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La familia daba un paseo por el pueblo a petición de Felix ya que el creia que necesitaba aire más fresco y distraerse en cosas para dejar de ser un celoso.

Justo en este momento estaban descansando en una banca mientras sus cachorros daban pequeños pasos, hace una semana habían comenzado a dar sus primeros pasos.

—¿Quieres más brownies de chocolate?—cuestionó Hyunjin

Felix negó—Quiero un jugo, tengo mi garganta seca. Los cachorros también quieren un jugo—habló con una pequeña sonrisa

—Iré por jugo, espérame aquí—dijo antes de ir al puesto de jugo que estaba a unos metros de él

El rubio observaba a su alfa comprar pero si sonrisa se borró al ver como una mujer se le acercaba a su alfa y él no la alejaba.

—Come un brownie, cuenta hasta diez—Murmuró recordando su plática con MiYeon, empezó a comer un brownie mientras seguía viendo la escena, su lobo quería gruñir y demostrar que ese alfa era suyo—¿está sonriendo...?

Por otro lado Hyunjin esperaba pacientemente a que le dieran sus dos botellas de jugo. Sintió como alguien tocaba su hombro, volteo pensando que era su omega.

—Cariño, ya voy... Oh, lo siento—se disculpó al ver una beta enfrente de él—pensé que eras la emperatriz.

La mujer rió—No lo soy, pero puedo serlo si usted desea.

El pelinegro hizo una mueca, no queria ser grosero—Nadie puede reemplazar a la emperatriz; voy a fingir que no escuché lo que dijo por única ocasión.

—Su alteza, yo solo bromeaba, ¿No le gustan las bromas?—cada vez la mujer estaba más cerca del cuerpo del pelinegro.

—No me agradan las bromas dónde la emperatriz este involucrado, respete a su emperatriz—ordenó.

La beta sonrió. —No es mi emperatriz. Yo solo estoy de visita en su imperio por una temporada.

— Mientras estés aquí en mi imperio, mi omega es tu emperatriz.

La chica sonrió— De acuerdo, soy SooMin, un gusto su alteza.

—No me interesa realmente quien eres—echó un vistazo a su omega quien comía brownies de chocolate y le daba pequeños pedacitos a sus cachorros.

—¿Qué tengo que hacer para ser su concubina? ¿Mi familia tiene que tener un rango alto o usted las elige?—interrogó.

Hyunjin suspiró—¿Tengo que poner un maldito cartel en cada parte de mi imperio?—cuestionó fastidiado—No quiero concubinas, cerré mi harem para siempre y no lo volveré abrir.

La beta hizo un mohín—Que lastima, un emperador tan guapo como usted debe tener un harem con hermosas concubinas.

Hyunjin volteo a ver al vendedor—¿Falta mucho para que estén los jugos?

—No su majestad, ya casi termino, solo debo exprimir una cuantas naranjas más.

—Seamos amigos, su alteza.

—No quiero amigos como tú.

La beta soltó una carcajada—Si que estás molesto, solo quería hablar un poco.

—Hubieras buscando a otra persona, me estás fastidiando.

La mujer observo al emperador de pies a cabeza—Tiene un lunar muy bonito—hablo tocando los labios del pelinegro.

Hyunjin casi de inmediato la empujó lejos de él—¿Quien te crees que eres para tocarme? Eres una insolente, primero hablas de mi emperatriz, luego esto, agradece que mis cachorros están ahí porque si no fuera por ellos en estos momentos no tendrías tu lengua.

El Omega del emperador Hwang ᴴᵞᵘⁿˡᶦˣDonde viven las historias. Descúbrelo ahora