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Ser sincero

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"¿Ya se habrá aburrido de mí?"

Mark se sentía abrumado por los repentinos comportamientos que tenía su compañero en estos últimos días y decidió armarse de valor para preguntarle qué es lo que ocurría.
Así que después de haber terminado sus clases tomó una locomoción para ir a la casa de Cesar.

Su mejor amigo estaba comenzando a actuar un tanto extraño en general.

-Evadía a toda costa los lugares donde la luz era abundante.
-Su voz tomaba un tono más profundo y/o tartamudeaba en los momentos más inesperados como si se tratase de un glitch.
-A veces miraba fijamente a un punto sin despegar la mirada por un buen rato.
-Hasta era distante con sus compañeros y Mark no era la excepción. (Ni siquiera atendía al teléfono)
-No había ido a la universidad en 3 días lo cuál era extraño, ya que Cesar nunca faltaba a clases y esto hizo que su racha de 100% de asistencia se rompiera.
-Entre otras cosas más raras como gritar de la nada o tener movimientos involuntarios.

Temía lo peor;

No hace mucho han habido casos de personas desaparecidas por unas raras criaturas que son como los doppelgängers pero estos tenían cualidades más demasiado inusuales hasta para desafiar las leyes de la realidad y sobre todo eran extremadamente hostiles.
Mark les tenía un miedo irracional a estas criaturas por preocuparse demasiado en el peligro que se podría exponer contra él, exagerando hasta el más mínimo detalle como que ropa usar para que no lo mordieran. Llegó a tener varias pesadillas y terminaba siendo asesinado de alguna u otra manera por algún alterno.

Había leído lo poco que se sabía de los alternos, sobre los comportamientos de estos y llegó a una conclusión algo precipitada pero que no dejaba de ser una opción.

¿Y si Cesar fue secuestrado por uno de estos entes?

No quería seguir llenando su cabeza de cosas negativas o cosas que aún no han sido corroboradas.

¿La única manera para tomar la apariencia de sus víctimas es asesinándolos?

Inhaló y exhaló intentando aliviar los ansiosos temores para entrar en calma y procedió a tocar el timbre de la residencia de su amigo.

Esperó con sus inquietas manos rasgando con sus dedos los bolsillos de su sudadera.
Es ahí cuando una mujer en traje de mucama atendió su motivo de destino.

—B...Buenas tardes ¿Se encuentra Cesar?—

La empleada de la residencia observó analizando su figura de pies a cabeza y sonrió levemente sabiendo de quién se trataba.

—Oh... Cesar no se encuentra aquí, pero me dijo que iría al parque a pasear un poco—

—Vale... Muchas gracias...—

Con esto la fémina asintió y le deseó suerte al americano, lo conocía por lo que le contaba Cesar y cosas bobas como aquello.

El muchacho se dio la vuelta, limpió el sudor que recorría por su frente y se encaminó hacia el parque más cercano del lugar, el cuál parecía más un bosque que un parque.

Y caminó durante el sendero por un buen rato, examinando los verdes arbustos y tratando de divisar alguna figura entre los árboles.

—¿Cesar? Cesaaaar ¿Dónde estás?—

Amorometro | CesarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora