Confusión| marcos x julieta

- Capitulo 4

Julieta despertó y sentia cierta verguenza por haberse dormido abrazada a Marcos pero eso no quitaba el hecho de que se sentia segura en sus brazos. Él había despertado minutos antes.

—Perdón..no me di cuen..—dijo apenas se dio cuenta pero fue interrumpida.

—No pida perdón prima. Yo también me dormí.

—Si pero. Ay Dios que verguenza—se tapa la cara con ambas manos. Al salteño le pareció tierna esa acción y se rió.

—¿De que se ríe primo?—le pregunto haciéndose la ofendida.

—No de nada—ella sonrió mirando a la luna, el la miraba embobado—Hermosa.

La rubia lo miro rápidamente y su corazón se aceleró. ¿Había escuchado bien?

—¿Qué?—le preguntó.

—La luna. Esta hermosa—le dijo haciéndose el boludo mientras se pasaba la mano por el pelo.

—Ah si—le sonrió forzadamente y volvió a mirar la luna. No entendía porque pero se sintió desilusionada. Pensó que lo había dicho por ella y se sintió tonta.

¿Como Marcos iba a decirle hermosa a ella? ¿Por qué pensaba esas cosas?. No pudo evitar pensar en Lucca, obvio que la relación esta terminada.

—¿Como te sentís? digo por lo de Lucas—ella se rió.

—Lucca se llama—el sabía que se llamaba así, solo lo decía mal para molestarla a ella—Me duele la situación pero tampoco quiero pasar los días que me quedan acá sufriendo y claramente la relación se terminó acá, él sabía bien que yo estas cosas no las perdono.

—Entiendo. Me parece bien que disfrute prima—ambos se miran y se sonríen. Pasaron unos cuantos minutos y no podían dejar de mirarse hasta que alguien interrumpió, Maxi.

—Vengan a comer chicos—se levantaron y se fueron adentro.

La cena —22:45.

Todos se encontraban cenando. Daniela tomó una de las pastillas junto a un vaso de agua y se lo llevó a su mejor amiga.

—Toma Princesa, se que lo necesitas.

—¡Ay! Gracias Dani, lo re necesitaba—la morocha le da un beso en la cabeza y se va a sentar a su lugar.

—¿Despues podemos hablar?—la rubia asintió para luego seguir comiendo.

Ya habían terminado de cenar. Mientras Romina y Lucila ordenaban la cocina, los demas charlaban en diferentes partes de la casa.

—¿Princesa vamos al cuarto?—le pregunto Daniela—Coty vos también veni—Esta ultima asistió, ambas se habían dado cuenta de las miradas que se daban la rubia y el salteño durante la cena.

—Romi cuando termines anda porfa—le pidió Julieta.

Las tres levantaron y se dirigieron al cuarto. Una vez allí se sentaron.

—Juli perdón, cuando no estabas presente tuve una actitud fea para con vos. Te vi mal y en vez de acercarme dije que seguro era un capricho tuyo. Me deje llevar por los celos, hasta Marcos se enojó conmigo—se ríe acordándose.

—¿Marcos? ¿Qué dijo?—le pregunto curiosa y sorprendida a la vez.

—“Por que dice eso prima no tiene que decir así, si no sabe lo que le pasa no hable”—hablo rápidamente y rieron por como lo dijo.

—Ju yo también te queria pedir perdón por no haberme acercado, no se que me paso—hablo arrepentida—cuando me di cuenta lo quise hacer pero te vi hablando con el primo y no quise interrumpir.

Al escuchar lo ultimo, Julieta no pudo evitar sonreir. Dani y Coty se miraron cómplices.

—¿Y esa sonrisa?—pregunto la correntina sonriendo—¿Algo que tengamos que saber?.

—No nada que ver—respondió nerviosa—Yo..las perdonó pero no me dejen sola nunca más, necesito contarles algo.

Justo cuando iba a hablar entro Romi y se sienta a su lado.

—Yo...—apenas habla empieza a llorar.

—¿Que pasa Juli? ¿Por qué lloras? Me estoy preocupando—le dice Romina.

—Lucca me engaño—las tres se sorprendieron—no entiendo que paso si antes de que yo entrara aca estaba todo re bien.

—¿Qué?—Romina no podía creerlo, la rubia le hablo mucho de él y no se imaginó que sería capaz de hacerle algo así a su amiga.

—¿Me estas jodiendo? ¿Como te enteraste? ¿Te avisaron en el confesionario?—pregunto Dani.

—No, me entere porqué gritaron desde afuera—le respondió secándose las lagrimas mientras se levantaba para buscar algo en la cajonera—Miren.

Daniela toma el papel y no podia creer lo que veían. Era un collage de fotos de Lucca besándose con diferentes chicas en boliches.

—¿Estas segura que son de ahora? Sabes como es la gente.

—Si Coty, son de ahora. Ademas en estas dos tiene remeras que yo le regale dias antes de entrar—le señala—Soy una estupida, no se para que me metí en esto, no me tenia que haber an..—fue interrumpida.

—Deja de decir eso princesa, no sos ninguna estupida. Sos una mujer que se merece todo, entraste acá por un sueño acordate de eso y yo sé que duele pero te aseguro que algo mejor llega. ¿O pensás hablar afuera y perdonarlo?.

—No chicas, el sabía que si algo así pasaba la relación se terminaba, yo no puedo seguir con alguien que no pudo esperarme. Yo merezco a alguien que me trate como una reina, que me cuide, que me haga reír pero sobre todo que me respete y claramente el no lo hizo.

—Ay mi amor, te juro que te entiendo. No me imaginé que estabas mal por esto, pensé otra cosa. ¿Ahora como te sentís?—pregunta Romi mientras la agarraba de la mano.

—Me siento bien, si me dolió y estuve llorando hasta que me dormí. Pero como dije, no merezco esto así que a partir de ahora nada de llorar por el—no era fácil pero lo iba a superar eso sí—Voy a disfrutar del tiempo que me queda acá adentro.

—¿Le vas a contar a los dem..?—le pregunto Coty pero fue interrumpida.

—¡No! no quiero que se enteren, me da vergüenza. Por favor no le cuenten a nadie, solo el primo lo sabe—solto sin pensarlo.

Las tres chicas se miraron.

—¿Y como lo supo?.

—Él estaba saliendo cuando gritaron y prefirió volver adentro como si no hubiese pasado nada. Yo no sabía que el escucho, me lo contó hace rato cuando estábamos merendando.

Ella sonrió acordándose.

—Siempre tan bueno el.

—La verdad que si. Es un tierno—sonrió y agachó la cabeza.

—Asi que el primo.

—¿Qué Romi?

—No nada.

—Por favor no digan nada. Fueron muchas emociones en un día. Ahora vengan—abre sus brazos y las chicas se tiraron sobre ella.

Juli se sentía mucho mejor, esto es lo que necesitaba. Un abrazo de sus amigas. Por el momento no quería que los demás compañeros sepan, ya se los contará cuando se sienta cómoda.

Pero lo que no sabían es que alguien escucho del otro lado de la puerta lo que contó. Camila.