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—Así que las cosas con mi primo fueron de maravilla

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—Así que las cosas con mi primo fueron de maravilla. — Ino levantó sus cejas.

—Te contó.

—No no.

—No me mientas. — estiró su bandeja para que la cocinera pueda servirle el almuerzo.

—Es que prácticamente lo obligue y amenace, él no quería contarme. — se sentaron en la cafetería.

La pelirroja sonrió.

—¿Y eso? Si te gusta, si te gusta.

—¿Quién te gusta, Kumiko? — Hidan llegó con el resto de Akatsuki y se sentó en su mesa.

Ella miro fulminante a su amiga, la mataría, más tarde.

—Tiempo sin vernos, MikoKu. — jugueteó el azabache.

—Obito ya no soy la nenita que cuidabas. — rodó los ojos.

—Para mi siempre lo serás.

—Suenas como una vieja. — se quejó Sasori.

—Lo es, ¿Cuántas veces repetiste, Obi? — se burló Deidara.

—Tres...

—El chanta no quiere trabajar, por eso.

—Hablo él menos chanta. — Kumiko desafió al albino.

—Te bardearon, amigo.

—No puedo contra ella.

Lo rebajo con la mirada, ahora él era la víctima.

—¿Quién te gusta? — mientras los demás seguían hablando Deidara se sentó a su lado.

—...

—No le gusta nadie, primo, solo la molestaba.

—Mh, lo imagine.

—Y bien, ¿Qué sale esta noche? Es viernes. — un emocionado Kisame llegó tarde.

—Vamos a la casa de Kakuzu. — bromeó Obito.

—Ni lo piensen, la vez pasada tuve que pagar todos los gastos de su enchastre.

—Ofrezco mi casa. — habló por primera vez Itachi.

Todos los quedaron viendo, sorprendidos.

—Mi hermano organiza una fiesta. — se cruzó de brazos —Yo voy a estar en mi habitación.

—Lo imagine, hm.

—¿Quieren venir, chicas? — las invito la pelimorada.

Kumiko miro a su amiga, suplicando que se negara.

—Claro, a las 12 estaremos allí.

—Las esperamos. — se retiraron.

—Te espero, hm.

F R I E N D S   |   HidanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora