.

881 42 32
                                    

╔═════•°♥°•═════╗

Consolar

╚═════•°♥°•═════╝


Nuevamente le hacía justicia a su autonomía desobedeciendo a los estándares de los demás.

Sus piernas a pasos apresurados se movían sin detenerse, con su respiración levemente agitada el vapor del frío se hacía notar en cada siseo que emitía su boca.
Cesar metió sus manos en los bolsillos tratando de apaciguar el frío de la vacía noche, pocas luces iluminaban las calles y a lo lejos pudo ver la casa de su mejor amigo, iluminada por la tenue luz encendida del living.

"¿Qué hora es?"

Mark no podía dormir.

No si su progenitora gritaba con furia desde el primer piso descargando su rabia a base de insultos hirientes al oído virgen del castaño.
No si las palabras de la mayor rondaban por su cabeza, una y otra y otra vez.

Miraba fijamente el piso de madera alejándose de la realidad con cada pensamiento que circulaba en el desagradable entorno. Estaba sentado en su inservible cama en busca del consuelo en las fragantes sábanas y observaba el oscuro rincón del suelo con pesadez, distinguiendo los pequeños detalles como las diminutas partículas de polvo que flotaban en el aire.
Sus ojos denotaban un amargo cansancio gracias a la densa sensación de haber perdido la noción del tiempo o mucho más que eso.
Sus manos se agarraban con fuerza entre sí con su pesado corazón por los suelos, tenso e incómodo de estar ahí. En su propia casa, en su propia habitación.

No quería sentir nada en ese instante y quería exterminar cada una de las malas olas que recorrían su subconsciente cerrando sus ojos pero era inútil.
Decidió dejar de perder su tiempo saliendo del frío trance y abrió el primer cajón de su mesita de noche, en busca de algo con el cual distraerse o poder aburrirse para finalmente dormir.

No obstante un pequeño sonido lo despojó de su zona de comfort y giró su cuerpo en dirección del ruido.
Se repitió nuevamente y comprendió lo que sucedía. Piedras de un tamaño generoso para evitar dañar la estructura eran lanzadas al vidrio de su ventana.

—¿Qué carajos...— Con cara de pocos amigos se levantó y caminó hacia su ventana.
Entonces su atención fue atrapada por el hombre iluminado por la luz de la luna, Cesar, quien se encontraba vestido de una bata gruesa negra para evitar el frío de la noche.
Miró de reojo hacia la puerta con preocupación y volvió a observar a Cesar procediendo a abrir la ventana y temblar levemente al sentir el frío aire.

—Dios mío, ¿Qué...? Qué haces aquí?—

—¡KIUBOLES MI MAAARK! Hagamos una escapada de noche!—

—¿CÓMO?—

—¡ESCAPEMONOS POR ESTA NOCHEEE!—

—AAHH, PERO... PERO... UHM, No...—

Mark lo sobre pensó sabiendo lo incorrecto que era esta situación, pero ¿Para qué seguir entumeciéndose en el dolor? Después de todo buscaba distraerse, mañana ni siquiera habían clases. "Al diablo mi familia"

—¡ÁNDALE ANÍMATE!—

—Sí pero... ¿Cómo bajo?—

—¡Haz una soga!—

Claro, como no lo había pensado antes.
Se alejó de la ventana y desarmó las sábanas de su cama, atando las puntas en nudos extremadamente apretados para resistir su peso un poquito desbordado.

—Perdóname por esto Jesús...—

Cesar espero a su amigo en el patio de su casa, espero con impaciencia, y... Preocupación. Estaba algo raro hoy. No era alguien que se preocupe mucho por alguien, porque confiaba de forma ilusa en que la gente puede arreglar sus problemas por su propia cuenta.
Pero Mark... Mark es tan llamativo para él.
Que sujeto tan deprimente y simplón. ¿Pero aún así era muy tierno? Le daba igual lo que comentaran.

Amorometro | CesarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora