Capítulo 13: Entrenamiento 2

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Capítulo +18  se requiere discreción y si no te gusta este tipo de contenido que te saltes esta parte.

Mike

Mi padre es encontraba en alerta, había hablando por teléfono con Baltasar y acordaron que en una semana sería el intercambio. Pero podía ver en sus ojos que no quería dejar ir a la rubia, y yo menos, todos temíamos de lo que podría hacerle si se entraba que ella sabía la verdad sobre él. Era un hombre cruel, despiadado y si sabía que su hija sabía tantas cosas ahora, no dudaría en sacarla de su camino. Lo malo es que no logró imaginar que sería capaz de hacerle a su propia hija.

Desde de mañana temprano se encontraba entrenando bajo la superstición de Viktor, la vi un par de veces por el gran ventanal que se encontraba en la sala, donde se podía ver hacia el jardín. Maldecí cuando sentí un cosquilleo por debajo del vientre al verla en esas mayas, me tuve que dar una ducha fría antes de salir para cumplir la misión que me había asignado Rixton. Me armé con algunos cuchillos y los posicione en mi cintura, ya que como la vez anterior, mi padre deseaba que la víctima de la misión sufriera. Me puse una chaqueta de cuero con intensión de ocultar mis alas, pero no funcionó.

Viéndome más letal que nunca.

Carolina

Apunté con el arma a cada una de las botellas de vidrio que al frente se encontraban. Viktor ya me había enseñado como era la postura que debía utilizar, casi salté de emoción cuando cada una se rompió. Quedando ninguna de ellas. El pelirrojo me miró cuando me di la vuelta para verlo, sonrió ligeramente.

— Bien hecho, nena. — pronunció antes de levantarse y ofrecerme una botella de agua la cual agarre.

En la mañana practicamos batalla cuerpo a cuerpo, ganando un par de enojos por parte de Viktor por no saber del tema, dejando que me derribará. Decidió que era mejor que practicará con una bolsa de aire, ordenando que diera múltiples patadas y puñetazos a esta. No lo podía negar, me desquité un poco. Todo las cosas que había descubierto sobre la única persona que idolatraba, me dejaron mal emocionalmente. No sabía si sentirme triste o enojada por todo el mal que había causado.

— Terminamos por hoy. — pronunció.

Asentí antes de dirigirme hacia dentro del castillo. Pero fruncí el ceño cuando vi que me seguía hacía mi habitación, me di vuelta hacia él. Visualizando una sonrisa burlona de su parte, la cual me descolocó un poco.

— Hoy me toca vigilante, nena. — dijo antes de tocarme la punta de la nariz con un dedo.

Me sobresalté al ver a Mike salir de una habitación, iba vestido de negro con su cabello castaño agarrado en una coleta, y con sus alas y mandíbula tensa. Me sorprendo cuando me dirige la mirada y nota que lo estaba viendo.

— Mi padre quiere verte — informó antes de dirigirle la mirada hacia Viktor y de nuevo a mi — Pórtate bien rubia.

Y se retiró, bajando las escaleras en el proceso.

— ¿Dónde estará Rixton? — le pregunté a Viktor.

Él se encogió de hombros con indiferencia. — En su oficina, supongo.

— Iré después de ducharme. — digo antes de abrir la puerta de mi habitación.

Los dos entramos a la habitación, él se sentó en el sofá mientras yo escogía la ropa en mi armario. Opté por usar una falda de color gris y una top negro junto con las mismas zapatillas negras. Agarré mi bata y entré al baño. Después de haberme sacado la ropa, me entró a bañar con el agua en temperatura ambiente. Pero me asusté cuando vi que me había olvidado una cosa.

— Viktor — lo llamé ligeramente — ¿Sigues ahí?

— ¿Qué pasó, nena? — me sobresalté al escuchar su voz cerca de la puerta.

— ¿Me... — hice una pausa — podés alcanzar mi ropa interior?

Pude escuchar una risa ronca que soltó.

— No sé si lo haces para provocarme o solo piensas que soy un verdadero ángel. — se burló.

— Idiota. — susurré.

— Te escuché — me asustó cuando abre la puerta sin pedirme permiso. Agradezco que me había puesto la bata antes.

Me mira de arriba a abajo con su intensa mirada de color verde. Sé lo que está pensando, no llevó nada por debajo de la bata.

Oh shit, here we go again.

Se va acercando lentamente poniéndome nerviosa, retrocedo hasta que siento mi culo chocar con el lavabo. Me agarra de la cintura y me alza hacia arriba, haciéndome sentar al lado de este. Mis mejillas se calientan por el cosquilleo que empiezo a sentir junto con los pensamientos impuros que me invaden la mente.

— Pon tus piernas en mis hombros, nena.

Hice lo que me pidió haciendo que el pusiera una mueca de placer. — ¿Qué sucede?

— Puedo oler tu excitación desde aquí.

Dijo antes de empezar a subir mi bata con delicadeza. Abrió más mis muslos, provocando que mi coño quedara a su vista. Comenzó dando besos alrededor de mis muslos haciéndome soltar jadeos, hasta que su lengua hizo contacto con mi agujero. La empezó a mover no dejando ningún resto de mi excitación, sin dejarme de verme con sus ojos verdes intensos. Toqué su cabello pelirrojo que caía por los lados de su cara y hice presión.

Gemí cada vez más alto hasta que llegue al orgasmo.

— Deliciosa.

Peligrosa Atracción ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora