Los viernes siempre mucha gente concurría a la cafetería. Por lo general eran chicos de la universidad que venían a estudiar mientras disfrutaban de un café.
Taehyung había retomado el trabajo justo ese día, y le tocó el turno de la mañana. El cuál, claramente, odiaba por que tenía que levantarse bastante temprano, y dejando de lado a los jóvenes estudiantes, tenía que aguantar a los viejos malhumorados -mismo malhumor que manejaba él- que iban solo a leer el diario con un café. Además, debía aguantar a ciertos compañeros que le caían tan mal como los alfajores de maicena.
La puerta se abrió, haciendo sonar las campañitas que avisaban cuando la puerta se movía. Taehyung estaba de espaldas a la barra, preparando un café para todos los compañeros por orden del encargado.
—Buenos días lindura, mí nombre es Félix—se presentó el mesero, Taehyung rodó los ojos pues lo conocía tanto que sabía que estaba intentando coquetear—, ¿quieres llevar la carta a la mesa?
—Hmm... ¡Bue-buenos días! Yo-yo... S-solo quiero u-un café.
Oh, Taehyung ya sabía quién era esa persona. Su voz podía reconocerla a kilómetros.
—¡Ok, perfecto!—de verdad que Kim odiaba la voz chillona que adoptaba para hacerse notar—. ¿Y no quieres nada más, lindo? ¿Tostadas, Medialunas...? ¿Mí número de teléfono?
Taehyung no pudo evitar dejar la taza con café fuertemente en la bandeja y girarse para acercarse a la barra. Colocó los codos sobre la madera y sostuvo su rostro con sus manos, acunándolo, mirando con diversión al chico que se sorprendió por su presencia.
—Vaya, vaya... ¡Mira a quién tenemos aquí!
Las mejillas del chico se tiñeron de rojo.
—Ho-hola, Ta-Taehyung.
Felix miró con extrañeza a ambos. ¿Acaso Kim conocía al chico lindo?
—Te encanta perseguirme, ¿verdad que sí?—se rió, gozando de lo tímido que se volvía el otro—. No te culpo, yo también me perseguiría si fuera tú.
—Kim, deja de molestarlo—bufó de mala gana, ¿le estaba robando el cliente con tanto descaro? Es más, sentía que le estaba robando el ligue del mes y no, a él no le gustaba perder.
—Creo que el que estaba molestando con su coqueteo era otro, ¿sabías?—le dedicó una mirada burlona, sonriendo de lado en cuanto el rubio se escabulló a la cocina con la bandeja que antes él tenía a su cargo—. Chico, ¿vas a querer medialunas o qué?
—No, hmm... Da-dame tu número—se rió, disfrutando el ver cómo está vez la piel trigueña del menor se pintaba sutilmente de rojo.
Jungkook se alejó del mostrador y tomó asiento en una mesa cerca de la vidriera y juntó a la salida, mirando con desinterés el programa que daban en la televisión que colgaba del techo en una esquina. Muy pocas veces se había sentado a ver Animal planet, otras muy pocas había ido a una cafetería para acomodar sus ideas.
Y ninguna de las dos cosas que estaba tratando de hacer le estaban funcionando. No lograba concentrarse en las tortugas marinas de la tele, si estaba en una cafetería donde Kim Taehyung era mesero, y peor, que le había rescatado de un coqueteo del que no habría podido salir solo.
—Tu orden, chico—la voz de Taehyung lo trajo nuevamente al presente. Mientras dejaba en la mesa la taza de café, y tres medialunas que efectivamente no había pedido, observó al menor.
Seguía tan lindo como la última vez, con sus rulos locos, y definitivamente su carácter tierno había cambiado a uno fuerte e independiente.
—Gracias... Pe-pero—señaló las medialunas en el plato.
El chico chasqueó la lengua contra su paladar, y movió sus rulos castaños cuando negó con la cabeza
—Tú solo come, te van a gustar—dijo sin más, y se dió media vuelta para regresar a su puesto.
—O-oye, ¿Seokjkn es t-tu a-am-amigo?—preguntó lo más alto que pudo, sintiendo que si no lo hacía en esa oportunidad, iba a perder mucho tiempo en encontrar el momentos indicado
Taehyung volvió sobre sus pasos, y le miró con el seño fruncido.
—¿Lo conoces?
—Po-por supuesto, fui-fuimos amigos de pequeños. ¿Lo-lo has v-visto?
—Está en...—el celular del peli-negro comenzó a vibrar sobre la mesa, reproduciendo a un gallo como rington de llamada. Kim frunció la nariz—, atiende el teléfono o lo lanzó lejos—señaló el aparato.
Jungkook asintió, haciéndole caso. ¿Pero por qué demonios... Actuaba como si le tuviera que hacer caso a Taehyung?
Negó para sus adentros, y mejor respondió al llamado.
—¿Tío Jonhyun?—la sonrisa en su rostro se fué deformando—, ¿q-qué? n-no... ¿Po-por qué? ¿Qui-quienes...?—el mesero vió el horror en los ojos del peli-negro, y aunque no tenía por qué, se quedó junto a la mesa—, ¡N-No, espera! Ti-tío, tío...
—¿Qué te ocurre?—preguntó, asustado por la forma en que el chico lloraba en cuanto dejó el teléfono sobre la mesa—, ¡dime qué pasa!
Los ojos negros del chico conectaron con los de Kim por una milésima de segundo... Podía confiar en él, o ¿quizá no?. Pero le daba igual, era su único amigo.
—M-mi tío está muerto—su voz fue tan baja que Kim no le llegó a oír. Aún no pesaban las palabras, tal vez por qué lo estaba diciendo como si fuera un secreto.
—¿Qué?—las manos de Jungkook temblaron sobre su regazo. El humo del café caliente entraba por su nariz, ni siquiera lo había alcanzado a tocar.
—Q-que... Alg-alguien mandó... A ma-mat-matar...—pero otra vez estaba susurrando.
—¡Habla más fuerte por qué no te oigo, santo cielo!—pidió con frustración.
—¡Q-que mí tío e-está muerto!—le gritó, qubrandose en un llanto desesperado. Jungkook se dió cuenta de que todos miraron a la mesa donde él, sin querer, había levantado mucho la voz.
Oh, estúpido Taehyung.
Félix vió la secuencia exacta cuando el chico bonito salía corriendo por la puerta y Taehyung se quitaba el delantal de un tirón para salir tras él.
—Cuando el encargado se entere...—sonrió con malicia.
Quería ver llorar y rogar de rodillas por mantener el empleo a ese maldito de Kim.
Ta' fuerte la cosa. Pobre Kookie🥺
Actualizaré el próximo domingo o Viernes. Cuídense ♡(> ਊ <)♡
©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5
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𝐋𝐨𝐮𝐝𝐞𝐫 ² | 𝐉𝐣𝐤+𝐊𝐭𝐡 (𝐓𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐚)
Fanfiction─🌸 SEGUNDA TEMPORADA DE MUTE. En medio de una mudanza a una casa que no siente suya, Taehyung se replantea varias cosas. ¿De quién es la libreta? ¿Quién es ese que está en sus sueños? ¿Dónde está el collar morado? ¿Por qué no puede recordar? Y lo m...