Capítulo 1

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"¿Donde carajos me metí?", eso era lo único que Itachi podía pensar mientras estaba estacionado en una pequeña plaza donde se podía apreciar a niños jugando en los columpios acompañados por mayores.

Agarró el GPS con sus manos temblorosas y colocó la dirección de su hogar.
Nada, solamente un infinito "cargando" era todo lo que se mostraba en la pantalla del aparato.

Miró a su alrededor, el lugar donde se encontraban jugando los niños, la angosta calle con varios baches y las casas para nada ostentosas era todo lo que aparecía a la vista.

No entendía como fue tan idiota para apagar el GPS, pensó que ya no lo necesitaba pero lo peor, sin dudas, fue doblar en esa calle.
Todo estaba bien hasta que lo hizo, solo cruzó dos esquinas más a partir de donde dobló y ya no hubo vuelta atrás. En cada calle donde quería introducirse para llegar al centro de la ciudad le daba la sensación de ser más peligrosa que la anterior. Grupos de chicos reunidos en las calles, niños jugando junto a ellos, definitivamente ninguno de los allí presentes tenían apariencia de  pertenecer a su sociedad.

A medida que seguía conduciendo, los edificios comenzaban a ser cada vez más precarios. Las personas caminando, bicicletas y motos comenzaron a ser los protagonistas en las calles, los autos solo estaban estacionados y ninguno parecía ser de ultimo modelo como el que él tenía.

Tomó su celular y llamó a su primo, necesitaba poder ubicarse en ese lugar.
Sonó, una y otra vez para que al final lo mandara al buzón de voz. Tiró el móvil en el asiento del copiloto.
No quería llamar a sus padres, ya se imaginaba el grito de su madre y como su padre le quitaría el auto por algo que él ni siquiera tuvo la culpa.
Apoyó su cabeza en el volante, inhaló y exhaló, necesitaba calmarse y encontrar una solución al problema.
Giró su cabeza, tomó el celular y volvió a llamar al imbécil de Obito.
"Como para que me esté muriendo" pensó cuando nuevamente una voz lo mandó al buzón.

Un golpe en el vidrio lo sobresaltó. A través del cristal vio a un chico pelinegro con una coleta alta y cara de aburrimiento.

—¿Necesitas ayuda? -Preguntó mirándolo- Con mi amigo podemos darte una mano, ya vuelvo.

Itachi vio al muchacho cruzar la calle y llegar hasta una casa donde se encontraba un joven rubio al lado de una motocicleta de carretera que lo observaba fijamente.
Observó al chico pelinegro mientras charlaba con su amigo y cuando el rubio lo miró nuevamente, lo primero que hizo fue asegurarse de que todas las puertas tuvieran seguro.
No es por nada, pero ese rubio con las tres marcas en cada mejilla no le daba total confianza, no sabía si era por el lugar donde se encontraba, los piercings que tenía en el rostro o los tatuajes en los brazos que se podían apreciar por la camiseta sin mangas que llevaba puesta, pero le causaba inseguridad.

Comenzó a desesperarse cuando vio al chico tatuado caminar hacia su auto y posicionarse junto a su puerta.

—¿Podemos ayudarte? -Preguntó. Itachi no lo miró, quería que se vaya, ya se las arreglaría por si solo- ¿Puedes bajar la ventanilla?

—Estoy bien, de todas formas gracias -Le dio una sonrisa a través del cristal que se transformó en mueca.

—Lindo auto -Comentó el rubio. El pelilargo se tensó, lo único que le faltaba es que este chico le robara- ¿Qué te parece, Shikamaru? ¿Crees que sea del año pasado? -Sonrió.

—Yo creo que si -Miró a Itachi y continuó hablando con su amigo- ¿Te imaginas si fuéramos nosotros quienes condujeran este auto? 

—Tras las rejas, eso seguro -Contestó el rubio.
Dentro del auto, el joven podía sentir como se le bajaba la presión. Por instinto, nuevamente, verificó que las puertas estuvieran aseguradas y tomó su celular cuando este comenzó a sonar. Miró el nombre que se mostraba en la pantalla y sonrió.

Mr. Delincuente (NaruIta-NarutoxItachi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora