Amorometro | Cesark

.

╔═════•°♥°•═════╗

Hacer reír

╚═════•°♥°•═════╝

"Nueva escapada, nueva aventura."
"...Supongo."

Era una salida más del montón, esta vez de manera forzada porque Cesar no podía conciliar el sueño por lo sucedido en la tarde y necesitaba quitarse a toda costa la pesadez.
No quería que Mark estuviera molesto con él.

Se sentía culpable y saltó por la ventana para correr como un loco desquiciado a por su (En su mente) novio.
Se suponía que su compañero estaría durmiendo plácidamente en su cama, pero lo escuchó saltar la valla de su casa y sin más opción bajó más rápido que él, sabiendo que ya no había vuelta atrás.

Así que solo se dejó guiar por Cesar.

La luz de la luna hacía que todo pareciera más brillante de lo normal y las sombras eran más largas, dándole al lugar un aire algo tétrico a la zona.
Sintiendo su cuerpo algo tenso pero reusandose a comunicarlo a base de acciones o palabras.

Les recordó a ambos cómo debió haber sido cuando eran niños, cuando se conocieron por primera vez, cuando comenzó su relación. Podían sentir la nostalgia de aquellos viejos tiempos y sonreían al mismo tiempo.

Ha pasado mucho tiempo desde que escuchó su propio nombre viniendo de otra persona, y suena extraño en este nuevo idioma.

Se siente extraño, como si el momento fuera demasiado extenso para comprenderlo por completo.
Pero eso no impide que se ría.

Los ojos de Cesar que miraban al suelo se agrandaron levemente y alzó su mirada con un brillo plasmado en ellos.

Plasmo una sonrisa automática, sonrisa de quien ha encontrado algo que ha estado buscando toda su vida.

La risa de Mark, era tan atrayente.

El sonido resuena en las paredes de la cueva hasta que se queda sin aliento. Mark mira a César con algo de fascinación mientras recupera el aliento. Luego se ríe de nuevo, más controlado esta vez. Se miran a los ojos durante unos momentos antes de que Mark devuelva su mirada hacia el fuego.

—Ay, nunca he visto a nadie reírse así... Se sintió bien— dice Cesar.

Y mientras reía sintió que su dolor disminuía. Era un buen amigo para tener cerca cuando necesitabas sonreír, aunque no fuera por las razones correctas.

Había pasado mucho tiempo desde que se había reído así.

No se había dado cuenta de cuánto lo extrañaba, hasta ahora. El sonido de la risa lo atraía como un imán pero todavía trajo lágrimas a sus ojos, esta vez eran de felicidad.

—¿Ya no estás enojado conmigo?— Cesar preguntó después de un rato, sonriendo cálidamente a Mark.

Mark le devolvió la sonrisa.
—No no— Sacudió la cabeza lentamente.
—Ya no—
Cesar asintió.

Hizo una pausa y miró hacia el techo, luego hacia abajo de nuevo.
—Está bien— dijo Mark en voz baja. —Eso está en el pasado ahora. Ambos cometimos errores... Estás perdonado—

—Gracias carnal— respondió Cesar, mirando profundamente a los ojos de Mark.

Los dos hombres se quedaron allí por un momento en silencio, apreciando el entorno profundamente.

Había una calidez entre ellos que ninguno parecía capaz de superar. Hablaban con sus cuerpos, pero sus palabras no parecían encajar.

—¿Te gustarían unos s'mores?— Cesar le acercó una bolsa con malvaviscos.

Mark lo miró sorprendido, no había notado que Cesar llevaba consigo mismo algo para compartir.

—Como decirle que no a los s'mores— Le sonrió e incrustó un malvavisco en una brocheta, esperando a que se tostara para poder ponerle chocolate y rodearlo con galletas de coco.