40

3 0 0
                                    

Narra Sam

- ¿Podemos hablar? -dije entrando a la pequeña parte de jardín que rodea la casa, hay columpios y Meg esta sentada en uno, Meg me ve y asiente sin decir nada, me siento en el columpio que esta a su lado- lamento lo que paso hoy.

Meg me vio sorprendida. Yo continúe.

- En primer lugar ojalá no me hubieras visto irme así del ático, yo... -Meg me escucha con atención- no estaba pasando por un buen momento, no lo estaba pensando bien, toda esa situación... y necesitaba estar sola, y luego, cuando volví, no debí decir eso, y menos gritarlo. Escuche que te preocupaste por mi y lo lamento, no quería preocuparte.

- No es tu culpa ma -dice Meg pero luego mira el suelo- hay algo que debo decirte... pero no se cómo -me puse de pie y fui haciendo ella.

- Puedes confiar en mi hija -dije tomando su cara con mis manos.

- Lo sé pero... -vi como sus ojos se cristalizaron, aparto la mirada- es difícil de contar.

- Solo respira -susurre- cuenta hasta diez y dime que te pone así.

Estaba preocupada por Meg, nunca la había visto así.

- Cuando te fuiste corriendo te seguí y me tope con Luke -respiro hondo- yo... le reclamé y después ya no podía respirar, me fallaron las piernas, no pude sostenerme de pie, y ¿Molly viva? No debieron ocultarlo pero no los culpo, Molly esta viva en algún lugar. Quiero que vuelva conmigo. Tiene que conocer a su bebé, tiene que volver y estar bien -terminó de decir sollozando- no sé quien es esa señora exactamente pero no me importa la odio por hacerme esto, por llevarse a Molly así. Quiero que sufra y pague por lo que hizo -susurro con odio.

- Te prometo Meg que esa señora pagará por todo lo que nos ha hecho y tu estarás ahí para ver como cumplo mi palabra -contesté yo.

- Esto... ¿es un ataque de pánico? -yo asentí- ¿has tenido ataques de pánico?

- Si, y son horribles.

- ¿Qué hago para ya no volver a tener uno?

- Solo puedo decir que cierres los ojos, respires hondo, cuentes hasta diez y aprendas a vivir con eso porque no se va con nada -le mostre mi mano que esta llena de marcas- he estado peor desde hace mucho, todavía no logro controlarlo pero pase lo que pase, recuerda que es solo un ataque de pánico, estarás bien y con el tiempo pasará, no te hagas daño ¿si? -Meg asintió viendo el suelo.

- Vamos a la casa.

- Vamos.

(#)

Al llegar vi que Chris, Charlie y Alex están en la fogata. Chris y Charlie se ven incómodos pero a Alex no parece importarle mucho.

- ¿Qué está pasando aquí? -le pregunté a Alex.

- Estamos aquí de vacaciones y ninguno parece disfrutarlo ni un poco, así que los traje aquí para que respiren aire fresco y luego dar una caminata por el lago -me susurro Alex.

- ¿Quién cuida a los bebés? -le pregunté siempre susurrando.

- Jack y Max -me dijo, no pude evitar sonreír- ¿que estarán haciendo justo en este preciso momento?

Narra Max

- ¿Qué se supone que hago Max? -dijo Jack frente al pequeño Daniel.

- ¿No sabes cambiar un pañal?

- En mi defensa Sam y yo siempre viajamos mucho y nunca tuvimos que cambiar un pañal porque no tuvimos a ningún bebé bajo nuestra responsabilidad, cuando David y Tito llegaron David ya no usaba pañal.

- ¿Y Tito?

- David lo cambiaba y las últimas veces lo hizo Sam.

Oh, eso explica muchas cosas.

- Bueno, te enseñaré pero la próxima lo harás tu sólo.

(#)

Le cambié el pañal a Daniel sin mucho esfuerzo y sin mucha prisa para que Jack entendiera paso por paso sobre como hacer.

- Pero yo -pase por su lado y le di una palmada en el hombro.

- Tienes que aprender a hacerlo Jack, solo así podrás ser un buen abuelo.

- Pero... yo no soy abuelo, tu si.

- Yo ya soy un buen abuelo, ahora te toca demostrarlo a ti.

- Pero -en eso Michi empezó a llorar, yo sonreí.

- Parece que es tu turno de demostrar qué tan buen abuelo puedes llegar a ser.

- Pero es una niña, no puedo ver a una niña... no es ético.

- No puedes dejarla con el pañal, ahora esa niña te necesita, yo iré a terminar de cambiar a este campeón -lo agarre ya que seguía sin ropa y lo tenía que empijamar.

- Okay aquí vamos... pórtate bien -escuche que susurró Jack mientras yo me iba alejando, sonreí al escuchar que le habla a Michi.

Narra Chris

- Agradezco que hayan hecho esto por nosotros pero creo que ya es hora de ir a dormir -dije poniéndome de pie- Vamos Charlie... -me di la vuelta para buscarlo pero al girarme no lo vi por ningún lado- ¿Charlie?

- No estamos solos -susurro asustado saliendo de unos arbustos de al fondo- ¡No estamos solos vámonos! -dijo un poco más fuerte agarrando a Meg para así poder acercarnos todos.

- ¿De qué estas hablando? -pregunté yo.

- Hay alguien en el lago -dijo Charlie.

- Pero Max dijo que estaríamos solos... nadie viene hasta aquí -dije sin poder creerle.

- Hay alguien en el lago, escuche sus pisadas, y no hablo solo de uno.

- Charlie tranquilo... de seguro no es nada -dijo mamá.

- ¿Dónde esta mi tía Sam? -pregunte buscándola.

- ¿Sam? -dijo Meg quien estaba a mi lado quien luego salió corriendo hacia el lado y mamá no se quedó atrás.

Charlie y yo las seguimos poco después porque no nos podíamos quedar tranquilos sabiendo que no están con nosotros, además son mi mamá, mi tía y Meg, no las voy a dejar solas.

Nos acercamos al lago y vimos que Meg y mi mamá estaban detrás de un arbusto, mi tía Sam estaba detrás de una roca, estaba a la defensiva y tenía en su mano una roca puntiaguda.

- ¿Tía Sam? -susurre yo, solo me hizo una seña de silencio.

Mamá y Meg al vernos nos jalado al piso cerca de donde ellas estaban.

- Cállate -me susurro Meg viéndonos.

La vi confundido ya que nunca me había hablado así de grosero cuando escuche un ruido fuerte en el lago.

- Nos iremos en cuanto sea posible -dijo en un tono elevado una señora, lo sé porque su voz no es muy grave.

Alcanzo a ver más o menos quien habla. Es una mujer mayor, es blanca, tiene el cabello gris, es muy delgada, no está parada recta y tiene un traje grande y largo.

- No pueden dejar que los vean ni sospechen de ustedes por ningun motivo -dijo nuevamente la misma señora.

- ¿Qué pasará con ella? -escuché que dijo un hombre.

- Si, ¿qué le va a pasar?, ¿no podemos dejarla aquí nomas o si? -dijo una niña.

- No podemos, no he terminado de chequearla no he podido trabajar con ella estando del todo consciente.

Confía 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora