Que bonito cuello —lame sin dejar de hundirse en Build que no deja de gemir. 

—Uh, Aah, ¡así que rico! —Build no sabe dónde colocar sus manos, no se pueden quedar quietas porque la sensación en su agujero lo está matando o más bien lo está desarmando. 

—Si y, así lo sentirás mejor —Bible con voz ronca, sale de su novio y le da la vuelta, dejando el trasero elevado y su pecho pegado a las sábanas. Vuelve a introducirse sin avisar, sostiene de las caderas presionando con posesión. 

—Bib, Aah, mmmm, mmhg —el rostro de Build está rojo de placer, sus ojos no ven, su corazón se acelera, sus piernas tiembla y el pene dentro de él lo sacude con ferocidad. 

—Build, Build, ¡Build! —le tiran una almohada encima. 

—¡Ah, ya! —se levanta molesto. 

—Son las 6, mi tío quiere que desayunes con él —avisa Tay con brazos cruzados sin ninguna sonrisa simpática. 

—¿Por qué mi padre quiere que desayuné con él tan temprano? —hace una mueca con un ojo cerrado todavía y el pelo alborotado. 

—No lo sé, yo solo doy el recado. Así que saca tu trasero de la cama, antes de que regrese con una balde de agua fría —deja dicho Tay, saliendo de la recamara. 

«Mi padre y sus peticiones. Estaba teniendo el mejor de los sueños» patalea haciendo berrinche como un niño. Se levanta porque algo le dice que Tay si hará lo que dijo. 

Bosteza y busca una mudada para abrigarse. Va al baño y después de 15 minutos está listo. Peinado y cambiado, busca su móvil «sigo sin cargarlo» busca su cargador en la maleta que no ha desempacado, lo conecta, enciende el móvil. Ninguna llamada, ningún mensaje. Sus ojos entristecen «Bib, no me hagas desconfiar de ti» pide. 

Deja el celular cargando y decide no mandar ningún mensaje, decide creer que su novio está ocupado ayudando a su madre o descansado. Cuidar a un enfermo es desgastado. 

Estando en el jardín del ala este, bajo un arco de flores hay una mesa redonda de vidrio, con platos servidos de fruta, huevos y tocino. Su padre, postura recta, con la gama de todo un alcalde, viendo el periódico en la sección de deportes. 

—Buen día, padre —saluda Build tomando asiento.

—Mi hijo perdido, haz vuelto a casa. 

«No falta su recordatorio del dia, no le gusto la idea de que me fuera, así que lo recalca cada vez que puede» suspira. 

—Padre, es un gusto verte sin tener que firmar papeles. 

—Puedo dejarlo para tener un tiempo a solas con mi hijo —explica con gusto su padre.

«Aja, tanto que no me llamaste para mí cumpleaños » Piensa, dando una falsa sonrisa. 

—No tienes que fingir conmigo —sonrie confiado—. Perdón por olvidar tu cumpleaños y aquí tengo mi obsequio de disculpa —le da una cajita azul con una moña plateada.

«¡Lo olvidaste!» Build se desinfla en su asiento pensó que su padre tal vez no había llamado por exceso de trabajo. Recibe el obsequio soltando un pequeño respiro «¿Que más da» abre la cajita, al ver las llaves de un bens, no puede imaginarse otra cosa más que «un automovil»