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Narra Meg

Han pasado unas semanas desde que Molly estuvo en el hospital después de visitar a su papá.

La navidad la pasamos como los años anteriores, todos haciendo el pavo y la salsa, jugando juegos de mesa, adornando galletas, contando chistes y por ratos cantando villancicos en la sala. Y fue exactamente lo mismo el 31 de diciembre, salvo por el juego de los regalos de amigo secreto que siempre hacemos para Navidad.

Pero hay algo que si me tiene preocupada, se trata de Molly.

Esta vez le toqué yo y me dio dos cosas, ropa para bebés niñas una rosa y la otra celeste, y un collar que tiene para guardar una foto y ya trae una foto de ella sonriendo y se ve muy bien.

Ahorita esta cada vez más delgada y pálida, cada vez se pone más maquillaje para disimular pero a mi no me engaña. Y lo de estar delgada lo disimula con ropa ancha y usa sombreros y bufandas. No le ha dicho nada a Chris ni a Charly, ellos no saben que Molly se nos va a ir si no hacemos algo.

Alex llamó en lo que estaba de camino al hospital, estaba entrando al hospital mientras Chris y Charly buscaban parqueo y me daban algo de tiempo para o hablar con ella o con alguna doctora.

Alex dijo que los exámenes que le hizo a Molly el otro día dieron positivo, tiene melanoma que es el cáncer de piel más peligroso. Es la causa principal de muertes por enfermedades en la piel. Y según Alex, que es una gran doctora, las personas que tienen melanoma pueden tener un promedio de vida hasta 5 años. Y Molly tiene más de tres años con melanoma por causa genética.

- No puedes seguir así -le dije bajito.

- Si puedo -dijo Molly.

- Cada vez empeoras más, debes ir a tera...

- Meg, no lo haré, deja de tratar de convencerme.

- Mirate tienes que ir -dije señalandola- estas es la cama desde hace días, con la cara con maquillaje, y con colcha y ropa ancha por si acaso vienen los chicos. Esta es una locura Molly.

- Es que ellos no están en mi lugar, no lo entenderían nunca... a veces me pregunto si tú lo entiendes de verdad.

- Sabes que si -sobe mi estómago ya crecido, resulta que Molly y yo tenemos casi el mismo tiempo de embarazo. Ya faltan pocas semanas, falta un mes casi.

- Sé que harías todo por tu bebé y créeme que yo también y lo estoy haciendo, aunque eso acabe conmigo -dijo haciendo una mueca- Sé que valdrá la pena cuando vea sus ojos, si es que los veo.

- Los verás, conocerás a tu bebé -dije sollozando- me aseguraré de eso.

Me fui a la cocina a preparale algo de comer y para que no me viera así...

Definitivamente esto ha sido lo que menos me ha gustado del embarazo, con cada emoción o sentimiento, lo termino sintiendo y expresando a un nivel bastante exagerado para mi gusto.

Pero eso de Molly no sé como no han notado nada los chicos, Molly esta pálida y su cara se ve delgada, y cada vez esta más débil, ¿como no pueden notar algo así, si Molly ni siquiera habla mucho como antes, como no pueden notar su cambio de humor?

- Molly... -susurre al aire con los ojos cristalizados.

- ¿Meg, que sucede? -dijo Charly apareciendo por detrás.

- ¿Me quieres matar del susto? -dije enojada.

- ¿Porqué llorabas? ¿Es el bebé? Debo llamarle a Chris.

- No es el bebé -dije rápido- y no pasa nada.

- Meg, sabes perfectamente que es muy raro que tu llores, el embarazo me ha ayudado a saber bien cuando algo esta mal, así que ¿Porqué llorabas cariño?

- Yo... es que -sentí un nudo en mi garganta y ya no pude seguir hablando- no quiero... no puedo.

- ¿Qué no puedes? Me estas asustando -dijo abrazándome.

- Es alguien que no puede salir de un problema y yo no puedo hacer nada para ayudar -seguí llorando.

- Sé cuanto amas ayudar a los que te importan, pero ese es problema de esa persona no tuyo.

- Ese es el problema... planea hacer algo y si no lo hace bien, puede que ya no lo pueda volver a ver. Y yo... no puedo ayudar en nada.

- Si es un problema legal, ya casi me graduo en leyes, puedes contar conmigo.

- Eres tan lindo pero esto se me sale de las manos -me limpié la cara- estaba cocinando.

- Que bien que vine, no quiero que mueran quemadas -dijo viendo que podía cocinar- dile a Molly que venga a saludar a su primo, hace ratos que no la veo.

- Creo que esta dormida, pero ya la traigo.

¿Pero qué he hecho? ¿Porqué demonios le dije eso? ¿PORQUÉ A ÉL?

- Molly... -susurre entrando a su cuarto.

- Ya te dije Meg, no me harás cambiar...

- Charly esta abajo en la cocina, nos va a cocinar algo y quiere verte -Molly se sentó con mi ayuda y se puso un suéter con gorro y una bufanda, se retoco el maquillaje y bajó lentamente.

- Hola primo -dijo Molly ya cuando estaba abajo.

- Hola Mo -se dio la vuelta y la vio- ¿tienes gripe? Mejor hago una sopa de pollo, te ves terrible.

- Vaya que honesto -dijo Molly y estornudo falsamente- hace unos días me dio gripe.

- ¿Ya fuiste al doctor...?

- Si, dijo que era pasajero, el bebé esta bien y sano, a comparación de mi que tengo gripe -quería gritar, quería decirle la verdad a Charly, que la obligara a ir a terapia.

Pero la verdad no puedo hacerlo porque me guste o no, es decisión de Molly hacer esto o no, ella va a ser mamá si no va a las quimio y no le puedo quitar su derecho y mayor sueño de ser mamá. Pero si no va a las quimio... cada día esta peor que el anterior, a penas camina, come y habla, esta pálida y esta delgada, hasta pierde el cabello y sus uñas empiezan a tener un tono amarillento. Y lo peor es que no puedo hacer nada para hacerla cambiar de opinión y no poder hacer nada me está matando.

Confía 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora