Capítulo 27

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—Señor Uchiha —Habló su secretaria cuando ingresó a su oficina— Alguien quiere verlo, dice ser su hermano.

Fugaku respiraba con pesadez. ¿Qué demonios hacía Madara en su empresa?

Le resultaba imposible controlar la ira que con velocidad se apoderaba de su cuerpo. 

Salió de su despacho y caminó dando grandes zancadas hasta quedar frente al mayor.

—¿Se puede saber que carajos haces aquí? —Preguntó en un grito.

Los empleado dejaron sus trabajos a un lado al escucharlo, poniendo atención a lo que ocurría en la empresa.

—Buenos días a ti también, hermano —Contestó Madara— Sabes que me he mudado aquí y me haré cargo de la empresa de papá.

—No lo harás —Sentenció— Ésta empresa es mía, no pienso ceder de nuevo. Ya me has quitado a mi hijo ¿Qué más quieres?.

El hombre de cabello largo y porte elegante volteó la cabeza, observando las miradas de los empleados posadas en su persona.

—¿Quieres que te recuerde el porqué tu hijo ahora vive conmigo? —El mayor suspiró— Sabes que esta empresa me pertenece y no te equivoques, no te estoy despidiendo ni nada por el estilo, solo que tomaré el lugar que me corresponde como dueño de la corporación.

Fugaku soltó una amarga carcajada.

—Yo me he hecho cargo de este edificio desde que me lo cediste.

—Te he permitido el lugar como jefe —Aclaró— Jamás te cedí la empresa. Nuestro padre me la dejó a mi. Además, ¿Con ayuda de quien la pudiste sacar adelante? —Madara trataba de mantener su temple, aún así, eso no significaba que su enojo no apareciera. Odiaba que las personas le hablaran como lo estaba haciendo su hermano cuando él trataba de tenerle paciencia— Fugaku, lo lamento pero te guste o no, esta corporación me pertenece. Podemos trabajar juntos.

—¿Para que luego me apuñales por la espalda? —Preguntó con una sonrisa de burla— No gracias, me resulta suficiente el hecho de que hayas puesto a mi hijo en mi contra.

—No sabes lo que es ser padre, la palabra te queda demasiado grande —Suspiró— Pero no creo que sea un buen lugar para hablar de cosas personales —Habló frunciendo el ceño. A la mierda su templanza— ¿Sabes qué? Me da igual lo que quieras hacer, te estoy dando una oportunidad para que me acompañes en esto, si no lo quieres hacer, por mi está bien —Los empleados abrían sus ojos por la sorpresa al escucharlo— Si quieres quedarte, eres más que bienvenido, pero no voy a tolerar una maldita falta de respeto más —Madara comenzó a caminar hacia la oficina— Soy tu hermano mayor, no olvides eso.—Comentó con la misma tranquilidad con la que le había hablado antes.

Fugaku salió hecho una fiera del lugar. Necesitaba calmarse.
Aquel familiar al que tanto odio le tenía estaba comenzando a apoderarse de todo lo que le pertenecía por derecho, independientemente de que haya sido su propio padre quien le haya dejado todas las empresas a su hermano mayor. Él había sido quien había sacado adelante la corporación, él debía ser el dueño, él fue quien se dedicó por completo a su trabajo para que Madara llegue y le quite, no solo el cargo que poseía, sino a su hijo también.

Se recostó sobre la gran puerta de entrada, apretando sus puños e inhalando aire para luego exhalarlo en un intento por calmarse, viendo como el vaho salía de su boca por el frío que hacía en el exterior.

Sin embargo, le resultaba imposible y fue peor cuando vio a Itachi llegar junto al joven rubio.

El Uchiha mayor los vio con asco. Su hijo caminaba con una sonrisa dejándose abrazar por el Uzumaki, quien le causó mayor repulsión al ver que traía un cigarrillo en una de sus manos.

Mr. Delincuente (NaruIta-NarutoxItachi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora