Prologo

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La vida nunca se presenta fácil; a menudo, nos enfrenta a desafíos que parecen diseñados para hacernos renunciar, para impedirnos alcanzar aquello que anhelamos con tanto esfuerzo. Poseer el poder de retroceder en el tiempo es tanto una bendición como una ambición desmesurada. Viajar al pasado puede mejorar las cosas, pero también puede convertirlo en una pesadilla sin salida, donde cada cambio borra la realidad anterior, dejándote sin recuerdos y sin una comprensión clara de cómo te convertiste en la persona que eres ahora.

Takemichi y Oyuki se han arriesgado a jugar a ser dioses, conscientes de las consecuencias que sus acciones pueden tener. Ascender al pináculo del poder, sumirse en la miseria o cargar con pecados ajenos que se vuelven propios son algunas de las posibilidades. Han permitido que fuerzas externas controlen sus vidas mientras estaban atrapados en el pasado, sacrificando recuerdos y estabilidad. Aunque lograron devolver la felicidad a su familia y reunirse con un hermano perdido, fueron separados por una mujer despreciativa.

La felicidad se torna esquiva cuando otros conspiran en su contra, cuando interferencias externas amenazan la hermandad que Takemichi luchó por restablecer con su hermana Oyuki. Los gemelos Hanagaki son un reflejo mutuo, con todas sus debilidades y fortalezas al descubierto.

El amor, puro pero también capaz de infligir un dolor lento y profundo, une a Manjiro y Oyuki. Su destino los empuja a amarse y lastimarse mutuamente en la búsqueda de la felicidad. Su conexión es una mezcla compleja de curación y destrucción. A pesar de las apariencias, no es un amor tóxico; aquellos que realmente los conocen entienden que en sus disputas reconocen los errores, comprometiéndose a mejorar. Se acompañan en las lágrimas, risas, tristezas y enfados, tejiendo una historia de amor única y compleja.

En los cuentos de hadas, se nos susurra que los finales felices son fáciles de alcanzar, pero luego llegan esos relatos que revelan la cruda verdad. No siempre el caballero alcanza a su dulcinea, y los celos a menudo arrojan sombras sobre los destinos prometidos.

Oh, dulce Hanagaki Oyuki, ¿ Cómo es que la mujer de mirada alegre y risa contagiosa ha perdido su brillo? Tus colores vivos y cálidos se han desvanecido, reemplazados por vestiduras oscuras, y tu mirada refleja melancolía y tristeza. Has transformado la vitalidad en una fachada, una muñeca sin vida que oculta sus lágrimas tras una máscara de fortaleza. Te esfuerzas por ser admirada, sin saber que la farsa te consume, dejando que el viento te lleve como polvo. Aunque te sostienes con fuerza, vives sumida en la depresión, anhelando un amor que se desvanece en cada futuro al que regresas. La mujer poderosa se desmorona, asediada por la carga de haber arrebatado la vida de tu querido primo en los errores que has cometido en cada cambio de tiempo.

Persistes en la lucha hasta el último aliento, pero sabes que llegarán momentos en los que tendrás que rendirte. Reconocerás que no siempre podrás recapturar ese sentimiento perdido y comprenderás que aquel que te amó te está causando más daño del que puedes soportar. Los lazos se desgarran a medida que avanzas, y en algún momento, el ángel debe ser destruido. La batalla interna persiste, y te enfrentas a la dolorosa verdad de que algunos amores pueden ser más destructivos que sanadores.

 Las grietas en las relaciones se amplían, mientras la desesperación y la obsesión por un pasado perdido la empujan al límite. La mujer fuerte que una vez fue, ahora lucha por sostenerse en la cuerda floja entre la cordura y la locura, entre la esperanza y la desilusión.

 La mujer fuerte que una vez fue, ahora lucha por sostenerse en la cuerda floja entre la cordura y la locura, entre la esperanza y la desilusión

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El pasado ha muerto ||• Mikey x Oc•|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora