029| Ataque de beshitos

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One Shot

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POR FIN VIVO oficialmente con mi novia, decidimos alquilar un departamento juntos, era bastante lindo, pero los recuerdos del departamento anterior siempre serán igual de hermosos. Si bien, en ese tiempo no vivíamos oficialmente juntos, pies cada uno tenía su propio hogar, ella pasaba mucho más tiempo en el mío, de ahí la decisión de mudarnos. Yo soy el más feliz del mundo por poder compartir mi vida con la única piba que podía sacar mi lado cursi.

Uno de mis recuerdos favoritos en ese departamento es sin dudas unas semanas después de que Micha, nuestra gata, llegará a nuestras vidas.

Sonreí cuando ese recuerdo apareció fugazmente por mi mente.

—¡Amor, ¿Y la micha?, no la encuentro!— escuche a mi novia gritar desde la sala.

—¡No tengo idea!— grite desde el balcón de las escaleras.

—ash, donde estas— murmuró mientras seguía buscándola.

Yo por mi parte agarre un buzo y me lo puse bajando las escaleras.

—Ten cuidado ahí— la escuche decir cuando llegue al penúltimo escalón justo antes de saltar.

Para evitar que la gata subiera al segundo piso, porque aun era muy pequeña y nos daba miedo que se cayera o se tirara del balcón, pusimos unos almohadones. Para bajar del todo había que saltar aquellas almohadas y semanas antes en ese salto yo me hice una herida bastante grande en el pie.

—Si mamá— dije arrastrando las palabras.

—Amor, no me respondas así, sabes que me preocupas.

—Ya sé, linda— baje de la escalera y me acerque a ella —Te estoy cargando no más— sonreí y la abracé por la cintura.

Ella me abrazo por los hombros y sentí como acariciaba los pelo de mi nuca.

—Gracias por cuidarme— le dije antes de asegurar mejor mi agarre en su cintura y dejarnos caer en el sillón.

—Tarado, tene cuidado con tu pie— me dice a modo de regaño.

—Estoy bien, gorda.

Puse su cabeza en mi cuello cerrando los ojos. Y ahí nos quedamos por un buen tiempo sin decir una sola palabra, solo disfrutando de la compañía del otro. De vez en cuando hacia falta estar así, en silencio con la persona que más amas, terapia pura.

—¿Amor?— dijo ella. Levantando su cabeza para mirarme.

—¿Dime?

—Si tuviéramos hijos, ¿Qué te gustaría que fueran?

—¿No es muy pronto para hablar de estos temas?— dije casi riendo.

—Tonto, no me refiero a que ahora tengamos hijos, pero me gustaría hablarlo, creo que es importante.

—Seria lindo tener una nenita— le sonreí —me encantaría ver una mini vos corriendo por ahí.

—¿Cómo le pondríamos?, si fuera nene me gustaría que se llame Nicolas.

—¿Y si fuera nena?, es lindo el nombre Emily.

—Entonces así quedamos, si es nene Nicolas y si es nena Emily.

—Si, aunque aun falta mucho, capaz en unos años no te guste más esos nombres— le dije mirándola a los ojos.

—Tenes razón.

—¿Yo?, si, siempre. Si sabes que soy un genio, amor mío— jodí un toque.

—También sos bastante modesto— contestó riendo.

—Obvio, tu novio es el mejor.

—Na bueno, ¿Amanecimos egocéntricos?— aún reía.

—Sip— contesté fingiendo inocencia.

No dijo nada más, simplemente volvió a acostarse en mi pecho.

—Y obvio, como el mejor, tengo de novia a la mejor— dije esta vez en un susurro, antes de dejar un pequeño beso en su cabeza.

Aunque no dijo nada, pude sentir como sonreía, eso me hizo sonreír a mi.

Justo antes de que pudiera decir algo más, sentí como nuestra gatita se subía a la espalda de mi novia.

—Acá estas mi amor, te estaba buscando— le dijo a la gata con una voz aguda.

Ella contestó con un maullido y camino un poco bajándose de su espalda, para llegar a mi pecho, acurrucandose ahí, justo al lado de mi chica, ella le acarició la cabecita y Micha comenzó a ronronear poco después. El hecho de tener así a 2 de las chicas más importantes en mi vida, me causaba una ternura enorme, me da miedo perderlas en algún momento, al fin y al cabo, ellas son mi familia.

En un punto de ternura máxima, agarre la cara de mi novia con mi mano llena de anillos e hice que me mirara.

—Ataque de beshitos— dije antes de empezar a darle besos por toda la carita.

—Te estas juntando mucho con Roier— contestó riendo.

A los pocos minutos sentimos como la Micha se unía a los besos, lamiendonos la cara a ella y a mi.

𝗦𝗧𝗢𝗥𝗜𝗘𝗦! ˢᵖʳᵉᵉⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora