Después de un tiempo, Sparkling fue dado de alta de la pequeña clínica en donde se encontraba, pero realmente no tenía donde quedarse, así que fue puerta por puerta preguntando por un lugar para dormir.
—¿Disculpe, me dejaría quedarme en su casa para pasar la noche?
En ninguno obtuvo una buena respuesta, que si no había suficiente espacio, que la casa no era la mejor para quedarse, que ya había bastante gente dentro, etc. Por lo que no le quedó de otra más que ir al palacio de la familia gobernante en la isla.
Al llegar a las puertas, estás se abrieron inmediatamente, sin tener que tocar la puerta o pedir que le abrieran. Sparkling preguntó por si había alguien en casa, no hubo respuesta.
—Quizás algo le pasó a Herb... tengo que ir a investigar—Pensó Sparkling Cookie, para luego adentrarse en el misterioso palacio.
El palacio estaba repleto de plantas, por donde mirarás, habrían plantas. Algunas plantas no las había visto antes, y nunca había escuchado hablar de ellas. Caminó hasta llegar a un pasillo con 4 puertas, cada una con un cartel en ella. Cuando Sparkling se dirigía a la primera puerta, una voz de una mujer mayor habló:
—¿¡Eh!? ¿¡Qué crees qué haces en mi palacio!? ¡Fuera, antes de que te encierre con las ratas!—Rugió la mujer, la cuál tenía cabello verde oscuro, y un cetro hecho de madera.
Antes de que Sparkling Cookie hablara, el príncipe se asomó por el pasillo, acercándose a ambos.
—Madre, yo lo invité, no hay necesidad de atacar a un invitado.—Se trataba de Herb Cookie, mintiendo para salvar a un extranjero que apenas conocía.
—Hmph, ya veo... Supongo que lo habrás invitado para algo importante. Ve y sírvele algo de té, yo iré a tomar una siesta.—Respondió la mujer, mientras se dirigía a una puerta, abriéndola.
—Con mucho gusto, madre. Disfruta tu siesta.—Añadió Herb Cookie, para ser ignorado y que su madre cerrara la puerta con fuerza.
Hubo un pequeño silencio, donde solo se podía sentir la incomodidad de ambos por lo que acababa de suceder.
—Lamento el comportamiento de mi madre, ella se ha vuelto algo agresiva desde que su juventud se desvaneció, pero ella es realmente muy dulce... si lo ves desde cierto ángulo...—Dijo Herb Cookie, rompiendo el silencio.—Sígueme, te guiaré a la sala de té para que podamos hablar en calma.
Ambos sí dirigieron a una pequeña sala con una pequeña mesa en el centro, rodeada de 4 cojines en donde sentarse. La mesa tenía en el centro 4 tazas de té, una tetera, azúcar y unas cuantas flores. Ambos se sentaron en lados opuestos de la mesa y Herb Cookie sirvió el té.
—Así que, Sparkling Cookie, si no me equivoco...
—Estás en lo correcto, me sorprende de que haya recordado mi nombre señor.
—Oh, no es nada, no eres difícil de olvidar después de todo.—Herb Cookie soltó una pequeña risa, para después continuar.—Bien, ¿Puedo saber que hacer aquí en el palacio?—Mientras decía esto, Herb Cookie le ofreció un té a Sparkling, el cual este aceptó.
—Oh, quería preguntar si podía quedarme una noche a descansar, ya que no tengo donde quedarme y las otras galletas no pueden tenerme en sus hogares.—Señaló Sparkling Cookie, con un tono de voz algo despreocupado.
—Oh, ¡Pero claro! Sería un placer tenerte aquí, y no solo por esta noche, puedes quedarte cuántas veces quieras.—Destacó Herb Cookie, con una amplia sonrisa en su rostro.
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Flowers.
FanfictionSparkling Cookie ha sido víctima de un robo, pero sus asaltantes decidieron darle un toque más único a su crimen, tirándolo a un pequeño bote en la playa y mandarlo a su suerte por el mar. Si no fuera por una galleta especial, el no estaría vivo, y...