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—Yo te dije que tuvieras cuidado— le dije a mi novio mientras esperábamos al doctor.
—Ya sé, pero...— trato de excusarse pero justo entro el doctor.
—Bien, así que Iván Buhajeruk ¿Lo dije bien?— el asintió —Perfecto, cuéntame ¿Por qué estas aquí?
—Estaba jugando a la pelota y se me salio la rodilla se lugar— contestó —la acomode otra vez pero me sigue doliendo.
—Bien, entiendo, tendremos que hacerte unos estudios, los cuales es recomendable ponerte anestesia.
Yo escuchaba atenta las palabras del doctor, de reojo vi a mi novio, parecía un nene me dio ternura, no llevábamos mucho tiempo juntos, apenas unas semanas, pero desde que llegamos de Barcelona, por la Velada del año, vengo insistiendo para que venga al doctor, lo necesitaba.
—Ahora necesito que me acompañen por esta habitación.
Nos guió por los pasillos hasta que llegamos a una donde le pusieron anestesia y nos dejaron unos minutos solos mientras la anestesia hacia su efecto, pero creo que funciona demasiado bien.
—¿Quien sos vos?— dijo medio arrastrando la voz —sos muy linda.
Levante mi cabeza del celular para mirarlo y sonreí.
—Tu novia— contesté aún sonriendo.
Noté como sus ojitos comenzaban a brillar.
—¿En serio?— me miro de cerca.
—Si— respondí enternecida, casi riendo.
—Pero vos sos muy linda.
—Vos más— comencé a hacerle cariñitos en el pelo, el sonrió mientras cerraba los ojitos.
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Estuvimos un largo rato hasta que nos dejaron ir, lo llevé directo a su casa para recostarlo y que durmiera un rato, pero él efecto de la anestesia no se iba, de hecho, parecía que se intensificaba más, cada vez que abría la boca era para decir algo super tierno o algo sin coherencia.
—¿Así que sos mi novia?— me daba mucha ternura el tono que usaba.
—Ya te he dicho que si, amor— me lo pregunto mínimo 5 veces en todo el camino.
—¿Y por qué sos mi novia?
—Porque te quiero mucho.
Lo ayude a bajar del auto y caminamos hacia el edificio.
—Vení, con cuidado— lo abrace por las espalda tratando te equilibrarlo.
—¿Por qué tu pelo es azul?
—Porque me lo teñi, mi amor
—Qué lindo suena eso.
—¿Qué cosa?
—Que me digas "mi amor", ¿Me lo dices mucho?— dijo mirándome a los ojos con ese brillito que les contaba recién.
La situación me daba mucha ternura.
—Si, mi amor— sonreí y abrí la puerta del departamento ya que estábamos afuera —pasá.
—Qué linda casa, ¿Es tuya?
—No, es tuya.
—¿Y por qué no vives aquí?
—Porque es tu casa.
—¿Por qué no vives conmigo? quiero que vivas conmigo.
—Es muy pronto aun, taradito.
El se había sentado en el sillón mientras hablaba y yo fui a la cocina a servime un vaso con agua.
—ahh— asintió y luego lo sentí bostezar.
—¿Tenes sueño?, ¿Queres ir a dormir?
Volvió a asentir frotándose los ojos.
Me acerque a él y le tome la mano para guiarlo hacia su habitación, le ayude a sacarse las zapatillas, el estaba con un short y un buzo algo incomodo para dormir, decidí sacarle el buzo y el se acomodó para dormir un rato.
—¿Vas a dormir conmigo?
—¿Me haces un lugarcito?
—Si, si— contestó al segundo, para luego moverse un poco, yo me acosté a su lado, el acomodó su cabeza en mi pecho y yo comencé a hacerle cariñitos en el pelo.
Estuvimos así unos cuantos minutos y cuando estaba apunto de quedarme dormido, el anestesiado volvió a hablar
—Sos muy linda, mi amor— levantó la carita y me dio un beso en la mejilla, yo solo me acurruque más en el, para finalmente dormirme.
