15. Algo soft

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Creo que esto no estaba ni pensado para ser algo largo, un día estaría soft y luego me aburrí, pero yo lo dejo por aquí.

Cuando Agoney entró en casa se encontró a Raoul sentado en el sofá con el mando de la tele en la mano y la mirada en la pantalla que empezaba a encenderse. Dejó las llaves en el llavero junto a la puerta, se quitó el abrigo colgándolo en una de las sillas que había alrededor de la mesa y tomó asiento justo al lado de su marido, suspirando de placer al sentir el cojín debajo suyo y la espalda relajarse contra el respaldo.

—Estamos de vacaciones.

—Si —respondió con un asentimiento y girando la cabeza para mirarle—, y todos nuestros amigos se han ido de viaje.

Agoney asintió y dejó caer la cabeza en el hombro de Raoul que, instintivamente, llevó la mano hasta su barba para empezar a acariciarla.

—Y mis padres se han llevado a los niños.

—Exacto. Así que...

—Estamos... solos y sin nada que hacer.

Mantuvieron el silencio entre ellos un par de segundos, como si ambos supieran los mecanismos que estaban girando en la cabeza del otro.

—¿Cuándo fue la última vez?

—No lo recuerdo.

—¿Y... qué hacemos?

Agoney suspiró y elevó la mirada hasta encontrarse con el perfil de Raoul, ese que tanto admiraba y que le hacía morderse los labios. Se irguió antes de responder a su pregunta.

—Ven.

—¿Eh?

—Ven —insistió, esta vez alejándose un poco de él y abriendo los brazos.

—Quieres un abrazo.

Agoney asintió, Raoulsonrió con ternura 

[...]

Las Historias que merecen SerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora