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Felix entro a la oficina del emperador con algo de nervios.—Quiero ver a los cachorros, Jinnie. ¿Dónde están?—pidió tímidamente

Hyunjin dejo de escribir y miro a su esposo—Hay algo que debo decirte...

—Después, yo quiero ver a los cachorros. Deben estar muy asustados y tristes por mi culpa— habló.

El alfa tomo la mano del omega y lo llevo al jardín, caminaron durante unos minutos antes de llegar a dónde estaban los cachorros jugando con tres omegas, pero para sorpresa de Felix, solo había cinco cachorros. Volteó a ver a su esposo en busca de una explicación

—¿Y los demás? ¿Dónde estás los demás cachorros?—cuestionó

Hyunjin soltó un pequeño suspiro—Cuando fuimos al reino teníamos planeado capturar a los cachorros antes de empezar con todo, pero no había ningún cachorro en las calles... Un guardia le pregunto a un pueblerino y este le contesto que Kim había mandado a matar a todos cachorros solo porque él no podía tener un heredero—sujeto la mano de su esposo con fuerza al ver como en el rostro de Felix había una expresión de pánico—Esos cachorros los encontramos ocultos en los sótanos de algunas casas... Al parecer sus padres los ocultaron de Kim ya que eran los únicos cachorros que encontramos.

Felix soltó un leve sollozo antes de abrazar a su alfa, se sentía muy mal.

—Cuando entramos al castillo... Había miles de cuerpos de cachorros en el calabozo.

—Wooyoung también quería matar a nuestro cachorro...

Hyunjin se aferró al cuerpo de su esposo—Tranquilo, Lixxie. Wooyoung no te hará daño ni a ti ni al cachorro, ¿Entiendes?

El Omega asintió antes de separarse del alfa y limpiar sus propias lágrimas—Dile a la cocinera que haga muchos brownies y también dile a MiYeon que venga aquí al jardín, por favor.

—¿Está vez no me vas a sujetar de mi traje?—se mofó al ver la expresión de vergüenza de su omega.

—Esa vez fue porque tenía miedo y pánico... Y tú solo hacías preguntas tontas—se justificó de aquel momento en la fiesta del emperador.

Hyunjin rió—Me gusta que me des órdenes—dijo de una manera coqueta, acercándose al rostro del rubio, oliendo el dulce aroma a fresas con ese toque de leche.

—Basta... Haz lo que te pedí, por favor—pidió avergonzado.

—De acuerdo, emperatriz—tomo la mano del rubio y la beso con delicadeza antes de irse.

Felix soltó un leve suspiro antes de acercarse a dónde estaban los cinco cachorros muy feliz jugando. Se acercó con timidez y tomo asiento en el césped cuando estuvo muy cerca de ellos.

Las omegas hicieron un leve reverencia y se retiraron al ver la seña que les hizo la emperatriz.

—Hola, cachorros...—saludó.

Los infantes se acercaron al omega con una gran sonrisa—Wow, usted es muy bonito—hablo uno de ellos.

Felix rió—¿Enserio creen que soy bonito?—cuestionó.

Los cachorros asintieron de inmediato con una sonrisa en sus labios.

—¿Quién es usted?—preguntó una niña.

—Bueno... Soy el omega del emperador Hwang, ¿Lo conocen?

Uno de los cachorros asintió—¡Es el alfa más temido! Dicen que es muy malo, ¿Usted también es malo?

—Oh... Bueno...—Felix no sabía que responder, no podía decir que era bueno, no cuando ordenó destruir el Reino de Emerald—No soy bueno ni malo

El Omega del emperador Hwang ᴴᵞᵘⁿˡᶦˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora