🅾🅽🅴 🆂🅷🅾🆃🆂 ~Youtubers~

~No estabas ahí~ Superintendente

Me senté en la incómoda silla con todo el dolor de mi alma concentrado en todas y ninguna de las partes de mi cuerpo en específico.

El incómodo camino desde la puerta hasta mi asiento había sido jodidamente duro, y como si mis torpes y mareados pasos, mi mascarilla y mis gafas de sol no fueran ya suficientemente delatadoras, el gemido de dolor fugado de mi boca al sentarme hizo girar a todos los presentes a observarme con ojos curiosos y acusadores.

No me parecía profesional aparecer a una clase de la universidad con dicha indumentaria, pero menos profesional me parecía venir toda mahullada, con heridas sangrantes y moratones esparcidos por todo mi cuerpo y concentrados en aquella parte de mi cuerpo que más se ve.

Ni siquiera sabía cómo había reunido el valor y la fuerza de voluntad para aparecer, pero tenía claro que aunque fuera en una tumba, yo iba a hacer esta exposición que daría por finalizada mi larga carrera y me garantizaba el título por el que tanto había luchado y sufrido.

El profesor, un viejo físico estricto, pero comprensible me miró extrañado. Apuesto lo que sea a que no sabía cómo decir esto.

- Señorita, no puede entrar a clase con una mascarilla y unas gafas de sol, no es ético.

¿Quieres que te diga yo a ti lo que no es ético? Lo que no es ético es que te comprometieras a mantener a salvo a una de tus agentes y supuestamente amiga y por un simple capricho la dejaras en el peor momento. Ella ya está muerta, no se iba a mover de la tumba para que tú no pudieras llevarle flores el día siguiente. En cambio, a mi por poco me mandas a una.

- Lo siento señor, pero me encuentro muy resfriada y no me gustaría contagiar a mis compañeros. Además llevo tres días así, sin pegar ojo y tengo muchas ojeras que preferiría ocultar.

Podía oír los susurros y risas del resto de alumnos aquí presentes, pero no podía importarme más una soberana mierda lo que dijeran o pensaban, solo quería que el profesor se lo creyera.

Sus apagados ojos marrones me miraron con duda, ¿Como iba un hombre tran respetado a dejar que una alumna tuviera un comportamiento así?

Sin embargo, después de unos segundos en los cuales sus acusadores ojos no dejaron de inspeccionarme, acabó sucumbiendo a mi piadosa mentira y dejandolo pasar por esta vez.

- Está bien señorita Foster, pero la próxima vez si se encuentra tan mal no venga al centro.

Con los ojos cerrados tapados por los gafas y la boca abierta cubierta por la mascarilla, suelto un suspiro de alivio apenas audible para mis alrededor. Esta vez había colado.

- Gracias señor, en cuanto haga mi exposición me iré para no molestar más.

Simplemente asintió conforme a mi contestación y empezó a dar clase.

...

Con mi cabeza apoyada en mi mano, intentaba resistir con todas mis fuerzas a no seguir la llamada de Morfeo y darle a mi cuerpo ese merecido descanso que tanto pedía a gritos.

Solo un esfuerzo más. Repetía una y otra vez mi subconsciente, que a su vez discutía con mi lado racional Vete de una vez al hospital o vas a desmayarte en cualquier momento. Quizás tenía razón, pero no iba a dejar pasar esto.

- Señorita Foster por favor, salga al frente y preséntenos su trabajo.

Suspiré, no sé si de alivio por saber que mi sufrimientos acabaría pronto, o por no saber cómo iba a hacer para mantenerme en pie.

Me levanté con unos papeles en la mano y recorrí los cortos metros de distancia que me separaban del centro de atención, con unos pasos perdidos y torpes como si llevara andando solo unos meses.