Preocupaciones.

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El festival se acercaba, el pueblo estaba lleno de galletas cosechando y haciendo los preparativos correspondientes, dejando coronas de flores en cada puerta de sus casas, disque para "Ahuyentar un mal futuro".

Sparkling Cookie se encontraba por las afueras del bosque, buscando frutas que le sirvieran para hacer sus bebidas, en compañía de Herb Cookie, el cuál lo guiaba para saber que plantas eran comestibles y cuales no.

Esa es comestible, pero... Sabe muy mal, muy muy mal.

—Hm, quizás si la lográramos mezclar con alguna otra fruta y algo de azúcar...—El guarda algo de esas pequeñas frutas, las cuales eran de un color verde oscuro.

Realmente no lo sé, puedes hacer lo que quieras... Solo se que dicen que esa fruta trae salud, aunque no se si creerlo.

—Bueno, salud o no, voy a intentar.

Ambos siguieron caminando y charlando, adentrándose cada vez más en el bosque sin darse cuenta, hasta que al fin cayeron en cuenta de que se habían perdido.

Sparkling, al ser alguien de la ciudad y no estás familiarizado a este tipo de situaciones, sujetó el brazo del príncipe, como si estuviera abrazándolo.

Ay no...

—Sparkling, tranquilo...—El príncipe le acarició el cabello—Encontraremos una salida tarde o temprano, la isla no es muy grande después de todo...

El asiente, pero aún tiene miedo de que algo les suceda a ambos. Herb Cookie decidió que sería mejor idea sentarse debajo de un árbol y armar un plan.

—...Nunca te habías perdido en un lugar frondoso de vegetación, ¿No es así?

—No, nunca...—El escondió su rostro en el hombro del príncipe

Está bien, yo se que hacer en estos casos... De pequeño solía perderme en el bosque todo el tiempo, por suerte, Churro Cookie siempre supo cómo encontrarme...—El soltó una risa vacía, triste.

—...Churro Cookie era aquella galleta que te quizo atacar el otro día, ¿No? ¿Es alguien importante para ti?

El príncipe se quedó en silencio, sin responder.

—...Si no quieres responder, yo entie-

—Shh... Alguien nos está escuchando.

Ambos jóvenes se quedaron en silencio, esperando a que algo o alguien saliera del bosque para enfrentarlos. Se escuchaban galopes, pero aún así de mantuvieron alerta.

Un centauro se asomó por detrás de un árbol cercano, tenía un cuerno en sus manos, y se acercó lentamente a ambos chicos.

—...Ustedes no son de por aquí... ¿Son del pueblo?—Su acento era inusual, solía saltarse ciertas letras.

—...S-Si, ¿Tu quien eres?—Preguntó Sparkling Cookie, acomodándose para salir corriendo en caso de, sosteniendo la mano de Herb, haciendo que sus mejillas se enciendan sin que este lo notara.

¡Mi nombre es Fig Cookie, amigue de todas las criaturas de este bello bosque!—El centauro parecía haber cambiado de actitud casi de inmediato, entrando en confianza con ambos jóvenes.

Eres un... Centauro.—Dijo Sparkling Cookie, como si no fuera algo de por su obvio.

¡Claro que lo soy! ¿Nunca habían visto uno?

Ambos chicos movieron sus cabezas de lado a lado.

—...Bueno, ¡No importa! ¿Quieren escuchar una de mis canciones?

Flowers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora