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HACE 1 MES que termine con mi novio de 2 años y ahora mismo estaba llorando por el mismo, Iván y yo habíamos tenido una muy linda relación, pero ya termino y tengo que aceptarlo aunque me duela. Pero hay alguien que no entiende eso, Carrera esta decidido a que terminar fue un error, quería que nosotros volviéramos a toda costa y eso dificulta demasiado mi intento de superación.
Nuestra separación se vio debida a que ambos dependiamos mucho del otro, mucho más de lo "normal", habíamos cambiado demasiado, éramos uno los dos, pero a un nivel exagerado.
Ahora mismo estaba con Carre, el solía venir a casa o invitarme a la suya muy seguido para que yo no me sintiera sola, aunque era lo mismo, el solo estaba pegado al teléfono.
Yo estaba tirada en el sillón casi quedándome dormida, hasta que siento que tocan el timbre, pero yo no me inmuté.
—?Por qué no vas a abrir?— preguntó Carre mirándome
-No quiero, además debe ser una pibita vendiendo galletas.
—Yo quiero galletas, anda a abrir.
—Es tu casa, anda vos.
Peleamos por unos minutos, hasta que me rendí y fui a abrir la puerta, del otro lado estaba Iván, ahora entiendo el porque Rodrigo quería que yo abra la puerta.
—Si, si, esta adentro, pasa— me hice a un lado tratando de evitar su mirada.
Al entrar nos dimos cuenta de que no estaba, solo dejó un mensajito en la mesa que decía "Necesitan hablar", eso solo hizo que la situación se vuelva mucho más incomoda.
—Em... supongo que...— dijo tratando de hablar, pero lo detuve.
—Dejalo así, mi amor— le dije con la voz hecha un hilo.
Iván empezó a excusarse del porque me terminó, pero yo no tenía ganas de escucharlo.
—No quiero más excusas, por favor.
—Pero...
—¿Cuánto tiempo hemos sido uno los dos?, Me preguntan a mi, contestas vos.
—¿A que te referís?— Iván sabía perfectamente a lo que me refería.
—Y es que tu, no eras tu sin mi, no.
El solo me escuchaba en silencio y podía jurar de que Carre estaba haciendo lo mismo, desde donde sea que esté.
—No eras nada, ni yo existía sin tu compañía.
Iván inaló algo de aire para intentar hablar, se notaba que quería contradecirme.
—Corazón, dame algo de razón, hemos perdido personalidad en esta relación— dije tratando de evitar llorar —El CD que habíamos compilado para escuchar los dos, ayer fue mi disco favorito y hoy es lo más triste que oí.
Ambos estábamos comenzando a lagrimear, al parecer ninguno encontraba la palabra perfecta para decir lo que sentimos.
—Hoy, por primera vez, te confesaré que me cuesta dejarnos y que no sé en cuanto tiempo me acostumbraré— habló por fin, Iván.
Logré tener el valor para mirarlo a los ojos, la puta madre ¿Por qué era tan difícil todo esto?
—Nunca fuí dependiente de mi, más bien, lo fuí de ti. Te entregaste enamorada al juego, y aunque no ha estado mal, ya no quiero sentir— continuó.
—Yo te juro que no, no te guardo rencor, solo quiero volver a ser esa chica que te presenté— dije ahora yo.
Agarre mi cartera, me acerque a él y le di un beso en la mejilla.
—Decile a Carre que me fuí— él asintió.
—Adiós— dijo mirándome a los ojos.
Sin más que decir salí de ahí, me subí a mi auto y conduje hasta mi casa. Una vez ahí, agarre mi celular y me metí en el chat de Spreen.
