Capítulo 8.

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Caminaba de un extremo a otro en su cuarto de recarga, mirando ocasionalmente el reloj de pared que Raf le había regalado.
Habían pasado apenas cerca de cinco ciclos, pero él lo sentía como una eternidad.

Apenas terminaba de procesar lo que había pasado con Knockout, y ahora estaba en un enorme dilema: contarle a Optimus lo que estaba haciendo, o simplemente mantener el secreto. Sabía que en algún momento tenía que hablar o iban a descubrirlo, pero no se sentía listo para la reprimenda que vendría por parte de su líder.

— Bumblebee, ¿Está todo en orden?

Dio un pequeño chillido por el susto, girando hacia su amiga, quien lo veía desde la puerta.

Claro, ¿Por qué lo preguntas, Arcee?

— Porque desde mi habitación puedo escuchar tus pasos interminables. Es bastante temprano todavía, ¿No crees?

Sí, creo que sí. Lo lamento, intentaré recargar un rato.

La femme apretó sus labios entre sí. Ella no era para nada una robot que se sentaría a hablar con alguien sobre sus sentimientos, pero ver a su amigo así de ansioso le preocupaba.

— ¿Pasó algo con Knockout?

¿Cómo lo...?

Bulkhead me contó —sonrió de forma suave. El Wrecker era malo para guardar secretos, y cuando lo vio tan al pendiente del panel supo que algo pasaba—. ¿Te hizo algo?, Podemos ir a patear su aceitoso trasero si quieres.

El explorador dio un par de pitidos, simulando una risita mientras negaba con la cabeza.

No me hizo nada malo. —su sonrisa se fue borrando, y aunque nadie pudiera ver esto, en sus ópticos era notoria la preocupación—. Sucede que... Me preocupa no contarle a Optimus, pero también me da miedo la reacción que pueda tener si le digo sobre Knockout y yo.

Una verdad disfrazada, o quizás era una mentira oculta en la verdad.

Arcee terminó por recargarse en el marco de la puerta, cruzándose de brazos mientras veía preocupada a su colega.

— Optimus es un robot muy comprensible, y te puedo asegurar que puedes confiar en él. Es más que nuestro líder, es familia. Somos una familia, Bee.

La guerrera le regaló una sonrisa en un intento por darle algo de confort.
No diría que lo entendía, pero trataba de comprender su situación y ponerse en su lugar.

Gracias, Arcee —se sentó en la orilla de la litera—. Puedes volver a recargar, prometo dejarte descansar.

Luego de eso quedó solo en su habitación una vez más. Se acostó y apagó sus ópticos, entrando en modo de recarga.
Despertó luego de varias horas, se puso de pie y revisó el reloj para darse cuenta de que había descansado cerca de tres ciclos.
Salió de ese cuarto para ir a la sala de operaciones y encontrarse con Optimus en el computador.

— Buenos días, Bumblebee.

Buenos días, Optimus. ¿Y los demás?

— Fueron a una misión de reconocimiento —respondió mientras dejaba el monitor de lado y giraba para poder hablar mejor con su compañero—.

¿Incluso Ratchet? —preguntó curioso—

— Tenía ganas de estirar las piernas.

Lo obligaste —comentó con diversión. Ese autobot no saldría por cuenta propia a menos que fuera una emergencia—.

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