Chapter Two: The beauty

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Ophelia

Mi cabeza dolia, y mi nariz estaba mocosa. Cuando llegue a casa no había nadie. Asi que me despoje de mi humeda ropa y me sequé el cabello. Me puse una pijama de Bob Esponja, y me prepare un chocolate caliente y un sándwich de queso. El reloj marcaba las 5:32 pm. Supuse que Eloise había llegado a casa, dudaba mucho que hubiese ido a clases por el clima. Me dirigí hacia mi abrigo el cual estaba bastante humedo, para buscar la tarjeta que ella me habia dado. "Hardfield's 1", supuse que era algo clave para saber que era de Eloise. Tome mi telefono y llamé. Un tono, dos tonos, tres tonos.

—¿Hola?— Una voz bastante grave y masculina contestó.

—Oh, hola, mi nombre es Ophelia, quisiera comunicarme con Eloise, soy una amiga de la universidad.— Era muy pronto para conciderarla mi amiga, pero no sabia que tan estrictos eran sus padres.

—De nuevo se equivocó con las tarjetas. Esta no es la línea de Eloise— Contestó la voz de nuevo.

—Lo siento mucho, podría decirle que llamé para saber como estaba.— Dije apenada, seguro era su padre.

—Ahora no está en casa, pero le diré que llamaste. ¿Cómo era que te llamabas?.—
Preguntó la otra línea.

—Ophelia, Ophelia Loveridge.— Hablé un tanto apenada, por lo que me comentó Eloise, su padre no era de muchas palabras.

—Lindo nombre, Ophelia, le diré a Eloise que te llame al llegar a casa. Fue todo un placer.— Respondió.

Estaba totalmente anonadada con lo profunda y grave que era su voz.

—Muchas gracias señor Hardfield.— Dije apenada.

—¿Señor Hardfield?, Dime Brahms.— Escuché aquella grave voz a través de la línea.

No era el señor Hardfield, era el hermano mayor de Eloise.

—Bueno, Brahms, muchas gracias, ten feliz resto del día.— Dijé con notorio nerviosismo.

—Igualmente, Ophelia.

Y el "Peep" de la llamada al finalizarse me hizo reaccionar. ¿Cómo era posible que una persona tuviese la voz tan grave?, la forma tan peculiar en la que decía mi nombre, juraría que tenía algun acento europeo. Y aquel acento, mas su voz grave, era una combinación totalmente hipnotizante.

Me quedé parada frente a la ventana que daba al jardín con mi taza de chocolate en manos, mi mente no sabía en que pensar; Si al seguramente muy apuesto hermano de Eloise, con voz de vikingo y acento cautivador, o en Dorian y su regreso totalmente inesperado. Mi cabeza era todo un lío.

—En que tanto piensas Lia.

Me sobresalté al escuchar la irritante y aguada voz de mi hermana.

—Eso no es de tu incumbencia Athena.— Bufé molesta, mientras caminaba nuevamente hacia la cocina. Escuché sus pasos detrás de mi.

—Uy, alguien no está de buen humor hoy, la llegada de tu noviesito al parecer no te alegró mucho.—

Sabía perfectamente que se refería a Dorian, Athena y mis amigas eran las únicas que sabían lo que había pasado con Dorian. Mis amigas porque se los conté y Athena porque es una chismosa e intrometida.

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